"Un editor es un lector que no para": Santiago Tobón
Nacer, crecer, reproducirse y morir es el orden ‘natural’ que nos han enseñado, es la guía de la vida. Decía José Martí que “hay tres cosas que cada persona debería hacer durante su vida: plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro”, pero fuera de los versos del poeta cubano, muchas inquietudes giran en torno a lo que debe hacerse durante el tiempo que el corazón bombea y late (pero no vamos a ponernos existenciales aquí, sigamos).
Reparemos en el último: escribir un libro. Pensemos por un segundo en todas las veces que hemos comprado un libro y en ese proceso de lectura en el que nos vemos inmersos, a veces voraz y otras tan demorado. Después viene la última página, el punto final y una vez se cierra la contraportada, el libro se hace nuevo, se multiplica como un fractal infinito con cada nuevo lector que lo hace suyo por el tiempo que demora en conocer, y vivir también, la historia.
¿Han pensado cuántas manos intervienen en el proceso de creación de un libro?, ¿cuántos ojos revisan, página a página, cada ejemplar?. Probablemente no, pero, ¿cuál es la importancia de hacerlo? En Radiónica lo hicimos y conversamos con Santiago Tobón, editor de Sexto Piso, acerca del oficio editorial, la curaduría del catálogo y la relación con los escritores.
Hacer real un sueño: ¿Cómo nace Sexto Piso?
Nace de cuatro personas con la idea inocente e indefensa de tener una editorial, sin saber por dónde podían ir las cosas. Cada uno por separado ya había incursionado en el mundo editorial, de alguna forma todos teníamos algo de experiencia y por una serie de becas para diferentes países nos conocimos. En las reuniones de estudiantes empezamos a hablar de formar un proyecto que tuviera un alcance para todo el español, sé que es una idea muy desbordada para una no editorial porque solo había un libro publicado, pero ese fue el inicio del camino que con el tiempo se hizo polo a tierra.
Luego de 15 años de permanencia en el mercado editorial, Sexto Piso aguarda en su catálogo más de 400 títulos, contenidos en seis colecciones. Cuenta con una sede en México, desde el 2002, y otra en España, desde las que se distribuyen los libros a Centroamérica, Colombia, Chile, Argentina y Venezuela. Sus esfuerzos han estado centrados en la recuperación de grandes clásicos, edición de autores contemporáneos y la publicación de nuevas voces de la narrativa actual hispanoamericana.
A tener una editorial se llega por dos caminos, creo yo: mucha gente que ha tenido larga experiencia en el mundo de editar y en un momento decide emprender su proyecto. Otro, que es el caso nuestro y es sin la experiencia prueba, ensayo y error. Te lanzas sin saber muy bien de qué se trata tener una editorial y eso es lo que en el camino se va afinando, este es un lado más emocional, se hace con pasión y el desconocimiento de cómo hacerlo.
Orden en medio del caos: ¿Cómo está construido el catálogo de la editorial?
Me gusta decir que trabajamos todos los géneros literarios en el sentido más amplio de la palabra, porque so es lo que mejor define la editorial, las colecciones que componen el catálogo que tenemos. La primera fue la colección de Ensayo, después publicamos Narrativa, luego comenzamos la de Libros Ilustrados y después, Poesía. Hay una que se llama Realidades y reúne ensayo con ficción, donde están crónicas, textos periodísticos.
A esta selección se suma Música, un catálogo con 16 títulos en los que se narran diferentes aristas del universo musical que recorre vidas de grandes músicos como Jimi Hendrix, las carreras de bandas y artistas legendarios como Joy Division, New Order, David Bowie y Johnny Cash. Además, testimonios e investigaciones de críticos de música como David Keenan y David Byrne.
Sexto Piso se define a sí misma como una editorial independiente y afirma que las alianzas establecidas y los títulos que han publicado han hecho posible que “a lo largo de estos quince años de vida podamos seguir creciendo y haciendo lo que nos apasiona: editar buenos libros y conseguir que lleguen al máximo de lectores posibles”.
¿Cómo realizan ustedes el proceso de selección de manuscritos que entran a proceso de edición? ¿Cuáles son los criterios que estructuran la Curaduría?
Los textos a llegan por muchos caminos, algunos los llamamos ‘Autores de la casa’ que son proyectos en los que hemos creído y publicado. Cada obra que escriben, llega y hay una forma natural de elegir el catálogo. Hay otra forma y es a través de una figura que son los ‘Agentes Literarios’, son quienes siguen el perfil de cada editor y hacen llegar manuscritos de acuerdo a la editorial.
