Falleció el maestro Blas “Michi” Sarmiento
No fue “Michi” quien escogió el camino de la música, fue la música la que lo eligió. Blas Sarmiento Marimón, más conocido en el universo sonoro como “Michi”, creció entre la música clásica, el porro y los fandangos, gracias al legado de su padre, Clímaco Sarmiento, quien fue músico, compositor e instrumentista, pero también gracias a su abuela y su madre eran cantantes de bullerengue. Desde muy pequeño, “Michi” desarrolló un amor y una pasión especial por la música y su último deseo a los 83 años era seguir deleitando con al público con su saxofón.
Pero el sonido saxofón que le dio tantas alegrías a “Michi” y a su público se ha apagado para siempre. A sus 83 años, falleció en Cartagena uno de los músicos más representativos del caribe colombiano luego de sufrir complicaciones de tipo gastrointestinales.
En octubre de este año, el músico fue internado en un Centro asistencial de Cartagena y según contó su hijo Juan Carlos Sarmiento, en aquel momento: "él Viene sufriendo una afección estomacal que le ha producido la formación de líquidos y le ha quitado el apetito. Hemos estado con él de urgencias en urgencias, en el transcurso de los últimos tres meses. Mi padre me ha manifestado que él lo que quiere es tener salud para poder seguir deleitando con su saxofón a todo su público que lo aprecia y estima.”
“Michi” no soportó las complicaciones y hoy su familia, artistas y amantes de la música le dan el último adiós, recordando su importancia y su legado en la música colombiana.
Fue uno de los grandes maestros de la música tropical en Colombia, pionero de lo que en los años 60 se conocía como música afrocubana, antillana o música latina, y que actualmente conocemos como salsa. En 1962 hizo parte de Los Corraleros de Majagual, después creó la agrupación Michi y sus Matulleros y más adelante conformó la orquesta Michi y su Combo Bravo.
Es reconocido también por los aportes a la carrera de Joe Arroyo, fue profesor de música en la escuela de formación de Soplaviento en Cartagena, de esta forma pudo transmitir su conocimiento y amor por la música a varias generaciones.
“Michi” vivía por y para la música. "La música me lo ha dado todo. Es mi pan de cada día, es la que me ha permitido conocer a mi país y viajar a lugares lejanos. Gracias a ella tengo el cariño de la gente, que es lo más importante. Mi sueño es seguir trabajando por nuestra música, dejar un regalo a las nuevas generaciones". "Los músicos morimos con grandes satisfacciones espirituales que ni el dinero ni la fama tienen como pagar" comenzó en una entrevista con Colarte.
Paz en su tumba y que su legado hoy suene más fuerte que nunca.