Estandarte: Simbiontes, una historia de rock, muros y vida
La cárcel
La llamada de uno de los oyentes más queridos de Radiónica nos conectó y nos llevó, l-i-t-e-r-a-l-m-e-n-t-e, a la cárcel, un lugar robusto, gris, sombrío, con olor a limpio provocado por los químicos. ¿El motivo? Conocer a una banda conformada por guardias de seguridad y personas privadas de la libertad, una agrupación de rock hecha por amor al arte.
El encuentro fue puntual; luego pasamos puertas, —perdón la obviedad—, rejas, más rejas y muros; permisos, registros, documentos, huellas, verificación y la incomunicación.
Justamente ese día sucedía algo particular, el traslado de un recluso, con algo de poder, generaba mucho movimiento e inquietud, había seguridad y más seguridad, pero junto a artistas reconocidos de Bogotá, éramos invitados especiales, nos recibieron con café y pan, mientras todo pasaba y se normalizaba la situación.
Finalmente, después de unas horas nos llevaron a una sala grande, varias bandas se estaban presentando, pero los más esperados eran los Simbiontes.
Este evento rompió la rutina de quienes habitan la cárcel. Una mañana de shows y aplausos que iluminó los rostros serios y esculpidos por la rudeza. La música hizo presencia rompiendo los juicios y transformando un lugar lúgubre en un lugar más alegre.
Simbiosis
De acuerdo con la WWF, la simbiosis “corresponde a esa relación entre dos o más organismos biológicos que pueden ayudarse o no para sobrevivir.” Y esto es porque hay diferentes tipos de simbiosis; para este caso, la música y, particularmente, el rock ha sido el elemento común en el que guardias de seguridad y personas privadas de la libertad sobreviven al peso de la cárcel o de la rutina.
Todo empezó con el sueño de un guardia metalero por conformar una banda y un llamado en su corazón que le dictaminaba que “había llegado la hora”.
Luego con otro compañero iniciaron el proyecto y el llamado de la música se extendió hasta conformar una banda de rock integrada por guardianes de seguridad y reclusos que colaboran, como buen ejemplo del mutualismo en “una correspondencia a la relación entre organismos de especies diferentes, donde ambos resultan beneficiados”.
La música
—Ayer fue el concierto de Gojira, ¿verdad?
Una pregunta con quejo, así nos recibió uno de los integrantes de Simbiontes, el concierto había sido un día antes.
Y es que Oasis, Queen, Twenty One Pilots, System of a Down, Scorpions, Zoe, Kraken, Mägo de Oz, Megadeth, Slipknot, Iron Maiden, Metallica, DragonForce, Kane, Coldplay, The Cranberries, Muse, Linkin Park, Guns N’ Roses y Épica hacen parte de las bandas que sirven de inspiración y referentes de los Simbiontes.
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Dicen que antes de que existiera la lengua, existió la música, el golpe en el tambor, el ritmo y los sonidos articulándose para contar historias y conectarnos. La música para narrar los amores, temores, los aprendizajes y, en el caso de los Simbiontes, para devolver el nombre y convertir un número de registro en el rostro de los músicos, de “los rockeros”, como los llaman sus compañeros.
La música se hace presente para poner nuestra humanidad en común, para descargar y recargar la energía y trazar un propósito, brindar un motivo, eso es la música para Simbiontes, un espacio que permite que dos mundos diferentes —que podrían ser hasta tres, contando al público— se encuentren y se reconozcan.
Los Simbiontes
Son una agrupación musical de rock fusión, rinden tributo a reconocidos artistas del rock en español y anglo. Fue fundada el 5 de septiembre de 2022 por los dragoneantes Lelio Camacho y Óscar Betancur. “Ansiedad”, “Bendito día”, “Bajo presión” y “Falso amor” son canciones de su autoría que dan voz y decantan las emociones que surgen en la mente y el corazón.
Simbiontes son el medio y el mensaje, el espacio para resignificar la vida y cambiar la postura rígida de los cuerpos físicos y la percepción de la cárcel. Simbiontes usa la música para sanar, el arte se hace presente para resocializar, para brindar una oportunidad diferente al de dar vueltas alrededor de un patio.
Simbiontes construye una historia diferente, conformada por:
- “El profe Miguel” era maestro de la filarmónica, aunque toca el saxofón, es multiinstrumentista; es una eminencia de la música, mantiene la estética sonora de la banda, es estricto y en ocasiones gruñón.
