Misoginia, rock y otros asuntos reguetoneros
¿Qué fue primero? ¿El rock, el reguetón, Maluma, el Gobernador de Antioquia, la misoginia o la violencia en Colombia?
“Todas las anteriores” puede ser la respuesta más acertada si consideramos que cada cuál opina desde lo que vive. Y desde lo que escucha. De esa manera hay quienes creen que el Rock es sagrado, no saben qué es misoginia, creen que la violencia en Colombia es lo más común (el pan de cada día), el Gobernador de Antioquia un político de turno aprovechando su cuarto de hora y el reguetón el reino anti-intelectual de la degeneración que viven los ignorantes. Así que bueno, no siendo más, vámonos por lo fácil, culpemos a Maluma.
El orden de los factores también varía según la capacidad argumentativa, la opinión de moda, la identidad de género, la edad o el estatus moral en el que usted se encuentre ubicado. ¡Ah! Y también el respaldo grupal digital o real que tenga. Mejor dicho, el nivel de “influenciador” que sea. La cantidad de likes que genere su odio, sea el que sea.
Pero en realidad a Juan Luis Londoño Arias, 'Maluma', poco le importa lo que desencadenen las razones que hacen crecer, segundo a segundo, su índice de popularidad. Él hace lo que le viene en gana. Es abierto, directo con lo que piensa, siente y hace, tiene un sin fin de seguidores y está forrado en plata. ¿Qué más le debe importar? Es un rockstar. Si un rockstar, no un popstar, ni un reguetonstar o la palabra que nos queramos inventar.
Su comportamiento, el género musical que representa, lo explicito que puede llegar a ser y la incomodidad que genera no hace ninguna diferencia con muchas de las estrellas de la música que cada uno de nosotros escuchamos. Y usted, amante de la música clásica piense bien si cree tener el derecho para tirar la primera piedra. Yo dudaría y lo pensaría dos veces.
Maluma cumple con todos los requisitos para estar enmarcado dentro de lo contracultural. Lo mismo que sucedió con el Rock hace más de 60 años. Rock que hoy ponemos en un pedestal sugiriendo que por ser clásico, por haber evolucionado, cambiado y utilizado para un sin fin de beneficios y causas sociales tiene, por lo tanto, una superioridad moral. Pero se nos olvidan muchos apartes de la historia, muchas biografías de nuestros ídolos del rock y muchas de las letras que hemos coreado generación tras generación (Si. Esas que están en su mayoría en inglés y que tal vez pasamos por alto para entender.)
Satanizamos a Maluma y al reguetón al mejor estilo de quienes satanizaron en sus inicios, por ejemplo, al Rock and Roll. Aquel que fue hecho por negros (en medio de la más profunda sociedad racista), pobres, ignorantes, “animales sexuales” quienes osaron en sacar al blues del campo y al góspel de las iglesias. Aquellos que pusieron a bailar hasta a los más beatos y a las quinceañeras norteamericanas en plena postguerra (ansiosas por experimentar la libertad sexual). Quienes unieron colores, sudaron y rozaron sus cuerpos en medio de la noche a escondidas de sus padres en una pista de baile y en medio de la sociedad más religiosa decidieron ser explícitos en el reino del deseo. Ese fue el origen, no lo olvidemos, y lo que revolucionó a toda una sociedad, la confrontó y tuvo que valerse de estrategias de comercialización y popularización (lo que hoy conocemos como “payola”. Si señores. Esta le debe mucho al Rock and Roll y viceversa) para poder darse a conocer de manera más masiva. Los orígenes de la industria del entretenimiento que hoy nos habita.
Parece que las cosas no han cambiado tanto.
Y vale aclarar que el Rock era y sigue siendo en su mayoría, hecho e interpretado por hombres. No lo olvidemos, así nos pongamos de igualitarios y objetivos sacando a relucir algunos nombres femeninos. Algunos. Porque la lista, lamentablemente, nunca será equitativa.
