La autogestión máxima de Pablo Trujillo
“Gracias a este encierro hice en un mes lo que no había hecho en un año”, contesta Pablo Trujillo cuando se le pregunta por cómo ha asumido la cuarentena obligatoria que nos tiene a todos en casa a causa del COVID-19. El confinamiento le ha permitido, además de organizarse en lo personal, dar clases virtuales, trabajar en la composición musical para proyectos audiovisuales y en la creación de música propia, un tiempo productivo que, según él, llegó en un “momento afortunado”.
Esa fortuna se debe a un propósito de reinvención sonoro de tres años en el que su música se acercó al electro pop, creando más desde el teclado y menos desde la guitarra como en sus primeros discos con aires rock, folk o blues. “Hace como tres años, en 2017, empecé de la mano del productor Ernesto Santos un proceso de composición diferente desde los teclados, tratando de hacer énfasis en el pop, en que las canciones tuvieran una línea compositiva más pop y más pensada desde ahí”, cuenta. Esa transformación se empezó a hacer evidente en el EP Monos de 2018, trabajo que presentó canciones como “Súper Fuerte”, “Señorita”, “Antes de la Guerra” y “Monos”.
Así, inspirado además por un resurgimiento del álbum como trabajo completo, Pablo Trujillo empieza a preparar el terreno para el lanzamiento de su sexto disco en estudio. En medio de un encierro que lo sorprendió con “muchas canciones en el tintero”. Con casi un total de 40 ideas sin terminar, decidió poner manos a la obra para la creación de un larga duración que cumpla con todos los requisitos del formato: “está chévere volver a la idea del trabajo grande y redondo, con un hilo conductor conceptual. Por eso hago el disco y no sigo por la línea de ir sacando sencillos y de pronto un EP o un remix, o lo que sea. Eso me entusiasma mucho […] me ha mantenido ocupado y centrado en un proyecto redondo y total de disco”.
Su primer adelanto se lanzó el pasado 25 de abril, “Imagínate” es una canción que encierra en sus 4 minutos y medio el concepto sonoro de esta nueva etapa estética de Pablo Trujillo. Compuesta a partir de un beat creado conscientemente para invitar al baile, casi como un ejercicio de composición electrónica, la canción fue tomando forma hasta convertirse en una especie de “dance rock electrónico” que según el mismo Pablo sirve como carta de presentación de lo que será el álbum.
“Funciona como una especie de collage de ideas, de imágenes. Es una invitación a imaginar algunas cosas que a mí se me ocurren, que quise decir y que suenan bien”, dice cuando se le pregunta por la letra de la canción. Y agrega: “la intención de mis canciones últimamente ha sido dejar atrás la escuela Spinetta, lírica, poética, profunda, y tratar de meterme más con palabras mundanas, cotidianas, sencillas y terrenales”. Y eso explica líneas como “guantanamera”, “imagínate un mundo sin idiotas”, “imagíname cantando como un cisne” o “la ciudad es la ansiedad y no puedo irme”, construcciones que se soportan sobre una base musical movida y digerible.
El nuevo disco de Pablo Trujillo será lanzado este 2020 con un total de 10 canciones que servirán para afirmar su acercamiento al pop electrónico sin dejar de lado el riesgo desde lo compositivo: “Es la autogestión máxima. Compuse todas las canciones, grabé todos los instrumentos, todas las voces, lo mezclé, lo mastericé, lo produje e hice las portadas y el diseño de arte. Yo la verdad estoy muy emocionado. Es música que me representa más que nunca, que dice cosas que quiero decir, que se acerca cada vez más a un lenguaje más mío, más propio”, concluye.