- “Chaux” toca los teclados, es callado, sus manos intentan marcar el ritmo, su lenguaje no verbal, es muy “particular” y mantiene la estabilidad de la banda.
- Jonathan, “Cabito”, es una de las guitarras, hace también voz. Él es una persona supercomprometida, estudia mucho, es risueño, pero se molesta cuando los demás no llegan a su nivel porque ensaya tanto que cuando alguien se queda atrás se molesta, y se pregunta, ¿por qué no ensayan?
- Néstor, “Thompson”, fue el primer baterista de la banda, todavía ayuda en los ensayos con la batería, él toca la pandereta, es un excelente percusionista. Es una persona noble, le hacen mucho “bullying”, pero él solo se ríe. Lo consideran un “don Juan”, dicen que de sus amores y desamores, van a tener la materia prima de las canciones, así como “Falso amor”, que es de su autoría.
- Óscar Betancur, “El lobo”, toca el bajo, le siguió la cuerda a Camacho. Alegra con bromas a su equipo. Mantiene corriendo como loco, nunca se ve de mal genio, siempre sonríe. Ama, respeta y cuida su bajo como si fuera parte de él.
- Jefrey Otavo, "Otto", es el guardián más joven del grupo que toca la batería, y lo hace increíble; es excelente en lo que hace y su llegada a Simbiontes fue determinante para subir el nivel de la música. Es muy sonriente, habla lo necesario.
- Lelio “Camacho” toca la guitarra, es apasionado y entregado a la banda. Simbiontes para él es el centro de su vida, es una persona muy humana, entregada a lo que hace, no solo con la banda, sino con las personas privadas de la libertad.
- César es el vocalista, tiene una energía increíble para llamar la gente, para motivar el show, es el vocalista que cualquier banda quisiera tener, no le da miedo hablar, tiene carácter, él tiene la chispa.
- Diana “Shanty”, su mánager, es una persona apasionada, emocional, comprometida, responsable y soñadora, intenta ser la voz de aliento para la banda, es quien les dice "sí se puede, sí se puede, lo vamos a hacer, lo vamos a lograr". Su look es colorido y esa es su misión, irradiar de color a los miembros de la banda.
Los sueños
Simbiontes sueña con una tarima más grande, con poder ensayar, con recibir el reconocimiento y que otras cárceles repliquen este modelo en el que el arte transforma.
Aunque sacar un EP ha sido muy difícil, porque no cuentan con los equipos ni las cosas que se requieren para grabar, trabajan para sacar un disco de manera óptima.
Rock al Parque sería la cima de ese sueño y como dice Shanty, “vamos a tener una tarima más grande, pero vamos a ensayar. Vamos a ir cuando estén preparados, cuando tengan una chimba de 'performance' y me hagan llorar, ahí vamos a Rock al Parque”.
Las distancias
La cárcel trae consigo la distancia con las familias, tanto de los guardias de seguridad, como de las personas privadas de la libertad, por el tiempo que pasan en la cárcel, el peso del juicio, la vergüenza y porque algunos prefieren no exponer a sus seres queridos a los engorrosos procesos para ir a visitarlos.
Las fisuras en las relaciones humanas a veces se reparan y Simbiontes les ha permitido dar un mensaje de transformación positiva, los ha llevado a tocar afuera de los muros y allí una mamá, de la tercera edad, pudo reencontrarse con su hijo luego de cinco años.
Una distancia que se acorta con la esperanza.
Estandarte
Simbiontes ha participado en diferentes eventos culturales, su lugar de ensayo se ha convertido en el lugar para mostrar. Ellos se han convertido en “los rockeros”, en “los locos”; su proyecto en el Estandarte que usa el arte para crear; su fuerza genera y transforma. Derriba las paredes de la tristeza, la soledad, la culpa y la autoridad con violencia para coexistir creando un proyecto común.
Simbiontes, una apuesta por las segundas oportunidades, por la autoridad a partir de la empatía, un ejemplo de que el amor al arte nos convierte en seres capaces de acercarnos y encontrarnos, desde nuestras diferencias para crear mejores posibilidades y del arte como una forma efectiva de resocialización.
Gracias a Simbiontes por acercarnos a su música y a su rock. ¡Radiónica otras músicas, otras historias!