Killabeatmaker presenta “Inga”, su nuevo álbum
Desde el funk con tintes de rock, las fusiones con ritmos tropicales, hasta la creación de beats electrónicos que exploran un sonido más raizal, Hilderbrando Osorno ha sido un inquieto durante tres décadas de actividad musical, primero con G 98, luego con Radiocaliente y ahora con Killabeatmaker.
Desde 2018 comenzamos a escuchar sus primeras creaciones bajo este nombre, y con esta inclinación sonora, entre lo oscuro y lo cadencioso. Más de una docena de singles, 3 EPs y un álbum, lanzado en 2020, son el camino recorrido por este proyecto (que, por estos días, se encuentra girando por Europa), para llegar al lanzamiento de INGA, su segundo disco.
El concepto de este álbum está conectado con UKUN, un EP que fue publicado en 2023. Hilder cuenta que ambas producciones se desarrollaron a la par: “Yo decidí separarlos y no meter todas las canciones juntas en un disco, porque yo sentía que las canciones que yo involucré o que integré a UKUN, tenían una connotación un poco más melódica y comercial en términos del color de las voces, de las personas que trabajaban en esas canciones en específico, y este otro disco, que es con el que estamos ahorita girando, que es INGA, tenía una connotación un poco más de raíces, con colores de las voces mucho más autóctonas”.
El proceso completo para ambas placas fue de tres años, del que, cuenta Killabeamaker, incluso quedaron algunas canciones pendientes por ver la luz: “No se pensó en un disco como tal, sino que simplemente se empezó a hacer música y luego ya dije, 'bueno, hay suficientes canciones como para hacer un disco', y no uno, dos o tres, porque hay un montón de canciones que quedaron por fuera”.
Una de las cosas que más llama la atención de INGA es su cantidad de colaboraciones, siete en total (casi todas las canciones del disco). Entre ellas están Jaibanakus y Toby Tobón, dos músicos con trayectoria en la escena musical de Medellín, pero también hay nombres nuevos, como Estefanía Álvarez (la Bicha) y LaGuadalupe.
Para Hilder, que se involucraran otras sensibilidades en su música, fue un proceso que se dio de una forma orgánica y no planeada: “Simplemente, era invitar a las personas a que hicieran música, crear, y al final vi que estas personas aportaron mucho valor al disco, y qué bacano que aparezcan como artistas principales, y que de alguna manera también sea una plataforma para que estos artistas se den a conocer, o que tengan más alcance la música de ellos y que, si es a través de lo que uno está haciendo, también es muy bonito que uno pueda aportar un granito de arena a esto”.
El álbum contienen 8 canciones, todas ellas con exploraciones distintas alrededor de atmósferas, instrumentos y sonoridades que remiten a la selva y al mar. Un disco que, definitivamente, es un viaje.