"Es hora de devolverle los favores al rock de allá"
Le pedimos a Velo de Oza que entrevistaran a sus compadres de ENePEI para hablar de rock, de su tierra y de carranga.
Sumercé: en #BandasEnCuestión, agrupaciones colombianas similares, pero de diferentes caminos, se entrevistan mutuamente. Las preguntas son libres, nosotros solo somos espectadores.
ENePEI (foto) y Velo de Oza llegan esta vez a matar la curiosidad sobre cada una. Viejos conocidos, llevan años buscando su propio sonido colombiano del rock, algo que para algunos es raro y para otros ingenioso, o a veces difícil de entender, pero con una visión de ese estilo que al final los une: ponerse de ruana al rock y vestirlo de campesino, metiéndole rebeldía a las raíces y al folclor andino de la infancia, cantándole a la tradición.
Un rockero en un campo de Tejo, o jugando rana en chaqueta de cuero, mientras suena "carrangarock" en una tienda típica del altiplano para calmar el "gaznate", podrían ser imágenes que se vienen a la cabeza al escuchar Bambuco de ENePEI o La ruana de Velo de Oza. ¿Pero se ven ellos así?
Pues para esta primera parte, Velo de Oza hace pasar al tablero a ENePEI. ¿De dónde salió su nombre? ¿Qué es el "el rock de acá" y por qué debe tener algo de "la tierrita"? ¿Cuáles son sus gustos carrangeros? (para intercambiar algun casete del abuelo, seguramente), son algunas de las preguntas que Alejandro Monroy (ENePEI) contesta en este nuevo #BandasEnCuestión.
Bambuco, la canción más importante de Buenas y Santas (2011), primer disco de ENePEI, resume el sonido de este grupo que, con influencias paternas (Monroy es hijo de uno de los del dúo de humor musical Hermanos Monroy) y gustos de afuera, están juntos desde los 15 años con el sueño de abrigar con lana los riffs del rock con arpegios y punteos de requinto, contando historias de su cultura, a manera de coplas y refranes, con la sabiduría popular y la "malicia" de la región montañosa.
Las dos bandas se presentarán juntas el próximo 1 de marzo.
Velo de Oza (VDO): ¿Para qué sirve un tiple?
ENEpEI (E): Para hacer bambuquitos y pasillos; para darle el sonido del campo, de la chicha, del guarapo al rock de acá.
(VDO): ¿Por qué y para qué hacer rock con sonidos tradicionales?
(E): Porque para nosotros es como respirar. Sin esos sonidos nunca hemos concebido la música. ¿Y para qué? ¡Para poner a gozar a todo el mundo! Para que alcancen a sentir lo bonito que es ser colombiano.
(VDO): ¿Qué es lo mejor de tener una banda en Colombia que involucre los sonidos propios de la tierra?
(E): Lo mejor es tal vez utilizar de una manera propositiva los sonidos de nuestro folclor; es anunciarle al mundo entero que Colombia no solo tiene sonidos costeros, sino que tenemos una diversidad inmensa de sonidos, una serie de herramientas infinitas para rehacer música, para reescribir las "nuevas" músicas colombianas. El proceso de investigación, de construcción y el resultado al consolidarlos con el “mero rock”, es un trabajo realmente satisfactorio y divertido ¡Ni hablar de cuando se llega la hora de presentarlo en vivo!
(VDO): ¿Algún objetivo específico con su música?
(E): Al principio no había mayor pretensión más que gozar haciendo rock and roll, pero con un sonido propio y disfrutando sobre todo el "en vivo". Luego nos dimos cuenta que todo esto lo hacíamos con el firme propósito de ser sinceros con nosotros mismos, con nuestras raíces, con nuestra identidad. Objetivo: llegar al mundo entero con nuestra música; globalizar el sonido del rock y el folclor de la tierrita; rock de acá versus rock de allá. El rock de allá ha nutrido siempre el rock de acá. Es hora de devolverle los favores.
(VDO): ¿De qué habla ENePEI?
(E): De todo un poco. Al principio las líricas eran simples historias de gusanos atravesados por un carro, o el "viajecito" de una estrella que buscaba llegar al sol. Ahora somos menos "fabuleros"; acentuamos siempre las expresiones locales, el sentimiento de los habitantes de nuestra tierra. Luego de mucho tiempo nos dimos cuenta de que el nombre de la banda respondía a una pregunta que a diario se hace la humanidad entera “¿de qué se trata la vida?: pues ni p… idea”. Después de mucho tiempo pensando nombres, nuestro baterista, aburrido de no lograr consenso, dijo: “ahhh, ni p… Idea” y así se quedó. Ahora, luego de superar unas discusiones en cuanto a derechos de autor, nos quedamos con ENePEI.
(VDO): ¿Su opinión respecto a la escena carranguera?
(E): Además del más grande, Velosa y sus carrangueros, admiramos mucho a Óscar Humberto Gómez, y al Tocayo Vargas; más que todo el movimiento santandereano que tomó mucho vuelo en los últimos diez años. No recordamos el nombre de la banda de los ochenta que eran como los “Village People carrangueros”.
(VDO): ¿Cómo conocieron a Velo de Oza y qué opinan de la “carrangarock”?
(E): En Radiónica, 99.1, en ese momento la Radiodifusora Nacional de Colombia, los escuchamos y nos pareció una de las cosas más atrevidas que se había hecho en cuanto al rock local. Ahí los comenzamos a seguir por su MySpace, donde tenían un par de temas que escuchamos y fue como enfrentarse al fin una propuesta sin miedos y con mucha fuerza. Sentimos que por fin alguien leía como nosotros lo que debe ser una verdadera propuesta rockera colombiana, que desde hace por lo menos una década atrás no escuchábamos. Al mismo tiempo dejamos de sentirnos tan solos abriendo camino con el machete en medio de este pantanal rockero.
(VDO): ¿Cuál es su opinión en la relación payola y rock que se da en Colombia?
(E): Es un triste negocio. Es etiquetar el arte, como se etiquetan los artículos en un supermercado. Es medir con el filtro más equivocado posible quién suena o quién no. Es darle la oportunidad al que más tiene en el bolsillo y no al que más tiene en el corazón y en el cerebro.