Vean también: La mujer y el rock, una historia no tan feliz
El Rock como muchos géneros musicales (así nos duela aceptarlo) ha sido misógino, en muchos de los casos, en verbo, canción y acción. Si la sociedad en todas sus épocas ha relegado a la mujer ¿Por qué el Rock (entendido como cultura y no sólo como genero) no tendría que hacerlo? Él ha reproducido, queriendo o sin querer, todas estas conductas.
De esa manera las mujeres desde siempre hemos sido reducidas a grupies (sin importar la labor que desarrollemos dentro de la industria), a villanas y responsables de separación de bandas (con Yoko Ono como nuestra gran gurú) o si nos va mejor, como musas. Pero eso sí, más de un sincero (a) diría en silencio desde el fondo de su corazón machista: Lo musa no quita lo puta.
Pues bien, la “inspiración” no quita lo misógino de la canción.
Sólo por hacer el ejercicio vamos a dar algunos ejemplos de canciones:
Some Girls - Rolling Stones
“White girls they're pretty funny
Sometimes they drive me mad
Black girls just wanna get fucked all night”.
“Las chicas blancas son bastante divertidas
Suelen llevarme loco
Las chicas negras sólo quieren follar toda la noche.
Run For Your Life - The Beatles
“Well I'd rather see you dead, little girl
Than to be with another man
You better keep your head, little girl
or I won't know where I am.
You better run for your life if you can, little girl
Hide your head in the sand little girl
Catch you with another man
That's the end'a little girl
Well I know that I'm a wicked guy
And I was born with a jealous mind
And I can't spend my whole life
Trying just to make you toe the line
You better run for your life if you can, little girl
Hide your head in the sand little girl
Catch you with another man
That's the end'a little girl
Let this be a sermon
I mean everything I've said
Baby, I'm determined
And I'd rather see you dead “.
“Prefiero verte muerta, pequeña a que estés con otro hombre. Mejor mantienes la cabeza fría, pequeña o no sabré ni donde estoy.
Mejor corre a salvar tu vida, pequeña, esconde tu cabeza en la arena, pequeña, te pillo con otro hombre y es el fin, pequeña.
Sabes que soy un tipo malvado y que nací con una mente celosa. Y no puedo pasarme toda la vida tratando de mantenerte a raya.
Mejor corre a salvar tu vida, pequeña, esconde tu cabeza en la arena, pequeña, te pillo con otro hombre y es el fin, pequeña.
Deja que este sea un sermón, todo lo he dicho en serio. Pequeña, estoy decidido, y prefiero verte muerta”.
Use To Love Her - Guns N Roses
“I used to love her but I had to kill her
I used to love her, Mm, yeah. But I had to kill her
I had to put her six feet under. And I can still hear her complain”.
“Yo solía amarla
Pero tuve que matarla
Yo solía amarla, mm, sí
Pero tuve que matarla
Tuve que ponerla seis pies bajo tierra
Y todavía puedo oírla quejarse”.
It´s So Easy - Guns N Roses
“Turn around bitch I got a use for you
Besides you ain't got nothin' better to do
And I'm bored”.
“Voltéate perra para darte buen uso. Además no tienes nada mejor que hacer y estoy aburrido”.
Every Breath You Take - The Police
“Every breath you take. Every move you make. Every bond you break, every step you take. I'll be watching you. Every single day. And every word you say. Every game you play, every night you stay. I'll be watching you. Oh can't you see. You belong to me?
How my poor heart aches. With every step you take”.
“Cada aliento que tomes, cada movimiento que hagas, cada atadura que rompas, cada paso que des, te estaré vigilando. Todos y cada uno de los días. Y cada palabra que digas, cada juego que juegues, cada noche que te quedes, te estaré vigilando. Oh, ¿no puedes ver que tú me perteneces? Cómo duele mi pobre corazón con cada paso que das”.
He Hit Me (It Felt Like a Kiss) - The Crystals
He hit me and it felt like a kiss
He hit me but it didn't hurt me
He couldn't stand to hear me say
That I'd been with someone new
And when I told him I had been untrue
He hit me and it felt like a kiss
He hit me and I knew he loved me
If he didn't care for me
I could have never made him mad
But he hit me and I was glad
Yes, he hit me and it felt like a kiss
He hit me and I knew I loved him
And then he took me in his arms
With all the tenderness there is
And when he kissed me, he made me his".
