Cazando vinilos con Don Alirio y Eliécer Salazar
Es muy difícil explicar la emoción que se siente cuando uno pone la aguja de la tornamesa sobre los surcos de un vinilo y escucha por primera vez el tesoro sonoro que esa pasta negra guarda. Sobre todo después de adentrarse en el corazón de una bodega para buscar lo que se esconde entre las cajas, el cartón y el polvo. Pero cazar discos no es fácil, no solo hay que tener buen oído, sino buen olfato, buen ojo y por supuesto, buena suerte.
Esta es una experiencia que se vive con todos los sentidos y en el marco XVI Carnaval de las Artes de Barranquilla, nos juntamos con Carlos Mario Mojica, mejor conocido como Don Alirio, y con el artista plástico Eliécier Salazar, dos hombres curtidos en el tema de buscar, coleccionar y diseccionar los discos, la música y las historias que cada elemento que guarda un vinilo. Desde la portada, sus colores, los créditos, el estado de la pasta, hasta la relevancia que ha tenido en las fiestas picoteras, todo suma al momento de encontrar una joya perdida.
Eliécer y Carlos, participaron en un conversatorio junto a con los artistas William Gutiérrez y Dairo Barriosnuevo acerca de los picos, su estética e historia. Por eso fuimos con ellos al centro de Barranquilla a buscar la música que ha definido parte del ADN musical de la ciudad.
Durante esta cacería visitamos Music Center, tienda de “El Ciclón” David Reyes y la bodega de Shane Butron, heredero de Felix Butron de Felito Records, quien manejó uno de los sellos más importantes de música caribeña, antillana y africana de Colombia.
A parte de encontrar varias joyas sonoras, hablamos de música, la importancia de la fiesta picotera y las dimensiones de política y resistencia que también se mueven cuando giran las tornamesas.