Nueva música: Caballos de Fuerza presenta “Desierto”
Caballos de Fuerza es un entramado de música, fotografía, artes plásticas, cine y activismo. Aquí cada arte, desde su punto de acción, se convierte en un caballo brioso que da fuerza a un proyecto ambicioso de gran valía, difícil de olvidar.
El pasado 20 de febrero se lanzó el primer sencillo, “Desierto” o “Buota Yamota Ika” (en lengua indígena U'wa), una balada pop rock con sonidos de instrumentos latinoamericanos como la tambora, el tiple y la marimba, con atmosferas y armonías melancólicas, y una narración que transita por múltiples sentimientos descarnados.
David Sarmiento, solista y fundador del proyecto enfocado en concientizar frente a la preservación de culturas milenarias como la de la comunidad indígena U’wa, es compositor y productor, ha trabajado con proyectos como Telebit, Consulado Popular y ha sido baterista invitado de bandas como Revólver Plateado y Ciegosordomudos; en Caballos de Fuerza ha querido reflejar su sentir frente al mainstream en lamúsica, que califica de homogéneo: donde los géneros, los estilos e incluso los acordes que suenan son los mismos.
Para su nuevo proyecto David Sarmiento se ha inspirado en esa música que no persigue reproducciones o ventas, sino que busca transmitir como lo hacían antaño sus grandes referentes: Phil Collins, Caifanes y Toto.
Sobre el ADN de Caballos de Fuerza, que se presenta como una plataforma pionera en su apuesta, pero que a la fecha solo ha lanzado una canción, hablamos con David.
¿Cuál es el origen de Caballos de Fuerza?
Estaba trabajando en otros proyectos independientes de Bogotá en el 2015 cuando empecé a componer paralelamente canciones para este proyecto. Después de tomar la decisión de creer en mi voz, de creer en las canciones que tenía, hice el proyecto de Caballos de Fuerza, produje un disco. Con esas preproducciones hicimos algo muy pequeño por ahí, pero a partir de ese año en vez de lanzar el proyecto empecé a crear algo multiplataforma. Entonces el proceso desde 2015 ha sido más en trabajar en esa plataforma, trabajar en estos conceptos, para cuatro años después lanzarlo.
¿Cómo fue el proceso entonces de lanzarse al ruedo en solitario?
Digamos que siempre hubo una búsqueda mía por cantar. En los otros proyectos yo fui baterista, hacía algunos coros, pero de alguna manera sí sentía latente la necesidad de cantar mis canciones, de poder estar al frente, de dar un mensaje un poco más directo. Entonces fue un proceso de creer en mí y de también apostar un poco por lo que tenía en mente y de pronto saltar al vacío para confiar plenamente.
¿Cómo te ha recibido el público?
He tenido la oportunidad de hacer conciertos en Argentina, Alemania, España y acá en Colombia, en especial Cali. Podría decir que la primera ciudad que creyó en el proyecto fue esta ciudad. Habían algunas personas que me seguían de las anteriores bandas y al conocer sobre el proyecto confiaron en mí y tuve la oportunidad de estar en un festival que se llama el Cusumbo.
Lo más sobresaliente de tu trabajo es que amalgamas diversas artes ¿cómo llegaste ahí?
Lo primero que sentí fue hacer la música, hacer las principales canciones de este disco y pensando en lo visual empecé un poco a proyectarlo, y de acuerdo a la experiencia de que se lanzan sencillos y luego videoclips, dije “Quiero escribir el primer videoclip”, ¿qué pasó?, empecé a escribir el primer guion del videoclip pero seguí escribiendo y terminé escribiendo un guion para cada canción. Entonces digamos que de alguna manera surgió esa idea también como muy sincera. Eso respecto al cine.
Con la fotografía también sentía que, en estos tiempos todo es muy digital, todo está a la mano, pero tan lejos del fan o de la persona que es apasionada por la música, y como he sido una persona que le gusta eso de abrir lo CDs y tenerlos en las manos, pensé en hacer una exposición fotográfica con las fotografías de Kalom, fotógrafa del disco que no solo las tuviera en digital sino que las pudiéramos pasar a lo netamente palpable, contando también una historia.
También tengo un tío artesano que se llama Martin Hernández y desde pequeño siempre estuve en su taller, un día le dije que hiciéramos unas esculturas para el disco. Y así es cómo mi historia y mi vida y lo que yo pensaba empezó a conceptualizar el trabajo para el disco.
¿Y el activismo por las comunidades indígenas?
Haciendo la película (coproducción con KALOM FILMS) para el álbum tuvimos relación con una comunidad indígena (U’wa) y allí nació un documental que cuenta la historia de una comunidad que ha luchado por preservar varios territorios del “planeta azul” (como lo llaman) de todas estas empresas petroleras. Esas cosas han surgido muy sinceramente, por eso nos hemos demorado un poco, porque queremos hacerlo bien.
Estamos pasando por un momento muy difícil a nivel planeta y creo que los artistas tienen la responsabilidad de poner un granito de arena, tal vez de enviar un mensaje a través de sus letras, de ayudar a alguna comunidad o tal vez de coger una bandera o una causa y sacarla adelante.
Después de que conocimos a esta comunidad, de que empezamos a estar con ellos, a viajar para conocerlos, se aferró mucho más la idea de cómo tenemos que aprender tanto de estas personas que conviven con la naturaleza en total armonía.
"Desierto" o "Buota Yamota Ika" (Lengua Indígena Uwa) es la canción que da inicio a este proyecto, con un coro íntimo y lento que desemboca en una estructura rítmica con baterías acústicas potentes y una gran sección instrumental cargada de profunda fuerza, voces que gritan al interior de la mezcla, cuerdas amalgamadas con secuencias electrónicas análogas y un motivo melódico sencillo pero liberador de la marimba que intenta traducir el lamento de un alma vulnerada y rota.
La canción escrita, interpretada y producida por David Sarmiento fue grabada en los estudios de LAIKA, Mezclada y Masterizada por Mauricio Garcia (Fito Paez, Aterciopelados, Café Tacvba) en Nebula Studio.