“Me golpeó y lo sentí como un beso. Me golpeó, pero no me hizo daño
No podía soportar oírme decir que había estado con alguien nuevo. Y cuando le dije que le había sido infiel
Me golpeó y lo sentí como un beso. Me golpeó y me di cuenta que me amaba porque si no le hubiera importado no se habría vuelto loco
Me golpeó y me alegré. Cariño, ¿no te quedarás (conmigo)?
Me golpeó y lo sentí como un beso. Me golpeó y yo supe que le amaba porque cuando él me tomó en sus brazos con toda la ternura me golpeó y me hizo feliz”.
“Quítate que masturbas (Perra arrabalera)” - Molotov
“Por eso te dejo mojada un poco vestida y muy alborotada contigo yo no quiero nada perra hija de la chingada!
Porque antes estabas delgada con los pechos firmes y las nalgas bien paradas pero ahora ya estás muy aguada ya no hay quien te quiera y estas amargada contigo ya no siento nada / golfa interesada”.
El sociólogo y crítico musical británico Simon Frith categorizó este comportamiento y lo llamó Cock Rock. “Existe un género del rock que ha permanecido a lo largo de la historia del mismo, sin importar si éste pasa por diversas etapas estilísticas. Con actuaciones basadas en una expresión explícita, cruda y perfeccionada del sexo, se erigen nuevas deidades: artistas que resultan agresivos, salvajes, seductores y que constantemente hacen patente frente al público su poder de dominación y su control de cualquier situación. A esto se le conoce como cock-rock. Sus cuerpos están siempre a la vista. Utilizan micrófonos y guitarras como símbolos fálicos (o bien, como simuladores del cuerpo femenino). Su música, por consiguiente, es ruidosa, rítmicamente insistente: todo se dedica a construir un ambiente de excitación constante”.
A lo que añade Frith: “Para mí, Led Zeppelin es la quintaesencia del cock-rock: ahí están todos los elementos que lo conforman y se mitifican hasta alcanzar historias rayando en el absurdo como aquel incidente de la groupie y el tiburón. Pero los rastros del género lo alcanzaron bandas como The Rolling Stones, The Who y The Doors”.
Lo más paradójico del Cock Rock es que no sólo ha sido perpetuado por hombres sino que muchas mujeres han reproducido estas conductas. Y que además no sólo aplica (como bien sabemos) al rock sino a un sin fin de géneros como la salsa, el tango, el pop, el rap, la música romántica y el vallenato, entre otros.
Entonces volviendo al reguetón, ¿quién nos dio la autoridad para señalar un género musical que no es sino el espejo de la sociedad? O acaso de un país de narcotraficantes, prostitución, abuso de menores, producción y consumo de droga, altos índices de violencia, abandono, secuestros y desaparecidos esperamos sólo manifestaciones artísticas ejemplares, educativas y moralistas?
¿En qué momento la música terminó reemplazando a los padres, los hogares, las instituciones educativas y el acompañamiento social para nuestro desarrollo cultural?
Porque si bien sabemos que el arte, puntualmente la música, es un gran motor de transformación sociocultural, oxígeno en medio de las más profundas tragedias y tristezas, no olvidemos que ese mismo arte ha sido también el responsable de cantar las historias que no son contadas. Cantamos la historia que no nos cuentan oficialmente. Cantamos lo que se vive en los campos, en encierro y en las calles. Lo que no se muestra de manera ejemplar en bibliotecas, Premios Nobel, estados de Facebook y titulares.
Y el reguetón hoy canta todo lo que vive la sociedad Latinoamericana. La de la herencia del dinero fácil, la del sexo que suple el amor, la de las familias descompuestas con padres que tienen cuatro o más babies con hijos regados sin reconocer. La del exceso de deseo que mata el hambre, el tedio, la soledad, el aburrimiento. La de la obsesión por el culto al cuerpo ya que parece que no hay nada más culto para cultivar el cerebro. La de una educación mínima porque si usted quiere tener mejor formación necesita más compañía, atención y en realidad, más dinero.
