La historia de una abogada, cantante y manager musical que brilla en el Pacífico
En el bello puerto de mar, en Buenaventura, nació una mujer que está siendo un faro para artistas en el Pacífico, su nombre es Jessica Ivette Arroyo Alomía.
Creció rodeada de música, es de espíritu alegre y temperamental, no tiene miedo, es arriesgada y como muchas mujeres que se dedican a la gestión cultural en el país, ha ido contra la corriente, se ha abierto espacio en una escena o industria musical que puede ser ruda, densa, pero también amable según como se lleve, un trabajo liderado durante décadas por hombres.
Ella hace parte de la gran red de mujeres que se dedican a la gestión cultural en Colombia. Es abogada, canta, hace parte del proyecto musical de Maikcel, su esposo y, desde hace más de 10 años, se dedica a promover artistas del pacífico en el país y el mundo. Hablamos con ella y esto nos contó:
¿Hace cuánto y cómo iniciaste en el management?
Este camino lo inicié hace 14 años, gracias a Cedric David, un francés que estuvo trabajando con diferentes agrupaciones musicales aquí en Colombia y que vio en mí ese potencial y ese rol de ser manager, gestora cultural y de poder trabajar con diferentes artistas musicales.
Un trayecto que me ha llevado a trabajar con agrupaciones musicales como Zalama Crew y Residuo Sólido. Actualmente soy manager de MaikCel, el Ambrustic Boy, Canalón de Timbiquí y la maestra Nidia Góngora. También trabajo como booking de Frank Takuma y de Mateo, un artista colombiano radicado en Canadá.
¿Qué retos ha implicado para ti como mujer trabajar en una industria musical como la que hay en Colombia?
Han sido muchos los retos que he vivido dentro de la industria musical siendo mujer, uno de esos es, que por ser mujer creen que te pueden venir a hacer ciertas propuestas indecorosas y que ¿por salir adelante o porque tus artistas estén en X o Y escenarios, tú los vas a aceptar. Lo otro es que creen que como mujer no eres capaz de llevar ciertas negociaciones que un hombre puede hacer o que no entiendes de ciertas situaciones técnicas dentro del escenario como tal para el desarrollo de una producción.
¿Cómo tu rol de abogada ha permitido dignificar los procesos artísticos que apoyas?
El conocimiento de la ley me ha servido bastante, no solamente al momento de trabajar con los artistas que represento, sino también, al asesorar a diferentes agrupaciones musicales nacionales y locales, porque se han visto ellos enredados en contratos abusivos, contratos que no tienen un lenguaje que les sea entendible, en el que sea fácil de leer y de firmar de una vez, sino que siempre tienen ciertas cláusulas que los hacen enredarse y tener duda de aceptarlos o no.
¿El artista del sur occidente colombiano es profeta en su tierra?
Creo que para que un artista sea profeta en su tierra tiene que salir, tiene que darse a conocer en otras ciudades, en otros países para poder decidir este artista es de una ciudad como Cali, Tumaco o de algún lugar del Valle del Cauca, por ejemplo, entonces queda un poco difícil poder decir que un artista es profeta en su tierra porque se creó realmente en su tierra y su público lo amó y su público fue quien lo hizo ir más allá.
En Cali resulta ser un poco difícil este trabajo, porque la gente en Cali poco va los conciertos de artistas locales, pero sí van más a los de artistas de afuera, artistas internacionales, entonces, le queda muy difícil al local poder ser profeta en su tierra. La cosa cambia, cuando ya lo ven en otras ciudades, en otros países, ahí su tierra empieza a reconocerlo.
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¿Qué crees que hace falta en la escena independiente del sur occidente?
En la escena independiente del suroccidente colombiano hacen falta muchos espacios que técnicamente estén dotados para que se realicen los conciertos. Hace falta que se deje mucho la gratuidad para que la gente empiece a valorar, en términos monetarios a los artistas, que sepan que sí vale la pena pagar 50, 60, 120 mil pesos por X artista.
Pero, también hace mucha falta que el artista pueda entregar un excelente show, que no solo sea porque el artista canta bonito -que eso es necesario- que el artista se vista bonito o diferente -cosa que también es importante-, sino también que haga un verdadero show, acompañado de un juego de luces, de un buen escenario, un buen vestuario de la banda, una que otra coreografía que entre ellos puedan hacer o llevar bailarines.
