5 poemas de Alejandra Pizarnik que debes leer
Hija de Elías Pozharnik y Rejzla Bromiker, inmigrantes, Alejandra Pizarnik nació un 29 de abril de 1936 en Avellaneda, Argentina. Estudió filosofía en la universidad de Buenos Aires y también en la Escuela de Periodismo.
A pesar de haber ejercido como reportera, Alejandra prefirió seguir las letras y se dedicó a sus intereses artísticos, que estaban totalmente ligados a sus sentimientos y los pensamientos que la atravesaban cada tanto.
Terminó por acercarse a catedráticos, escritores y editores que le mostraron el surrealismo del que ya nunca pudo escapar y que se evidencia en gran parte de su obra poética.
Puedes conocer más de su biografía en: Alejandra Pizarnik: la historia de una poeta incomprendida
En Radiónica hablamos con Camille Melo, poeta y gestora cultural, quien nos explicó sobre la relevancia de la obra de Alejandra Pizarnik y nos recomendó 5 poemas de la autora.
“Hablar de Alejandra Pizarnik es hablar de un referente que, sin lugar a dudas, no solamente permea la literatura argentina, ni del cono sur, sino que definitivamente para el habla hispana se convierte en un icono que trasciende y que ha hecho que muchas mujeres lectoras y escritoras nos sintamos muy aludidas con su vida y obra”, dice Camille.
Y es que justamente el ser mujer, con quebrantos de la salud mental, de familia migrante y escritora en los años 60 no debió ser nada fácil. Todo lo que tuvo que pasar, por fortuna o desgracia, le abrió la puerta a un mundo de introspección, de revisar su subconsciente, en el que construyó una identidad literaria a la que a día de hoy nadie ha podido siquiera acercarse.
Quizá lo que ha atraído a tantas mujeres del mundo a su obra es ese intimismo y sensualidad con el que se plasmó a sí misma, dejándose ver vulnerable, muy emocional y honesta. Alejandra tocaba temas como la nostalgia, las pérdidas, la muerte y claramente la relación poética que había con todo en la vida.
“La obra de Alejandra tiene un sinnúmero de vertientes, de signos, que nos llevan a vivir la vida casi que a su lado. Leerla desde su desgarradura, desde esta herida fundamental que intentaba curar a través de la escritura, de todos estos relatos que muchas veces fueron diarios, otros escritos, escuetos y más adelante poemas, creo que nos llevan a ser cómplices de ese desarraigo que ella sentía por la vida misma”, añade Camille.
Para Camille, Alejandra más que buscar infinitamente estar a gusto con su existencia, buscaba una forma de narrar ese disgusto y ese dolor por no sentirse parte de algo, por siempre sentirse extranjera, por ese reconocerse como diferente.
“Creo que su figura es bastante relevante en la vida lectora de muchas mujeres por su escritura, su capacidad de poner sobre la hoja en blanco estas guerras internas, estos sueños, estos anhelos, estos dolores. Heridas que definitivamente no venían incrustadas en la piel, sino en el alma”, comenta Camille.
Con el éxito que sus letras adquirieron y el reconocimiento de otras figuras de la literatura como Julio Cortázar, quien en una carta le manifestó quererla con vida, irónicamente no se saciaban los deseos de Pizarnik de desaparecer, cosa que ya será imposible, pues su legado sigue presente.
Sobre esto, dice Camille que “pocas escritoras logran inundar de ese dolor, pero también de esa fuerza con la que cada poema, de alguna manera, luego de derrumbarla o de morir prácticamente en él, le daba paso a una nueva forma de estar viva”.
5 poemas recomendados de Alejandra Pizarnik
Casa de la mente
La casa mental
reconstruida letra por letra
palabra por palabra
en mi doble figura de papel
atraviesa el mar de tinta
para dar una nueva forma
a un nuevo sentimiento.Revelaciones
Que tu cuerpo sea siempre
un amado espacio de revelaciones.Querer quedarse queriendo irse
Todos comprenden lo que nadie
nadie comprende lo que todos.La carencia
Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.La última inocencia
He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más formar fila para morir.