Entonces ante eso ¿No creen que es nuestra responsabilidad vernos en el espejo en vez de atacar la “imagen reguetonera” que tanto nos molesta? Pero al parecer el camino más fácil es vetarla, atacarla, juzgarla, clausurarla, señalarla. Nos hemos convertido en nuestros propios verdugos.
Parece que el tiempo no pasara.
¿Qué tal si por un momento intentáramos observarla, aceptarla, disfrutarla?
Sacrilegio.
Pues aquí entre nos confieso que he visto a más de una banda de rock, a más de un músico independiente, a más de un metalero consagrado, un hardcorero o un punkero radical, a más de un intelectual condecorado por la academia, a más de un folclorista respetado, a más de un o una discjockey de emisora cool, universitaria, pública o alternativa, a más de un lector empedernido, a más de un periodista musical sagrado y a más de un director de festival dar sus mejores pasos reguetoneros en la pista de baile. Arrinconar a una desconocida en lo oscurito del bar “izquierdista - anarquista”, ir hasta abajo con la cresta bien puesta, levantarse varias viejas en la noche, denigrar a las mujeres (ex novias, colegas, desconocidas y amigas), pedir sexo sucio, golpear a sus novias y hasta frecuentar “putiaderos” de la zona roja de la ciudad en la que viven o estén visitando, en medio de una gira o viaje de trabajo.
¡Pero qué sorpresa ver como todos sacan sus argumentos anti reguetón en medio de la condecoración! ¡Que moralistas terminamos siendo los más y mal llamados “alternativos”! ¡Que poca capacidad de discernimiento y reflexión no violenta tenemos! ¡Que superiores terminamos siendo!
Y eso es lo que terminamos condecorando. Nuestra doble moral. Porque a ella y a Maluma lo condecoramos nosotros, no el Gobernador de Antioquia. Somos los responsables de la honestidad que manejamos y las caras que mostramos de nosotros mismos. Somos los responsables de lo que consumimos.. Qué, cómo, cuándo, dónde y para qué. Qué hacemos con eso, cómo lo aplicamos a nuestra vida y lo compartimos, dónde lo encontramos, cuándo lo disfrutamos y consumimos. Para qué nos sirve.
Y la verdad sea dicha eso no lo enseña la radio, la televisión, la prensa o internet. Claramente lo pone en evidencia, lo comunica, lo confronta, lo masifica. Y es su función, además, preservarlo como memoria. Nada que hacer, así se mueran de la rabia, es parte de nuestra historia.
Pero la responsabilidad de cómo consumirlo es del hogar (hecho familia y hecho institución educativa). Esa libertad y la capacidad de reflexión es directamente proporcional al vínculo y la confianza que usted genera con sus hijos, su familia, sus maestros y sus padres para hablar sobre la vida y todo lo que implica vivirla. Para cultivar la observación, el cuestionamiento, el análisis, las decisiones y ante todo, el respeto. Para romper cada tabú, para conocer, querer y poner límites que hagan respetar sus ideas y su cuerpo.
Esto no significa dejar de escuchar reguetón, rock, vallenato, metal, salsa, hip hop, dancehall y demás. Qué sería del mundo sin la música y todas sus historias. Pero uno no es únicamente lo que escucha. Uno es cómo lo escucha, cómo vive lo que escucha y cómo logra discernir de aquello que la vida le presenta. La historia ha demostrado que quienes siguen lo que escuchan al pie de la letra, pase lo que pase, sea lo que sea, siempre terminan más vacíos de lo que empiezan. Una canción, una letra, una obra de arte (así usted no comparta “ese arte”) tiene infinitas lecturas, se lee, se interpreta. El Rock es literatura. El regueton también.
Y el arte en la cultura (cultura entendida como conocimiento, hábito, creencia, arte, moral, costumbre y toda manifestación social adquirida por los seres humanos en cuanto a miembros activos de una sociedad) detona de manera mágica el reino de las preguntas, no de las respuestas. Y en el proceso de buscarlas, cantando, escuchando, bailando tal vez encontremos sin violencia, los caminos para poder construir y cultivar mejores espacios que pongan a trabajar nuestra enorme capacidad de reflexión, interpretación, inteligencia, re invención y creación.