Las idas y vueltas de Los Tres: una entrevista con Álvaro Henríquez
Cuando arrancaban los años 80, Roberto "Titae" Lindl, Álvaro Henríquez y Francisco Molina decidieron armar un grupo de rockabilly que bautizaron como los Dick Stones. Con el desgarbo propio de la juventud, empezaron a tocar en universidades, bares y antros, covers de Chuck Berry, Gene Vincent, Los Beatles, Los Stones o Elvis Presley. Tras un par de años de pasearse por la calles de Concepción decidieron radicarse en Santiago, momento en el cual también cambiaron el nombre de la banda por uno que hoy hace parte de la historia musical latinoamericana: Los Tres.
Al poco tiempo, a este combo se uniría Ángel Parra, el nieto de Violeta Parra. Estos cuatro personajes, que de igual forma decidieron mantener su nombre, entraron cabalgando a los noventa, una década donde poco a poco galoparon junto a otras agrupaciones que redefinieron el rock hecho en esta parte del mundo.
Aunque con su álbum debut, homónimo y que vio la luz en 1991, el primer impacto fue un poco discreto, el voz a voz fue haciendo lo suyo. Se trató de un proceso de aprobación popular que terminó de cuajar cuando fueron difundidos por la naciente emisora de radio chilena Rock & Pop que empezaba a transmitir en 1992. El año siguiente eran firmados por Sony Music.
Son varias las etapas las que vivió la agrupación Los Tres desde este momento, alguna más influenciada por el hard rock o por el auge del grunge hasta llegar a otra donde los elementos de folklorismo chileno empiezan a entrar en juego. Es clave además mencionar lo que significó la grabación del MTV Unplugged en 1996 donde los destellos del denominado “jazz guachaca”, que básicamente es una mezcla de cueca, tango, bolero, corrido, fox-trot y jazz, los lleva a traspasar fronteras y entrar dentro de una camada de artistas como Café Tacvba, Aterciopelados, Caifanes, entre otros, que exploraban otras posibilidades dentro rock latinoamericano.
Luego de entrar en una fase un poco más inteligible donde el público no fue tan receptivo, sumado al desgaste al interior de la banda, Los Tres separó en el año 2000. Una pausa que duró hasta el año 2006 donde se reactivarían hasta el presente con algunos cambios en su formación.
En todos estos momentos ha estado su vocalista y líder Álvaro Henríquez. Un personaje que además ha trabajado en otros proyectos, como Pettinellis o como solista, y que se ha destacado también por su interés en reconstruir el patrimonio musical chileno, investigar en las raíces folclóricas de su país o participar en montajes emblemáticos como el La Negra Ester; un musical escrito por el cantautor y folclorista chileno Roberto Parra Sandoval, en el que cuenta la historia de su llegada a la ciudad de San Antonio y su enamoramiento de una popular prostituta del puerto.
A finales del mes pasado, Los Tres se estuvo presentando en Bogotá, tanto cantando canciones de sus últimos trabajos, como reinterpretando y redescubriendo canciones clásicas que han sido coreadas durante años. En Radiónica aprovechamos para conversar un poco con Álvaro Enriquez en el marco de esta visita.
Teniendo en cuenta los diferentes movimientos musicales que ha tenido Chile en su historia, ¿cuál papel considera que tiene la música dentro de la política?
Yo creo que es muy importante. La música siempre ha estado en todos los territorios, incluido el político. En Chile, por ejemplo, tenemos una tradición muy grande de ese tipo de canciones o de esa cultura de canción popular. En sus primeros momentos se trató de composiciones pro gobierno de Salvador Allende. Era entonces música con consignas socialistas, letras de izquierda, que empezaron a forjar una tradición muy grande en este sentido.
¿Cómo vivió Los Tres momentos musicales de su país, como el de la Nueva Canción Chilena, el Canto Nuevo o el Nuevo Pop Chileno, que habían sido protagonistas dentro de la escena musical?
Cuando nosotros empezamos realmente estábamos muy influenciados por la música norteamericana: mucho de blues, jazz, rockabilly… Teníamos ese tipo de referentes. En ese primer momento quizá no teníamos como referente la canción chilena, que sí empezó a entrar más adelante, aunque muy a nuestro estilo y forma de hacerlo.
¿En qué momento se empieza dar esta inclusión?
Sucede que yo estaba en una obra de teatro que se llamaba La Negra Ester. El autor de esta era Roberto Parra, hermano de Violeta Parra. Con él nos hicimos muy amigos, tocábamos juntos, entonces creo que la gran influencia folklórica que tuvimos Los Tres vino de Roberto, sin duda.
¿Por qué cree que el Fome (1997) se convirtió en un disco tan emblemático de Los Tres?
Creo que estábamos en un muy buen momento, lo que hizo que las canciones que ahí se encontraban trascendieran. En ese entonces veníamos saliendo del unplugged grabado con MTV, que nos había hecho girar bastante. Sin embargo, estábamos cansados de tocar acústico y yo realmente quería volver a lo eléctrico, a la cosa más agresiva. El Fome, al final, es un poco una respuesta al Unplugged.
¿Cómo se transformó la música chilena con la salida de Augusto Pinochet?
Yo te diría que todos los grupos que estaban en el underground en la época de los 80, en la época de Pinochet, después salieron a la luz pública y se hicieron bastante conocidos en Chile: Los Prisioneros, Aparato Raro, Banda 69, entre tantos otros. También salieron varias bandas nuevas, como la nuestra, la Ley, Chancho en Piedra, Lucybell, que venimos siendo de la misma generación.
En un momento además se consolidaron agrupaciones que transformaron la idea del rock latinoamericano…
Claro. Nosotros somos muy amigos de los Café Tacvba y admiro mucho a Andrea Echeverri y lo que ha hecho con los Aterciopelados. Con ellos también somos de la misma generación.
¿Con qué se está alimentando musicalmente hoy en día?
En este momento estoy escuchando un nuevo grupo inglés que se llama Yard Act. Es muy interesante, tiene muy buenas letras. Pero la verdad también estoy oyendo lo que siempre oigo: las cuecas chilenas, a Carlos Zamora, Esther Zamor, Pepe Fuentes y, por supuesto, Roberto Parra. Son mis discos de cabecera. Y los Beatles, por supuesto los Beatles, que los escucho siempre desde que tengo 11 años.
Dentro del panorama actual chileno, ¿qué agrupaciones considera que están proponiendo algo especial que debería tener más visibilidad?
Dos grupos que merecen tener un eco más grande son el Bloque Depresivo y Chico Trujillo. Ambos tienen al mismo cantante, el Macha (Aldo Asenjo), aunque el primero es más canción romántica, tienen bolero y otro tipo de repertorio, mientras que el segundo es cumbia. Las dos agrupaciones deberían ser más conocidas por todo Latinoamérica porque son muy muy muy buenas.