La Causa Nacional: el rock colombiano según Jacobo Celnik
La Causa Nacional es la nueva obra periodística, investigativa y literaria, de uno de los grandes rockeros de las letras en Colombia, Jacobo Celnik.
Luego de revisar las historias de Rockestra (2013), Satisfaction (2015), Bob Dylan: a las puertas del cielo (2017), entre otros, Jacobo Celnik nos regala esta nueva obra que hace una fiel reconstrucción de la historia de nuestro rock colombiano. A propósito de este reciente lanzamiento literario, quisimos hablar con Jacobo sobre su apuesta por las letras y el rock, y sobre la construcción amorosa de este texto necesario para nuestra memoria musical.
¿Por qué decides recopilar las historias del rock colombiano?
Hay un vacío histórico importante en términos del estudio y la exploración de la historia del rock en Colombia. Si bien escritores como Pablito Wilson, como Humberto Pérez, Félix Riaño desde diferentes instancias han explorado las historias del rock en Colombia, la mayoría de estos libros se acercaron a los artistas, pero en este caso yo me centro en el contexto y en el entorno de la historia de la llegada del rock a Colombia y me voy a los orígenes de la radio, de las rockolas que fueron importantes para la difusión de este sonido, y luego como ese aspecto legitima la industria del disco.
Finalmente de diversas maneras aparecen a partir de esos mismos discos importados una naciente escena y el momento épico en el que un señor de la radio antioqueña, Hernán Restrepo Duque, programa en la voz de Antioquia, el primer rocanrol. Entonces en el libro está todo ese proceso. Finalmente lo que hice fue involucrar a la mayor cantidad de protagonistas de la cadena del rock en Colombia; el músico, el coleccionista, el locutor, el informal que lleva un blog con recuentos históricos, el manager, los músicos, el disquero, el promotor, el lanza discos, el productor, el coleccionista, los vendedores de tiendas de discos. Todos tiene una mirada y ayudan a construir ese gran rompecabezas que es la historia del rock en Colombia. Era una deuda que le teníamos a esta historia, que no es “la historia” sino las historias del rock en nuestro país.
Cuéntanos un poco sobre el proceso de investigación
Fue un proceso largo, fueron cerca de 140 entrevistas a protagonistas directos, uno a uno, escuchando sus voces, sus historias, verificando datos; también haciendo una revisión exhaustiva de toda la bibliografía de nuestro género en el país, un proceso dispendioso de todo lo que se ha publicado sobre el rock en Colombia. Y además, escuchar una cantidad impensable de discos que ni yo mismo tenía.
¿Una banda y un disco del rock colombiano para Jacobo y por qué?
Yo creo que La Banda Nueva, definitivamente, aunque tuvo una vida muy corta, alrededor de dos años, esta banda grabó un disco que se llamó La Gran Feria, y este fue un disco de avanzada para el sonido en Colombia. Porque lo que crearon en ese momento, nadie mas lo había hecho a ese nivel: jazz y música clásica al rock, con una mirada colombiana y con músicos muy virtuosos. Este quizá es uno los discos más importantes en la historia del rock en Colombia y lastimosamente desaparecido y relegado de las estanterías musicales.
¿Cuál es el momento que más te apasiona de esa historia de nuestro rock?
Sin duda alguna, la década de finales de los setenta y principios de los años ochenta. Lo que pasó en Medellín fue increíble, ver como agrupaciones como Nash, Carbure, Judas, aparecen en ese momento y bajo unas circunstancias particulares, eso no deja de ser sorprendente; las emisoras en Medellín, Radio Discos ZH, Veracruz Estéreo, La voz del Cine, lo que hicieron personajes como Tito López, Aurelio Toro, Carlos Acosta. Es que Medellín le llevaba años luz a Bogotá en muchos procesos, por ejemplo, cuando aparecen esas bandas y esas radios, en Bogotá teníamos si mucho a Ship, en el año 1982 y quizá era una propuesta que no tuvo tan alto impacto. Entonces en Medellín tres agrupaciones sentaron las bases para que luego aparecieran otras como Kraken, Estados Alterados, I.R.A y todo ese movimiento del metal y punk Medallo que luego fue un movimiento legitimado en la película Rodrigo D No Futuro.
El rock en español en Colombia pegó gracias a Carlos Acosta por programar Alaska y Dinarama a escondidas y es así como el bicho del rock en español se pega en Colombia. Definitivamente Medellín es la capital del rock en Colombia y este libro curiosamente es muy paisa.
Luego de escribir el libro, ¿Qué te queda a ti como investigador y escritor?
Seguir escribiendo historias de rock, el rock da para mucho. Estoy trabajando ya en otro proyecto y sigo investigando los fenómenos al interior y también a nivel internacional. Estoy muy metido explorando el desarrollo del rock en el continente, pero por el momento hay que vivir en forma La Causa Nacional.