Monte: exploración transatlántica desde Bucaramanga
Monte es un quinteto que nace con la idea de Doménico di Marco de explorar la música que tiene sus rutas en el Océano Atlántico. Él es la voz y el compositor de este proyecto que nació en el 2019 para explorar los sonidos que él define como afro-diaspóricos con un formato rockero. Hablamos con él para que nos contara sobre este nuevo proyecto, que prepara su primer larga duración, y sobre lo que es para él hacer música.
“Es una exploración alejada de lo académico, más libre”, dice Di Marco por teléfono. Cuenta que se salen de lo riguroso, que viene más bien del sentimiento de cómo los miembros de la banda exploran y sienten la música. “Que acá no se puede voltear la clave, que el sonido debe ser tal o cual… No tenemos el sabor dancístico tradicional, por decirlo de alguna manera, pero si se trata de una experiencia que trata de mover a la gente”. Y eso se nota en el formato de la banda, que comenzó como un cuarteto, con dos guitarras, bajo y batería. Hoy, los acompaña una conga, unas veces y otras, un djembé.
En la guitarra y la voz, está Doménico; Carlos Ulloa, que tocó en Tristán Alumbra, está en el bajo; Edwin Amorocho, que se encarga de la producción, está en la otra guitarra; y en la batería está Edo Jiménez, un barramejo que llegó en 2020 a vivir Bucaramanga y sobre quien Dimarco dice: “Es de los mejores bateristas que conozco”.
En el sonido de la banda se nota la actitud rockera con la que se asumen tradiciones de otros continentes, sobre todo africanos. También se nota la manera de trabajar y crear música de Dimarco. “Creo mucho en el oficio. Hacer mucha música se traduce en hacer mejores canciones. No reviso demasiado lo que hago y tampoco soy perfeccionista. Trato de hacer una canción a la semana”.
Para Di Marco, curiosamente, la música no tiene una función meramente expresiva ¿Qué quiere decir con esto?, pues según él, es una definición que se toma muchas veces como un axioma al hablar del arte de hacer música. “Es un mecanismo o un lenguaje que le permite a usted desarrollar ideas. Yo, por ejemplo, oigo mucha música africana, que no tengo ni idea qué dice. Póngale como un blues del desierto, que parece triste, pero que para esa cultura puede ser una canción de fiesta”.
Con esta postura y con su lenguaje, Di Marco me aclara que Monte no hace antropología. Solamente usa esas músicas como recurso. Monte tampoco hace música de género, sino que trata de explorar toda la conversación que se da en el océano Atlántico, que puede ser un océano en sí misma. “Lo que buscamos es que nos impulse esa potencia del ritmo que lo hace a uno entrar en trance. El fuego que tiene la música colombiana y la música africana que se diferencia de la cadencia, más suave, de la música brasilera, por ejemplo”.
El sonido de Monte es notoriamente rockero y los colores de las músicas africanas están en las guitarras y en los ritmos que usan. De los dos EPs que ha lanzado la banda, se nota la influencia de las guitarras bluseras del desierto del Sahara en “El Albur”, que también usa los golpes rítmicos del soukous o la champeta (cómo llamara lo que viene de África que se usa en Colombia).
Su segundo tema fue “Siembra”, que con un riff de guitarra que se sostiene durante toda la canción, sirve de base para unos redobles en los que Jiménez esparce por toda la batería sus golpes y Di Marco parece cantarle a los que dejan muertos en la tierra.
Para el segundo EP, sacaron una lenta “Cumbia de las horas”, en la que las guitarras adornan con melodías bluseras y acordes una base clásica de cumbia de bajo y en que la letra nos ofrece una reflexión sobre cómo el tiempo se lo lleva todo, pasando lento como un barro húmedo que no permite avanzar.
Las letras de Domenico, ese desarrollo de ideas que para él es la música, nace de preguntas: ¿Qué es la vida? ¿Qué es la muerte? ¿Qué es el silencio? En unas, tendrá la intención de divertirse y otras la intención de dejar la pregunta. ¿Qué es Monte? Tal vez no se pueda definir, pero pueden darle play y descúbralo mientras llega el segundo semestre y el lanzamiento de Tierra Caliente, su primer larga duración.