Más allá de Pautips, ¿qué podemos aprender sobre los trastornos alimenticios?
Hace dos semanas, Paula Galindo, conocida en redes sociales como Pautips y quien tiene una audiencia de más de ocho millones de seguidores, publicó un video de unos 25 minutos en los que analiza a la luz del cristianismo los trastornos de la conducta alimentaria y cómo su propia fé le permitió superar un TCA que ella misma vivió. Aunque la influencer explicó que nada de lo que iba a decir le quitaba valor a un proceso psicológico o psiquiátrico, lo cierto es que cuando publicó su opinión, esta causó mucha molestia entre especialistas del tema y personas que antes habían padecido un desorden alimenticio, pues alegaban que algunos de sus argumentos, como decir que vomitar estaba relacionado con rezarle a Satanás, le ponían una carga adicional a quienes ya vivían una difícil condición como esta.
Más allá de crear más polémica, desde Radiónica, quisimos entender qué podemos aprender de todo lo que pasó, ahondar o aclarar información y también conocer qué papel puede jugar la espiritualidad o la religión en el tratamiento de un TCA.
De acuerdo a la Asociación de Anorexia Nerviosa y Trastornos Asociados, el 9% de la población mundial padece un trastorno de la conducta alimentaria y 10.200 muertes ocurren cada año como resultado directo de ello. Además, dice la organización, alrededor del 26% de las personas con un TCA intentan suicidarse.
Por este motivo, dada la gravedad y la urgencia del tema, conversamos con Juliana Vélez, psicóloga con un master en trastornos de la conducta alimentaria y quien desde su proyecto Nutrition is Cure reflexiona sobre esto. Ella nos contó que su interés en los TCA surgió luego de tener una relación muy compleja con su cuerpo. También, que se dedicó a hacer consulta privada con este enfoque por tres años y lideró varios grupos de apoyo, pero ahora que es mamá, tuvo que ponerle pausa a su proyecto.
“Los trastornos de la conducta alimentaria son trastornos mentales, creo que esto es lo que las personas no logran a veces interiorizar. Se caracterizan por la conducta alterada ante el comer. Es decir, te preocupas por controlar lo que comes, por conseguir un infrapeso y en general, es una condición disfuncional relacionada con la dieta, el peso y la figura. Estos problemas pueden llevar a tener una consecuencia a nivel físico, por ejemplo, la anorexia lleva muchas veces a una hospitalización”, dijo la experta.
La importancia de hablar de ello, agregó, tiene que ver con la concientización. “Estamos en un momento donde se han normalizado muchísimas conductas peligrosas alrededor de la comida y hay una línea muy delgada entre lo que se considera saludable en torno al cuerpo y a la comida y el paso al trastorno”.
Por ejemplo, una conducta normalizada que a veces da paso al trastorno es hacer dieta, dice Juliana, explicando que si bien esta no es la causa principal de un trastorno, si abre la posibilidad a desarrollarlo. “Es la puerta de apertura”, dice en sus palabras.
Otras puertas de entrada, explica, son el desagrado completo al cuerpo, el ejercicio excesivo, la insatisfacción corporal y personal y una situación estresante, pero un TCA es algo multifactorial, con muchas causas.
“En la parte social están los estereotipos de belleza, las redes sociales que fomentan muchísimo la idea de que hay un cuerpo ideal. También la parte de deportes: el ballet, la natación, la gimnasia, en los que se exige lo mismo”.
Por otro lado, hay factores que una vez desarrollado el trastorno hacen que la persona lo mantenga. Aquí, Vélez resalta la desnutrición, una imagen corporal negativa y el aislamiento social. También, dice, hay un factor predisponente que no lo tenemos en cuenta porque a veces no nos acordamos que esto es mental y es el miedo a madurar y a crecer.
Y aclara haciendo énfasis con un tono serio: “son muchísimos factores que van a jugar un papel importante. No quiere decir que si tú tienes uno, vas a desarrollar el trastorno; se tienen que dar varios al mismo tiempo para que ocurra”.
