Regresa Dr Fausto, el caprichoso fanzine de Manizales
Hacer comic en nuestro país -sin una industria que garantice las condiciones mínimas para su producción, difusión y comercialización- es un desafío. Solo hasta el 2013 el comic fue reconocido por la Corte Constitucional como un producto cultural, así que el camino recorrido tanto en consumo como creación ha sido un trabajo de unos pocos, a quienes le debemos la creación y el fortalecimiento de una incipiente industria del comic en el país
Prueba de ello son los trabajos colectivos que logran ver la luz desde la autogestión, autores y consumidores de comics que persistenen la fomentación de espacios de diálogo y creación en torno a este medio de narración.
En el 2012 y con la plena curiosidad y/o necesidad de generar una publicación dedicada al tema en el Eje Cafetero, Edward Muñoz y Julián Andrés Marulanda (Reptil) se idearon la creación de un fanzine que les permitiera compartir no solo sus narraciones y dibujos, sino las de amigos e invitados que se venían tomando muy en serio el arte del cómic.
Fue así como publicaron ese mismo año la primera edición de Dr Fausto Fanzine, “una publicación caprichosa e intermitente de cómic inflamable”, como lo describe Edward, “caprichosa porque publicar, leer y hacer comic es un trabajo para necios y tercos. Intermitente porque hacer una publicación auto gestionada implica esfuerzos para su publicación e impresión. Inflamable porque nos gusta imprimir en papel para que pueda quemarse”.
El trabajo rodó primero en Manizales y rápidamente pasó por las demás ciudades del Eje Cafetero, luego llegó a otras ciudades en Colombia y poco a poco cruzó fronteras a nivel Latinoamérica. Dr Fausto se había convertido entonces en un referente del cómic antológico.
Sin embargo y como casi siempre pasa con los proyectos autogestionados, la producción de la publicación paró. No hubo apoyo suficiente para su edición; Edward se fue de la ciudad, Julián estuvo enfocado en otros proyectos y la que sería la edición número 11 del rebelde Fanzine no salió.
Solo tres años más tarde las mentes creativas detrás de la publicación se volvieron a encontrar y convocando a otros narradores del dibujo sacaron del exilio una lujosa edición número once. Un trabajo en impresión risográfica que le da un carácter más coleccionable, pero que no pierde su razón de ser fanzine: sin formato, periodicidad, caprichoso, intermitente e inflamable.
Dr Fausto hoy recibe bienvenidas como las de Nelson Zuluaga, director de la Muestra de Cómic Sin Fronteras, para quien el regreso de publicaciones de este tipo es vital para la consolidación de una insipiente industria: “Muy bienvenido que estos proyectos que ya llevan un tiempo, regresen. Sabemos todo lo que conlleva esa parte editorial y esa parte de producción que es muy compleja por tiempo, diseño, convocatoria y sobre todo por presupuesto, pero definitivamente son procesos hechos con el alma que aportan mucho a este país sin una industria definida, en donde a partir del apoyo a estos procesos locales que van teniendo eco nacional poco a poco se va trabajando por la narración gráfica en Colombia”.
Cómics de JuanyDiego, Byron Alaff, Luis Echavarría, A.G.A, Pablo Marín Ángel, Carolina Pineda, Miguel Otálora, Inu Waters Reptil y Edward Muñoz, además de reseñas de Mario Cárdenas y Andrés Rodelo, dan vida a estas hojas que posiblemente alguien quemará, no sin antes ser testigo del regreso del Dr Fausto, siempre altivo, palpable, impreciso, y dibujado.