Se trata de vender una experiencia realmente al público, eso es lo que se busca y de hecho eso es lo que yo logro hacer que mis artistas den en el escenario, entonces, en la escena independiente del suroccidente colombiano hace falta eso del artista, pero no será palpable si hacen falta escenarios, oportunidades de se diga "¡wow, vale la pena contratar a este artista y llevarlo por diferentes ciudades del país!".
Otro punto es que es necesario que tengamos el reconocimiento de lo nuestro y que hayan más inversionistas. Gente que quiera apostarle a estos artistas de la música local, no solamente por los números que tienen en sus cuentas de Instagram, Facebook, Youtube, sino también por el talento que tiene el artista.
¿Te has sentido vulnerable en el ambiente artístico?
Muchas veces me he sentido vulnerable en este ambiente artístico. Hace unos tres años pasé una situación bastante fuerte en una producción de un concierto acá en Cali, en un teatro que no quiero mencionar, pero el director de la tarima se puso agresivo conmigo y pues yo tuve que poner mi granito de “machito” y parármele duro porque estuvo a punto de pegarme.
Todo fue porque él no quiso dejar limpia la tarima para el escenario de una de mis agrupaciones musicales que se presentaría, en ese entonces era Canalón de Timbiquí y aunque fui muy amable con él, el hombre fue demasiado grosero conmigo. No cambió el escenario, no lo dejó limpio, así que nosotros no pudimos desarrollar en óptimas condiciones nuestro concierto, aun así fue un éxito porque ante todo, somos profesionales.
El productor de ese evento se acercó a mí, me pidió disculpas, incluso se puso sentimental, porque hasta lloró, e hizo el reconocimiento de quién es Canalón de Timbiquí, pero este joven implicado nunca se disculpó conmigo, fue demasiado agresivo, me gritó, me insultó, llegó a alzarme la mano y yo solamente lo miré y luego me le paré como si fuera uno más. El resto de la producción estaban muy pendientes de todo lo que fuera a pasar, mis músicos, pero finalmente tuve que hacer que mi marea bajara para ponerme en mi sentido profesional y seguir adelante.
Como abogada, ¿qué opinas de la ley de la música?
La Ley de Música es muy importante para Colombia, la necesitábamos desde hace mucho tiempo. Va a venir a cambiar o a formar un poco más esto que llamamos industria musical, porque para muchos no existe la industria musical en Colombia.
La verdadera industria musical la experimentan quienes viven afuera. La ley de música va a venir a poner ciertas condiciones, pasos, trámites, para ello los artistas y gestores culturales debemos apropiarnos de ella de manera positiva, va a ser algo muy positivo para nosotros.
¿Qué mujeres en la escena musical caleña, del Pacífico o de Colombia, desde artistas, rodies, productoras, admiras o reconoces?
En la escena musical caleña admiro primeramente como artista a la maestra Nidia Góngora ella es toda una diosa. Admiro que no solo se sube a cantar y ya, sino que hay un trabajo de investigación en todo lo que hace. Ella vive la música. Ella antes de escribir una canción, primero la tiene que vivir y eso hace que sea de admirar, de poder decir ¡wow, ella es la más!
Como manager admiro también a Alejandra Gómez, me asombra el trabajo que ha hecho con BICHE MUSICAL, exalto el orden con el que maneja su empresa ahora como productora musical en el que tienen un estudio. Me gusta cómo es, cómo se reta a ella misma y hace muy bien su trabajo con diferentes artistas.
¿A qué le apuntas en este camino de la gestión cultural?
La verdad es que ya estoy construyendo esa mujer que quiero ser, yo no me quiero parecer a nadie, sin embargo, me gusta tomar las cosas importantes que veo en cada mujer dentro de la escena musical como Consuelo Arbeláez, que admiro muchísimo, de ella resalto la disciplina, que todo lo quiere ver perfecto que todo lo ve lo quiere ver impecable que todo lo quiere ver de otro nivel. Y yo quiero ver esa Jessica en unos cuantos años -no muchos años -,verme al espejo y quiero decirme: lo hiciste.
Ahora lo estoy haciendo y me estoy fijando esas metas y retos propios de rodearme de gente que me ayuda a construir y a escalar.
El lado B de Jessica
Comer, rezar y amar. Es una película que me encanta,pero sinceramente, a mí lo que me gusta son las series de mujeres asesinas.