'Operación zombie: resurrección', película bélica y de terror asiático
Operación zombie: resurrección es una impactante película de horror dirigida por el renombrado cineasta tailandés Kongkiat Khomsiri. La cinta está ambientada en un devastador escenario durante la Segunda Guerra Mundial, cuando una mortal arma biológica desarrollada por Japón desata una horda de soldados zombis en Tailandia.
Estas criaturas, dotadas de habilidades sobrehumanas y una conciencia moral, transforman el campo de batalla en un terreno plagado de sangre y destrucción mientras los personajes luchan no solo por su supervivencia, sino también con dilemas personales.
Kongkiat Khomsiri es un cineasta y guionista que ha jugado un papel importante en el cine del país desde los años 2000. Su carrera despegó con El arte del diablo (2004) y continuó con Slice (2009), un drama criminal que destacó por su enfoque narrativo y su estilo visual. Ahora, regresa con su nueva película Operación zombie: resurrección, nacida de su interés por explorar la conexión entre el horror y la naturaleza humana.
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En Radiónica hablamos con el director Khomsiri sobre su innovador enfoque en la construcción de los zombies en el cine, y sobre cómo este arte puede ser una bisagra para narrar dilemas sociales provenientes de nuestros contextos humanos.
¿Cuál fue tu motivación para hacer una película de zombies en plena Segunda Guerra Mundial?
La Segunda Guerra Mundial fue un punto de inflexión importante que creó muchos cambios en el mundo y siempre será interesante ver qué tipo de impacto tuvieron esas alteraciones en Asia. Por lo tanto, elegimos ese período de tiempo porque sentíamos que era apropiado que relacionáramos un momento en el que se realizaban tantos experimentos con armas biológicas con una historia de zombies en esa época. Se trata, entonces, de una película de zombies que habla sobre los efectos de la guerra en el sudeste Asiático.
¿Hubo un momento específico de la guerra en Asia sobre el que te inspiraste para retratar en la película?
Sí, la mayor parte de la película se basa en hechos reales que sucedieron en Tailandia, cuando los japoneses invadieron y los jóvenes soldados iban a la guerra, e incluso apela a las políticas de las autoridades del gobierno de la época. De esta manera se combina la realidad con los zombies.
¿Cuáles fueron los desafíos principales que tuviste que enfrentar al hacer la película?
Uno de los retos, durante la producción, fue el maquillaje porque llevaba mucho tiempo y por la cantidad total de personas que tuvimos que maquillar y filmar en locaciones reales, según nos recomendaron. El maquillaje era como una máscara con la que se hacía muy difícil respirar.
Y el otro es cuando el zombi dice que tiene conciencia, porque entonces surgían las preguntas de: ¿cuándo está consciente? ¿Cuándo no lo está? Debíamos explicarlo y ser precisos, así que tuve que ver a los actores y encontrar el camino correcto para el papel del zombi.
¿Un zombie con conciencia? ¿Cómo se te ocurrió esa idea y cuál fue la motivación detrás?
Bueno, nunca ha habido una regla estricta de que los zombies no deben tener sentimientos. Creo que hemos estado haciendo a los zombies con los mismos bocadillos todo el tiempo, y por eso elegimos asumir nuevas perspectivas de ser o estar dentro de un zombie.
Este, creo, que fue un desafío, un desafío donde comparamos zombies ambulantes, no con personas muertas, sino con personas infectadas. La cuestión es que si tu enemigo o el fantasma o la persona a la que le tienes miedo es, al mismo tiempo, la persona que amas y a ésta todavía le queda la mitad de humanidad, ¿qué pasaría? Tenía grabado que quería hacer una película de zombies desde este punto de vista, pero nunca se había hecho antes.
Otro elemento importante de la película es el gore y la violencia, ¿cómo encontraste un equilibrio para que no fuera excesivo para los espectadores?
El gore es algo que afecta a gran parte del drama de la historia. Cuando queremos aumentar el estado de estos animales salvajes hasta convertirlos en zombies, y cuando no pueden controlar su conciencia, debe ser aterrador. Pero cuando la recuperen será como si no pudieran controlar sus instintos, así que esa es la razón por la cual la ferocidad tiene que alcanzar ese grado de violencia.
Así es como la ferocidad de los zombies refleja las consecuencias de la guerra. Se dice que es un arma. Está diseñada para ser un arma para la guerra. Por supuesto, el arma es brutal, ya que es muy cruel, por lo que puede tener cualquier efecto. Es cierto que si este proyecto ficticio tiene éxito, será más aterrador que todas las armas biológicas que jamás hayan existido en la Tierra.
La película es un dilema social que nos hace preguntarnos por nuestra humanidad en momentos de temor y muerte, ¿cómo encontraste ese enfoque?
Hay que hablar de cuestiones humanas y de asuntos gubernamentales y de cómo el gobierno intenta decirnos qué tipo de vida debemos vivir, pero cada vez que los humanos nos enfrentamos al miedo y a la muerte, nuestros instintos primarios se convierten en un problema. Somos como animales que todavía estamos apegados a ellos.
No hay condición política, contexto nacional o líneas de guerra, cuando tú, yo, estos muchachos, todos somos simplemente seres vivos, y enfrentamos nuestros miedos de manera simple. ¿Pero cuándo hay una razón política para dividir a los bandos? Una vez más, el temor es que se haga más grande y se convierta en otra cosa y, sea cual sea el bando que sea víctima de ella, ya sea una "guerra caliente" o una guerra fría, eso es lo que busca contar la película.