‘Tu Renacer Lunar’, un libro para conectar con la sabiduría del ciclo menstrual
Cuando comenzamos a menstruar el mensaje generalizado que recibimos de niñas es de rechazo. Rechazo porque ser “ventiochudas” o estar “regludas” implica navegar cambios complejos difíciles de entender en un mundo que prioriza el resultado y la acción y que pareciera esperar que fueramos lineales todo el tiempo.
Por eso, tanto esos cambios físicos que toman forma de cansancio y pesadez como esos cambios emocionales que pueden verse como irritabilidad, llanto o rabia no solo parecieran molestar a los demás, sino a nosotras mismas, porque esperamos tácitamente sentirnos y comportarnos de la misma manera, todos los días.
Lo cierto es que el ciclo menstrual, como todos los ciclos en la naturaleza, visto bajo otras perspectivas, bajo una mirada espiritual o ancestral, tienen mucho que comunicarnos. Así lo explica la bogotana Natalia Suárez, fundadora de la plataforma de espiritualidad, Buddhi Om y autora del libro Tu Renacer Lunar que a través de información, pero también de meditaciones y ejercicios prácticos de conexión con la luna, nos enseña cómo reactivar los poderes de nuestro ciclo, aún cuando afuera se nos incita a la culpa por ser cambiantes y se nos enseña a ser exigentes y demandantes con nuestra propia energía.
¿Desde dónde comienzas esta búsqueda en torno a lo que significa conectarnos, las personas que menstruamos, con el ciclo menstrual y por qué crees que es tan importante hacerlo?
Hace más o menos 10 u 11 años viví en Costa Rica porque estudié Derecho y mi pasantía fue en la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Estando allá di con una maestra que tenía esta buena práctica de llevar un registro de su ciclo y nos explicaba que uno tenía que registrar sus cambios. Recibí esa información hace un tiempo, pero la veía como algo muy reducido, en cuanto a cambios de temperamento, sobre todo para estar muy pendiente de los días que me iba a llegar la menstruación y mi ventana fértil.
Con el paso del tiempo empecé a investigar más y me di cuenta que esa limitación que tenemos en nuestra educación menstrual de solo estar pensando en el sangrado o en nuestra ovulación, nos quita toda la información adicional que hay el resto del tiempo sobre nuestro ciclo. Profundizando, entendí que nosotras estamos cambiando todo el tiempo y que en realidad una de las grandes cargas que tienen las mujeres hoy en día es la culpa por esos cambios.
Este libro es una búsqueda para contestar preguntas que tenía. Si bien en el libro, tú encuentras una aproximación muy general desde lo físico, lo hormonal, desde la explicación anatómica, creo que es importante tener claro que la búsqueda ha sido mucho más desde la magia que tiene el ciclo menstrual.
La idea es que cada mujer pueda entender cómo esas fluctuaciones realmente son una bendición y no un problema. Estamos acostumbradas a aproximarnos a nuestro ciclo como si esas fluctuaciones y el hecho de ser mujer fuera una desventaja.
Por eso, el libro es un proceso de recubrimiento, una herramienta para acompañar a las mujeres a que se enamoren otra vez de su feminidad desde esa dimensión cíclica que es supremamente variante y para que nos reconciliemos con toda esa culpa y ese desconocimiento que tenemos de cómo pensamos y cómo sentimos.
¿Cómo es ese proceso de deconstruir esas ideas negativas de lo que significa ser mujer a través de la comprensión de nuestros ciclos?
Es un proceso que empieza con una reconciliación. Ahora se habla mucho del amor propio, pero antes del amor viene una etapa de reconciliación, de dejar de rechazar muchas cosas. Nosotras estamos educadas para ser muy duras y exigentes con nosotras mismas y no para reconciliarnos.
Además, nuestra generación es la de la guerrera, la del arquetipo que puede con todo, la que se enfrenta a todos los desafíos, la que es exitosa en todos los niveles. Eso es muy poderoso y es algo que nos ha revolucionado en muchos sentidos, pero es algo que también tiene que ser compensado con una idea según la cual, nosotras no tendríamos que estar demostrando todo el tiempo a todo el mundo lo que valemos. Nuestro valor no depende de lo que hacemos, ni de lo que alcanzamos o de lo que podemos mostrarle a los demás.
Por eso, uno primero tiene que reconciliarse, tiene que ponerse frente a lo que no le gusta. Amar lo bonito y amarse a uno mismo cuando uno está de buen genio y cuando está pasando un buen momento es muy fácil. El reto está en cada vez más abrazar en esos momentos de oscuridad que todas tenemos y que son súper importantes en nuestros procesos y reconciliarnos con eso.
También reconciliarnos con la ira: nosotras no estamos educadas para pensar que la ira sea algo aceptable. Si estoy triste es mucho más aceptado, pero si tengo rabia, entonces estoy loca o descontrolada y la rabia tiene un sentido de protección muy importante porque te deja ver a qué lugares ya no perteneces o qué personas ya no te corresponden.
Me llama la atención el tema de la mujer guerrera, ¿qué figura crees que podría empezar a reemplazar o desplazar un poco a esa figura de la mujer guerrera para conectarnos con otras posibilidades?
A mí me gusta la idea de la versatilidad. Claro, hay momentos de la vida donde las cosas, se ponen tan complicadas que uno tiene que tener esa guerrera firme y es muy poderoso saber que cuentas con ella, pero también es muy poderoso saber que hay momentos donde uno no necesita tener la armadura puesta, donde puede estar mucho más en la delicadeza, la suavidad, la capacidad de atraer.
