La película de Elite Class Club: ruido sonoro y visual
En algún punto buscando llegar al municipio de Moñitos, en el departamento de Córdoba, y antes de hacer una parada en Santa Cruz de Lorica, Santiago Álvarez, del Sello In-Correcto, se metió en el Volcán de lodo de San Antero: una espesa y densa piscina gris que exige gran esfuerzo en cada movimiento y que tiene como banda sonora para el momento de relajación el vallenato que sale de un parlante.
En medio del disfrute de su viaje familiar, Álavrez decidió hacer una pausa, observar, agarrar su cámara y registrar la interacción de la gente con aquel fango curativo. Era el mes de enero de 2017.
A mediados de 2018 un par de proyectos de la ciudad de Bogotá confluyeron para, por un momento, crecer el árbol genealógico ruidista de la capital. Hermanos Menores y las Hermanas, se juntaron para dar vida a Elite Class Club: un proyecto que juntó el peregrinaje de de Daniel Piedrahita y Alejandro Solano entre jazz, el post rock, el metal y el punk, con las máquinas, vinilos viejos y el arte del beatmaking de Diego Cuellar. Un viaje sonoro de rutas irregulares y destinos que se diluyen que fueron publicados en un cassette, bautizado al igual que el proyecto.
Santiago Álvarez, junto con Julián García -quien ha trabajado en las visuales de la agrupación bogotana Mula-, decidieron poner en un mismo plano ambos recorridos. Pasaron el video del viaje familiar a blanco y negro, luego a un VHS, abrieron la tapa y con imanes y golpes le generaron ruido y scratcheo a la cinta. Encima pusieron los sonidos de Elite Class Club: la película había nacido.
La proyectaron ese 2018 en la Pontificia Universidad Javeriana. Desde ese momento quedó engavetada como una valiosa pieza de experimentación destinada a empolvarse. Hasta este 2020. En días recientes, Santiago, desde el Sello In-Correcto, decidió compartir para disfrute de todos este viaje visual y sonoro. Un extraño recorrido para estos tiempos extraños.