Nueva música desde Bucaramanga: Atomic love
Para Catalina Barrera y Carlos Santos no existe un vínculo más poderoso que la música. Solo bastó un cumpleaños, una guitarra y una banda en común, Foo Fighters, para saber que sus vidas estarían entrelazadas por su inmesurable amor por el rock. Ahora, como esposos, dan vida al proyecto que los desvela: Atomic Love.
"Cuando nos conocimos nos conectaron las mismas bandas y prácticamante desde que nos vimos, agarramos una guitarra y empezamos a hacer música. Una vez casados fue más fácil sentarnos a hacer nuestras propias canciones y nos complementamos mucho, ya que Cata hace las letras y yo la base musical", cuenta Carlos, quien dentro de la banda interpreta guitarra, armónica y voz.
Este proyecto musical, que se formó en el año 2012, dio sus primeros pasos en bares y restuarantes de Bogotá, pero fue al llegar a Bucaramanga a finales de 2016 que la pareja encontró la oportunidad de construir su sonido. Un sonido que se alimenta de ritmos del folklor estadounidense y que se mueve entre las raíces del rock: el blues y el country.
"Lo más lindo fue llegar a Bucaramanga y conocer la escena de la ciudad. Gracias a esa relación con las bandas, nos encontramos con músicos que han sido parte fundamental de nuestro disco, como son Leo Parra, Diego Villamizar y The Riverman. Además, tenemos la fortuna de contar con el trabajo de Sergio Leguízamo, quien desde Bogotá ha sido una pieza importante de este álbum, siendo el co-productor", agrega Catalina, vocalista y percusionista de la agrupación.
El disco al que se refiere Catalina es The Journey, y es el primero de la banda. Un trabajo fuertemente influenciado por un recorrido realizado por distintas ciudades de Estados Unidos, que sirvió como inspiración para dar forma a esa identidad sonora que han definido como "música de carretera". Y aunque el lanzamiento está programado para el mes de julio, en las plataformas digitales ya pueden escucharse los sencillos 'On the road' y 'Nothing'.
"Ha sido súper emocionante conocer nuestro público, saber que nos escuchan en México, Argentina, Estados Unidos. Tenemos un público que nos sigue y para nosotros lo más especial es ver que hay personas que se conectan con el sonido que hemos creado", cuenta Carlos. Una apuesta que nada contra la corriente y que quiere demostrar que aunque las audiencias parecen estar interesadas en sonidos más urbanos, las raíces musicales del rock continúan vivas.
Después de años de trabajo, lo que comenzó como una pareja de enamorados haciendo covers de sus canciones favoritas, hoy se materializa con un álbum riguroso, que se ha nutrido de trabajo colaborativo, sueños y aprendizajes. La tarea ahora es invitar a cada vez más personas a que se reencuentren con los sonidos del rock clásico.
"Yo siento que con este proyecto la gente también puede acercarse a los orígenes del rock. Muchos están aceptando este reto y me gustaría que más personas se sumaran a este proyecto. Esperamos que les guste, y que si les gusta, compartan también nuestra música para llegar a cada vez más personas", concluye Carlos.