Nuestro masculino desbalanceado en las mujeres se ve mucho como en ir a buscar, lograr alcanzar, hacer. El femenino es mucho más receptivo: es un espacio de merecimiento donde tú atraes las cosas.
Pero así como la guerrera, hay mil versiones de uno y justamente tu ciclo te da toda esa fluctuación para que puedas experimentarlas y escoger, así como te puedes ponerte la ropa que quieres. Así, si decides que a veces quieres ser una guerrera, también puedes saber desactivarla porque hay momentos donde tu tranquilidad está mucho más en recibir y en merecer que en venir a buscar y hacer cosas.
Todas estas búsquedas me interesan y a veces me cuesta conciliar este tipo de conceptos y los de las ciencias sociales o el feminismo. Se habla mucho del daño que nos han hecho los roles de género y se cuestiona mucho el hecho de pensar que hay un rol femenino y uno masculino, ¿tú cómo ves eso?
Yo estoy completamente de acuerdo en que tener roles preasignados y decir, por ejemplo que si eres mujer, tienes que ser sonriente, dulce, carismática, estar feliz todo el día, pues no es sostenible.
Además porque el femenino tiene una dimensión oscura que es divina. Lo que pasa es que nuestra tradición cultural no tiene una diosa que se ponga brava y que sea mujer. Nosotras no tenemos ese referente cultural, pero si tú miras en la tradiciones de Oriente en el hinduismo, hay diosas como Kali, una diosa que está rodeada de cabezas de hombres y que tiene la lengua fuera y se ve muy fuerte desde el punto de vista de la representación visual y es una diosa, no un demonio.
En nuestra tradición cultural no tenemos ese referente, primero porque nuestro Dios es un hombre y segundo porque nuestro paralelo a lo que sería una divinidad femenina es la Virgen y es absolutamente suave y armoniosa. Por eso, no entendemos que cuando sentimos rabia, seguimos siendo divinas.
La libertad en esto es muy importante, yo creo que el feminismo ha avanzado un montón y nos ha abierto los ojos en muchos sentidos en "mire, cuando usted tiene rabia es válido", "usted no tiene que asumir los roles”, “no se tiene que quedar en la casa", "usted puede salir y explorar", pero la clave de todo eso es la libertad.
Si yo estoy escogiendo qué me sirve, qué lindo poder explorarlo, pero que lo que en un momento es mi libertad, no se vuelva una cárcel. Si yo un día dije en este momento en mi vida, yo quiero ser una guerrera y quiero hacerlo todo sola, que no me pase que se me volvió una cárcel porque se me olvidó pedir ayuda o confiar en los demás o recibir amor.
Yo creo que uno tiene que estar muy alerta y muy consciente de cuáles son sus necesidades, para desde esa libertad, reconfigurar cuál es el femenino que uno quiere expresar y habitar, pero es un tema de conciencia y libertad.
Otro de los elementos que me llamó la atención en tu libro es esa conexión que existe con la luna y nuestro ciclo. ¿Qué implica esa conexión?, ¿cómo la has vivido tú? y ¿cómo te gusta transmitir ese conocimiento?
La ventaja que tiene la Luna es que como todo en la naturaleza, es una representación visual de algo que tú tienes dentro. Pasa mucho con los tótems de los animales: las tradiciones indígenas dicen que honran el águila porque representa la libertad, entonces tu ves el águila y hay algo en ti que se siente libre.
Con la Luna pasa lo mismo: al igual que nosotras, esta pasa por distintas fases durante el mes y hay un paralelo, si se quiere, entre cada una de sus fases con las fases del ciclo menstrual.
En cada mujer, el ciclo menstrual, se manifiesta distinto y parte del libro de Tu Renacer Lunar que está a medio escribir porque la mitad de la información se la da el lector, muestra que en cada una se ve diferente. Sin embargo, en términos generales en la medida en la que la luna va transitando ese ciclo de 29 y pico de días, nosotras transitamos uno de 28, —aunque hay mujeres con ciclos de 24, 25, 30 días— y es un proceso de cambio, de transformación, de verse uno diferente y explorar cosas distintas.
La menstruación es el paralelo a lo que es una luna nueva, es como una cueva y la tendencia es ir hacia adentro. Luego, a medida que la luna empieza a ganar fuerza, nosotras también y cuando la luna empieza a crecer, nosotras también lo hacemos.
Cuando la luna llega a estar llena completamente, es ese momento de completitud en las mujeres, en la ovulación, se siente como nuestra capacidad de nutrirnos a nosotras mismas, nuestras relaciones, cuidar a los demás. Luego cuando la luna empieza a reducir esa energía y empieza a menguar, nuestra energía empieza a recogerse un poco más.
Cuando uno ve la luna pasando por todo eso es un recordatorio de que no somos las mismas todos los días. Aprender a respetarnos en ese proceso no solamente es muy importante desde el punto de vista del amor propio y del autocuidado, sino que sobre todo es muy eficiente para entender cuándo estamos más agudas mentalmente o cuando necesitamoss más descanso.
Yo incorporo mucho esto en mi vida para organizarme y la diferencia que yo he visto en las mujeres que acompaño en los procesos cuando están completamente conectadas con su ciclo es ese: su vida se optimiza en todas las formas posibles.
¿Dónde podemos conseguir el libro?
El libro está disponible en medios digitales, lo puedes conseguir en la tienda de Amazon, en Barnes & Noble y en la tienda de Apple, En físico lo puedes pedir a través de la página de la editorial www.leerescool.com.
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Para seguir a Natalia en este y otros proyectos, pueden entrar a su canal de Instagram @BuddhiOm.