“GORE”… Un viaje por la nostalgia, la búsqueda y la introspección
Corría el año 1988 en Sacramento (ciudad capital del estado de California), cuando montar tabla y deambular por las calles se convirtió en la unión de un grupo de chicos con afinidades musicales, luego conformaron su propio proyecto musical que hoy por hoy, en unos veintiocho años de historia, ha presentado diversos trabajos musicales, que dentro de sus múltiples sonoridades le han cambiado la vida a muchas personas alrededor del mundo.
Metal, Alternativo, Experimental, Post-Hardcore, Nu-Metal, entre muchos otros, han sido los términos y los géneros para referirse a este quinteto que hoy suena a ellos mismos, a quienes le dan vida, convirtiéndose en una escuela y en un ícono que se adhiriere a la vanguardia, donde el trabajo, las ideas y el destino les han hecho cruzar por momentos difíciles que para fortuna de sus fanáticos han logrado superar victoriosamente.
La expectativa ante la llegada de Gore, su octavo álbum en estudio, recibió una gran cantidad de comentarios divididos provocados por el sonido expuesto en los primeros sencillos, pero también debido a las declaraciones de Stephen Carpenter, guitarrista y fundador. Carpenter no solo hizo pública su inconformidad con el sonido de Gore, sino que además sacó a la luz diferencias conceptuales entre Chino Moreno y los demás miembros de la banda, éste sentía que se estaba presentando un distanciamiento respecto al objetivo. Algo que finalemente sumó publicidad al disco y 'restó' credibilidad a puertas del lanzamiento.
Sin embargo, pese a que hubo tensiones durante los procesos de composición y producción, es meritorio decir que tanto el trabajo en guitarras, voces y ensamble es extraordinario. Gore ha despertado entre los fanáticos opiniones divididas, pero claramente no estamos hablando de regresar a fórmulas primarias, no vamos a encontrar un Adrenalized o Around The Fur Pt.2, por el contrario, vamos a redescubrir una banda que sabe cómo reinventarse en cada fase del camino, que no se queda con un mismo sonido, sino que por el contrario explora todo un abanico de posibilidades… ¡Ese fue el verdadero reto!
El disco realiza su apertura con el tema Prayers/Triangles, primer sencillo promocional del Gore, con el cual la banda empieza a presentar una dinámica constante a través de toda la producción, donde de la tranquilidad pasamos a la estridencia y viceversa; una canción que trae algo entre manos, nuevo y diferente, pero que comienza a revelar una interesante belleza escondida. Pasamos a Acid Hologram, donde la potencia se va incrementando sutilmente, pero manteniéndose aparentemente como una canción tranquila, donde se van incorporando otros elementos más conocidos dentro de las dinámicas del grupo.
Saltamos a Doomed User, tercer corte del disco y segundo sencillo promocional, con el cual la banda retorna a una fórmula mucho más tradicional en su sonido, pesado y certero, donde por momentos dentro de su experimentación nos transportan al pasado para recordar bandas cercanas como Quicksand o Sparta. Por su parte, Geometric Headress nos expone una canción llena de efectos y diferentes matices en la voz de Chino, por momentos no se encuentra tanta dinámica, sin embargo es un tema con calma, lleno de entornos y momentos muy marcados.
El quinto lugar en el tracklist va para la preciosa Hearts/Wires, que con una introducción muy al estilo del Post-Rock, hasta influenciada por música de artistas como Pink Floyd, nos sorprende con un sonido inclinado hacia el Dream Pop y el Shoegaze; guitarras asombrosas y los finos detalles de Frank Delgado, quien aporta de manera sobresaliente en este tema.
Luego pasamos a Pittura Infamante, una de las canciones más extrañas del álbum, quizás por su diferencia sonora frente a las otras y su estilo en general, abordando un contexto mucho más enfocado a lo alternativo. Resulta entretenida sin dejar de lado completamente el toque “Deftone” durante la marcha.
Vamos entrando en la recta final de este trabajo con la canción Xenon, que con sus secuencias y efectos nos pone en un contexto cercano al Trip-Hop y por momentos evocamos pasajes del álbum Saturday Night Wrist, destacando que de este corte ya habíamos conocido algo previamente a través de internet y sus misteriosos escaparates. Sigue (L)Mirl, tristeza y melancolía sonora similar al estilo de otras grandes canciones como Change o Sextape, ésta va creciendo junto a muchos otros elementos que se adhirieren para luego cerrar con algo de Post-Rock entre belleza y desesperación.
Llegamos a Gore, el demoledor tema homónimo de la placa. Se presenta de una forma creciente desde el principio, estallando en una combinación sonora altamente contundente, percibiendo a un Chino Moreno que va viajando con su voz entre el estilo conocido de la banda, mientras alterna de manera inteligente con todos los elementos experimentales previamente descritos. Una canción que podría ser la más pesada del álbum.
En un viaje sin fin aparente, llegamos a la majestuosa Phantom Bride, sin duda entre las mejores canciones del disco, donde nos traen como invitado especial a Jerry Cantrell de Alice In Chains. Mucha melancolía, a la vez belleza y una composición altamente versátil que sorprende con un precioso solo de guitarra a manos de Cantrell, algo poco común en las canciones de Deftones que hemos apreciado en contadas ocasiones, como en el solo del cover de Simple Man, original de Lynyrd Skynyrd incluido en el disco B-Sides & Rarities. Esta fórmula de ensueño logra llegar a lo más profundo de nuestros corazones gracias a una sencilla pero interesante estructura musical que remata con toda la potencia de la banda, donde este invitado sigue haciendo de la suyas como un sexto integrante.
Culminamos con la increíble Rubicon, un tema que no podría cerrar de mejor manera este trabajo musical, ya que reúne sonoramente el espíritu del Gore, desde la tranquilidad a la expectativa, pero de nuevo de la expectativa a la fuerza y la grandeza reuniendo otras corrientes musicales, alternándolas con su firma y tenacidad.
Este trabajo ha recibido críticas positivas entre medios especializados gracias a la nueva faceta en la carrera de la banda, se ha venido comentando que su brillante resultado radica en unir polos opuestos como los de Morrissey y Fredrik Thordendal de Meshuggah. El verdadero espíritu del álbum radica totalmente en el factor de experimentación, ya que esta transmisión de emociones, atmosferas y viajes sonoros, es un paso importante en la carrera de una agrupación de estas corrientes, porque así como bandas de la talla de Ulver, no se quedaron en la misma formula, se arriesgaron a mirar hacia otros horizontes.
Vale la pena escuchar Gore, porque es un regreso significativo para una banda que se ha convertido en un referente, tal cual como ocurrió hace unos días con el regreso de Radiohead y su extraordinario A Moon Shaped Pool. Así, Deftones ha demostrado que nunca valdrá la pena quedarse en una zona de confort, hay que salir de ésta y conocer otras latitudes sin olvidar, por supuesto, la identidad.