Moisés Fuentes, una historia de superación y valentía en el deporte
Los deportistas paralímpicos están dejando en alto el nombre de Colombia en los Juegos Paralímpicos de París 2024; sin embargo, llegar a estas justas no es fácil para ningún deportista y es por eso que queremos conocer la historia de Moisés Fuentes García, paranadador santandereano y único colombiano con seis paralimpiadas y cuatro medallas paralímpicas. Contador público, tecnólogo deportivo y licenciado en educación física.
Moisés, hablemos de su historia
Cuando tenía 18 años, fui víctima de conflicto armado, grupo paramilitares asesinaron a mi hermano y a mí me dieron seis disparos, uno de esos afectó la columna, la médula espinal, generando una paraplejia; es decir, la pérdida de la movilidad de miembros inferiores y bueno creo que eso fue un cambio bastante drástico en nuestro proyecto de vida.
Iniciar prácticamente de cero nuevamente; sin embargo, el deporte nos brindó esa oportunidad de volver como a la vida, de volver a encontrarle un sentido a la vida. La integración con otros compañeros en condiciones similares me transmitieron o transfirieron confianza, experiencia y creo que fue fundamental en ese proceso.
Mi deporte inicial fue el baloncesto en silla de ruedas, lo cual me permitió disfrutar un poco de una hora cada fin de semana y posteriormente ya entrenamos entre semana; lo más importante es que me ayudó en ese proceso, en la parte mental y, a la vez, en la parte física. Porque sin quererlo o sin darme cuenta iba aprendiendo a manejar la silla, a buscar la independencia, a sentirme un poco más cómodo, a sentirme autosuficiente y con ello se tienen ganas de vivir, se tienen ganas de hacer y cuando tienen ganas de hacer, hay posibilidades de surgir, de crecer y construir un proyecto de vida.
Por ahí inicié en el baloncesto y posteriormente, en el año 95, empecé el proceso de natación. Yo sabía nadar de pequeño, pero nadaba en ríos, sin técnica ni nada y en el año 95 empecé en un proceso de formación deportiva a través de la natación y bueno, ahí fue como el inicio de este proceso.
Hablemos de su trayectoria profesional
En el año 2006 fui al Campeonato Mundial en Sudáfrica y allí logré la primera medalla de bronce para Colombia, desde ese momento se empieza a abrir ese camino. En 2007 ya los Juegos Panamericanos; luego Río de Janeiro 2008; Paralímpicos de Beijing, medalla de bronce para Colombia, primera medalla también en la historia de Colombia del siglo 21; en el 2013 fui campeón mundial en Montreal Canadá 2015; panamericanos De Toronto; 2016 Río Janeiro, medalla de bronce nuevamente. Ya después de 2015 he estado tanto en Olímpicos como en mundiales de segundo.
En resumen, en paralímpicos he logrado medallas en Pekín 2008, Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020 y ahí vamos.
¿Cómo fue esa sensación cuando logró obtener su primera medalla olímpica?
En Beijing, donde logramos la primera medalla, fue como un sentir de frustración y alegría, de frustración porque yo había hecho el máximo esfuerzo para ganar el oro. Pero posteriormente, cuando me encuentro con la delegación, ellos, lloraban de alegría, era la primera medalla para Colombia y yo estaba todavía como en la inconformidad porque no logré el oro, sin embargo, me dije a mí mismo “Moisés siéntase de orgulloso”. Entonces ya me contagié y pasó a ser un momento de alegría. En ese instante no me había dado cuenta de la hazaña que había realizado.
Cuando llegamos a Colombia, un canal de televisión nacional abrió el noticiero con la noticia del primer colombiano que gana una medalla de bronce para Colombia y cuando llegamos a Colombia el recibimiento con carro de bomberos fue algo impactante.
¿Qué está pasando actualmente en su vida?
Estoy feliz porque estoy con vida. Un poco triste porque me quede por fuera de los Juegos Paralímpicos de París cuando teníamos toda la opción de materializar ese sueño dorado, pero ha sido un proceso retador.
Desafortunadamente, en el año 2022 en noviembre, en un evento en Tijuana, se le salió el aire al cojín, se pinchó y eso me generó una laceración que me dejó una lesión y me tomé un producto y resulta que tenía un componente, una hierba que no era natural; y el 5 de octubre me hicieron una prueba de control y sale una sustancia prohibida.
El 14 de diciembre llega el mensaje a mi correo que salió positivo y quede temblando y con muchas preguntas: ¿y yo que hice?, ¿cómo así? Humildemente, lo tengo que decir, el deporte para mí lo ha sido todo y nunca he puesto ni he tratado de sacar una ventaja, nunca he tratado de consumir algo ilegal.
Inicié el proceso con la Organización Nacional Antidopaje, el Tribunal Disciplinario me dio nueve meses de suspensión. Nosotros apelamos y fuimos al Tribunal el 13 de octubre, casualmente el 2023 nos llamaron y nos citaron para exponer todos los descargos y demás. Casualmente, un 13 de octubre, pero 31 años antes, en el año 92 fue el día que me dieron a los seis disparos, el día que casi acaban con mi vida.
Ese día yo le hablaba a la Sala de Apelaciones, les dije que la violencia casi me quita la vida, el deporte me la devolvió, no me quiten la vida, les dije que miraran mi trayectoria nunca he recibido un llamado de atención y finalice diciendo que no solamente he logrado dar resultados en el deporte, también he impactado la vida de niños y jóvenes desde el ejemplo.
El abogado también compartió unas inconsistencias desde la parte del proceso, ellos lo entendieron, pero nos dejaron los nueve meses de suspensión.
Finalmente, traté de clasificar a los juegos olímpicos después de la suspensión, pero los tiempos no dieron; sin embargo, el sueño de los Ángeles 2028 sigue vigente.
Aparte de sus luchas en el deporte, ¿qué otros caminos ha tomado en su vida?
Me hice contador público de la Universidad Cooperativa de Colombia, posteriormente la tecnología deportiva, la Licenciatura de educación física y en el año 2008 empezamos a crear el club deportivo como una manera de devolver en parte y ayudar a esas personas que, al igual que nosotros cuando llegamos en un momento, pues nos recibieron otras personas con discapacidad y nos orientaron.
Aquí en Colombia no hay centros de rehabilitación integral para la población con discapacidad, pero el deporte se convierte en esa integración donde se comparten otras personas en condiciones similares.
Nosotros no les cobramos un peso a esos niños ni a esos jóvenes que llegan a nuestra escuela. Por el contrario, cuando se les ve la actitud, la disposición, las ganas, el deseo le ayudamos con el transporte, construimos un fondo común de los de los incentivos que logramos con las medallas a nivel internacional o a nivel nacional en juegos paranacionales. Nosotros dejamos el 5 % de ese ingreso para apoyar y devolver en parte a esos niños, esos jóvenes lo que el deporte hizo por nosotros.