Por su lado, la psicóloga explica que para prevenir un TCA, es clave trabajarlo desde la infancia, en la familia. “Es importante enseñarle al niño desde muy pequeño aprender sobre las emociones y cómo regularlas. También hablarle sobre la importancia de la aceptación corporal y decirle que hay variedad corporal, que no hay cuerpos buenos y malos, ni un ideal de belleza que debe seguir”.
Además, dice, es importante enseñarle a valorar lo que es capaz de hacer su cuerpo, en vez de cómo se ve, que no hay comida buena y mala, porque ahí va desarrollando culpa. En cuanto al ejercicio o el movimiento corporal dice que es vital ayudar a fomentar una buena relación con estos que no esté enfocada en el miedo a que sea gordo, sino en que le gusta o disfruta haciéndolo.
Por otro lado, cuando alguien ya tiene un TCA, explica que el tratamiento debe ser interdisciplinario: con un psicólogo de cabecera, un psiquiatra y un nutricionista. Vélez dice que dependiendo del caso le va a venir muy bien a la persona tener momentos de grupo de apoyo. A veces, agrega, también se necesita terapia familiar porque el trastorno es de la persona, pero la familia puede estar muy involucrada en el desarrollo o el mantenimiento del mismo.
En cuanto a las declaraciones de Paula, la psicóloga es clara con su posición: la fe puede ayudar, pero no curar.
“El tema con la influencer es que es importante rescatar que hay personas, y he tenido pacientes, que se aferran mucho a la parte espiritual, puede ser una herramienta; sin embargo, considero que es importante que sus casos se lleguen a abordar desde la parte psiquiátrica y psicológica. Creo que la espiritualidad puede ser útil dentro del proceso de recuperación, pero no es necesariamente una cura, porque para esto es necesario un trabajo interno emocional”.
En cuanto a la culpa, uno de los elementos que más le criticaron a Pautips, explica que el tema es complejo, pues esta cumple una función que le va a ayudar a entender a la persona el por qué del trastorno, pero dice que es muy importante aclarar que no es algo que la persona escoja vivir.
“Mi forma de ver esto, es siempre darle la bienvenida a cualquier emoción que aparezca y buscarle la función y el por qué; sin embargo, siempre tener en cuenta que la persona no escogió sufrir el trastorno, no escogió pasar por él, es algo que se va a desarrollando y por circunstancias de la vida, ha hecho lo mejor que puede con las herramientas que tiene. Pero no es su culpa, no es por su elección”.
Para la experta, el tema del vómito que menciona Paula es tan delicado que hay que cogerlo con pinzas. Pues bien, antes de adentrarnos en su punto de vista es importante aclarar lo que dijo la creadora de contenido en su video: “la bulimia es un engaño de Satanás con el cual pensamos que por medio del vómito o los laxantes nos libramos de la culpa y los problemas, que por medio del vómito somos limpias”.
La experta es enfática cuando dice que no es culpa de la persona vivir un TCA. El vómito, dice, viene después de alguna ingesta bastante grande y la persona, por lo general, intenta con él, quitarse la culpa y sentir alivio.
“Es un ciclo: hay una restricción estricta que lleva a una ingesta muy grande y luego llega el vómito. Entonces el ciclo hay que verlo desde el principio, desde la restricción. Hay que entender por qué la persona se restringe, por qué la ingesta es tan grande, qué emoción estaba en ese momento, qué pasó antes de esa ingesta, qué pasó después”.
De acuerdo a ella, todo eso le va a dar una función a la persona y esa función la va a ayudar a entender el porqué del trastorno “y una vez uno puede entender eso, la culpa va a disminuir”, dice, aclarando igual que el ser humano es tan complejo, que es difícil a veces generalizar.
Lo más importante, para ella es darle un mensaje a todas las personas de que sí se puede superar un TCA. “Sí se puede salir de ahí, hay instituciones y personas especializadas en trabajar, abordar y acompañar al paciente con estos trastornos, lo más clave es que sepan que sí hay cura y es una cura completa”, puntualiza.
Para conocer más sobre el trabajo de Juliana, pueden seguirla en Instagram como @nutritioniscure.