También a través de traducciones, los propios traductores nos proponen libros que han leído en su idioma y es muy enriquecedor porque estamos hablando de lenguas como el Ruso, Húngaro, Chino, por poner cados de la editorial. Otra fuente son amigos editores con quienes encontramos afinidad, por ejemplo la FilBo es un gran punto de encuentro y referenciación. Existe un caso que es mucho más romántico, cuando llega un manuscrito o un correo, lo leemos y nos enamoramos tanto que se publica, pero no pasa mucho.
Sin embargo, el universo literario es múltiple y cada día aparecen nuevas voces que narran la actualidad o crean mundos nuevos y es importante encontrar un lugar para sus letras en el mundo editorial
¿Cómo logras Identificar nuevas voces es a pulso del editor, un sentido que despierta la experiencia o suerte? ¿cómo se da esa elección?
La respuesta más formal es que en la editorial hay un comité y ahí se llevan todas las propuestas, en Sexto Piso somos 5 personas y se toman allí las decisiones para dar forma a un solo catálogo aunque estemos en España y México. Ese concejo discute las propuestas dentro de las colecciones y se va conformando.
El mundo editorial ha ganado profesionalización como los lectores para las editoriales, los informes de lectura y todo eso tiene cada vez más un ojo puesto en la forma, más allá del gusto. Se tiene en cuenta a qué colección podría pertenecer, el tono, el lenguaje y si es parecido a un Autor ya publicado para poder medir el impacto del libro, ya no solo si publicar o no, sino el tiraje que decides. Por ejemplo, la poesía siempre es la de menor impresión, así como tenemos libros de Narrativa que se venden de una.
Por otro lado, sigue siendo un mundo muy azaroso, todo esto es formal pero no podría asegurar que es así, Nadie puede asegurar que un libro va a funcionar a priori, a posteriori es muy fácil hacer análisis y todos los hacemos, pero antes es muy difícil. Nosotros hemos acertado en muchas cosas y nos hemos equivocado en más, libros que hemos pensado que van a funcionar muy bien y otros que no porque creemos que no hay mucho público, ha pasado lo contrario. Vamos ganando experiencia, pero sigue habiendo un factor de suerte, casi.
¿Cómo se ha dado la construcción de la Línea Editorial de Sexto Piso?
En nuestro caso, es un orden dentro del caos, pero para mí un editor es un lector, eso es lo que se ha reflejado en mí con el tiempo y la experiencia. Se aprende que entre más delimitado esté el tema de una editorial es más fácil ganar visibilidad. Nuestro caso es diferente porque somos lectores dispersos, yo puedo leer novela gráfica, poesía y narrativa, y eso es la editorial. En el equipo hay un determinado gusto, pero no hay directores de colección, todos proponemos títulos de todos.
Al ser las lecturas tan variadas, el oficio de Edición debe serlo también o ¿existen algunos parámetros?
Es multidisciplinar y variadísimo, definir lo que hace un editor es muy difícil pero no es quien escribe el libro, pero tiene que saberlo, no es quien corrige pero tiene que ser corrector a la vez, no es quien lo diseña pero tiene que saber de diseño, no es exactamente quién lo vende pero sabe hacerlo. Aunque no cabemos en un tema específico hay que saber de muchas cosas.
¿Cómo establecer un límite durante el proceso de edición? Es decir, encontrar un equilibrio para respetar la pluma del autor y corregir sin cambiar la historia
Hay muchas maneras de hacerlo y cada editor es un mundo en eso. Yo diría, en términos más profesionales, hay dos tipos de correcciones: ortotipográfica que obedece a la ortografía y a las decisiones editoriales. Otra es de estilo y es un poco más problemática, por un lado están las traducciones que son casi una obra de creación, pero es una versión de la versión y eso es más fácil que corregir una obra como tal. Todo eso fija los niveles de intervención del texto, finalmente quien decide sobre la obra es el autor y quien decide si publica es el editor, en ese camino a veces las situaciones son tensas pero normalmente fluye bien.
Así que ya saben, la próxima vez que tengan un libro en las manos imagínenlo en el tiempo porque ha ustedes ha llegado luego de ser parte de muchos otros antes. Autores, editores, distribuidores y compradores hacemos de la industria editorial una onda expansiva que día a día asume nuevos retos y acoge nuevas plumas.