El trastorno mental en el que se desarrollan múltiples personalidades
Cada 4 de marzo se conmemora el Día de la Personalidad Múltiple con el fin de generar conciencia sobre este trastorno, que aunque no es muy común cuando hablamos de salud mental, sí tiene algunas particularidades que la hacen muy importante.
Se conoce que el trastorno de identidad disociativo puede afectar a 5 de cada 10.000 personas y que suele desarrollarse en aquellas que han vivido experiencias traumáticas, particularmente en la infancia. Su objetivo al desarrollar dos o más personalidades es evitar esos malos recuerdos.
Algunas veces suele confundirse con la bipolaridad, sin embargo, son dos trastornos totalmente diferentes. Este suele relacionarse más con los cambios en el estado de ánimo, mientras que el trastorno de identidad disociativo aparecen otras personalidades en el que se pueden formar historias de vida totalmente diferentes.
Para poder explicar de mejor manera en qué consiste este trastorno, en Punto de Partida hablamos con el Doctor Milton Murillo, médico psiquiatra y psicoanalista. Coordinador del Posgrado de Psiquiatría de la Universidad del Rosario.
¿Qué es la personalidad múltiple?
El nombre ha cambiado y hoy en día se conoce como trastorno de identidad disociativo, pero también se le puede decir personalidad múltiple. Básicamente, se caracteriza porque la persona empieza a tener dos o más identidades alternas a lo que conocemos como la identidad normal de la persona. Es decir, todos nosotros sabemos quienes somos y no tenemos mayor confusión al respecto, en la identidad disociativa empiezan a aparecer más identidades, otras personas, "otros yo" dentro de un mismo ser humano.
¿Cuál es la diferencia que puede existir entre bipolaridad y este trastorno de identidad disociativa?
Es muy importante trazar esa diferencia. En la enfermedad bipolar, lo que existe es una serie de alternancias en el estado de ánimo entre la depresión y la manía, entendiéndose que esta última no es un estado de felicidad, sino más bien, un estado de exaltación afectiva con cambios en el patrón de sueño, la persona deja de tener necesidad de dormir, incluso a veces se puede poner irritable. Pero, nunca hay una pérdida de la capacidad de decir quién soy yo, o sea, este que está hablando es Milton Murillo y puedo estar deprimido, puedo estar maníaco, pero nunca hay una alteración de la identidad, ni se compromete la memoria.
En lo que llamamos hoy personalidad múltiple, aparecen otros yo, otros alter ego y de repente ya no es Milton Murillo el que les está hablando, sino de repente es Juanito y Juanito tiene una historia de vida, a veces, cambia el acento, cambia la inflexión de la voz, cambia el origen, es un ser humano diferente.
Una particularidad muy importante en los trastornos de identidad disociativa y es que las identidades no siempre se conocen entre sí, cuando una identidad toma el mando, la otra no recuerda lo que está haciendo.
¿Puede darse cuenta una persona que esto le está ocurriendo?
Esto es un suceso que empieza muy temprano en la vida, desde la infancia, a finales de la primera infancia, inicio de la pubertad y adolescencia. Lo que mejor, hoy en día, nos explica esto es la presencia de un trauma severo muy temprano.
Desafortunadamente, casi siempre, lo que encontramos son antecedentes de violencia sexual en niños o personas que muy temprano en la vida estuvieron expuestos a situaciones de catástrofes, guerras, traumas que son muy difíciles de tolerar y lo que hace la mente como un mecanismo de defensa es disociar.
Ahora, la disociación puede aparecer en personas que no tienen ningún tipo de antecedente enfermedad mental. Hay personas que, por ejemplo, cuando tienen un evento traumático muy grande o están atravesando por un momento muy doloroso, muy difícil de tolerar, olvidan lo que está pasando, siguen funcionando, no tienen alteración del estado de conciencia, pero no recuerdan qué fue lo que pasó. Entonces, la disociación es un mecanismo de defensa ante la aparición de un trauma muy severo y esto es lo que hasta el momento más claramente nos explica por qué empiezan a aparecer en mí identidades diferentes a la que yo normalmente manejo.
¿Cuáles son los síntomas que pueden llevar a una persona a sospechar de tener este trastorno?
Hay dos síntomas nucleares en esto. El primero, el más llamativo, el que seguramente nos lleva a salirnos de esa normalidad y decir algo está pasando, es que aparezca una identidad diferente. Mañana yo amanezco y digo, "yo no conozco a ningún Milton Murillo, yo soy Juanito, soy tenista, juego en la liga de Bogotá y me voy de viaje para Barranquilla". Ese es el principal signo que nos debe prender todas las alarmas.
El segundo, es que aparezcan lagunas en la memoria, o sea, que al otro día vuelvo otra vez yo, mi identidad principal, y no recuerde todo lo que pasó el día de ayer.
Hay otros síntomas, relacionados o un poco periféricos a esto que también pueden aparecer, como la depresión, trastornos de la ansiedad o cambios en el comportamiento.
Ahora hay que estar muy atentos porque en estos cambios, cuando empiezan a aparecer las identidades alternas, la persona empieza a tener un malestar en su funcionalidad en las relaciones interpersonales, en todas las actividades sociales, laborales, etc., eso es lo que más claro debemos tener.
¿Es posible que este trastorno se desarrolle en edades avanzadas?
Lo más frecuente es que se desarrolle muy temprano en la vida, como les decía, a finales de la primera infancia, inicios de la pubertad, adolescencia. Porque es cuando realmente la mente está como formándose, por decirlo de alguna, estamos estableciendo los mecanismos de defensa que nos van a permitir vivir y es ahí donde es muy difícil de tolerar el trauma.
Que aparezcan trastornos de la identidad disociativa o personalidad múltiple en adultos, jóvenes o ya en adultos un poco más avanzados, no es muy frecuente. De hecho, en general, este es un trastorno muy poco frecuente. Entonces, hay que estar muy atentos a hacer una diferenciación de qué es lo que está pasando. A veces, la identidad disociativa se confunde con algunos trastornos de la personalidad, con otros trastornos disociativos, entonces tenemos que ser muy rigurosos porque es muy raro que aparezca ya en edad adulta.
En una persona que sufre de este trastorno, ¿hay una identidad superior? Y ¿si se supera el trastorno, las otras identidades desaparecen?
Hay una identidad principal que es, por lo general, la que la persona siempre ha tenido, utiliza el nombre que le fue asignado, el género con el que se ha venido identificando antes de que aparecieran los síntomas, esa es la identidad principal y alrededor de esa, pueden aparecer las alternas.
Con los tratamientos adecuados, que tenemos disponibles a la fecha, lo que se espera es que la persona no tenga que recurrir a la disociación y a tener varias personalidades para manejar lo traumático. Así las cosas, sí, con el tratamiento las otras personalidades tendrían que desaparecer.
Y partiendo justamente de esto, ¿cuál tendría que ser es el tratamiento exacto que se debe seguir una persona una vez es diagnosticada con este trastorno?
El tratamiento principal de la identidad disociativa es el tratamiento psicoterapéutico. Hay que llevar a la persona a un proceso de psicoterapia que le permita, primero, identificar que está teniendo este trastorno porque lo que yo les decía, las identidades no suelen, en la gran mayoría de los casos, no suelen conocerse la una con la otra. Son los demás que dicen: oiga, usted está haciendo esto, usted ayer dijo que se llamaba tal, entonces hay que llevar a la persona a través de la psicoterapia a que conozca que tiene un trastorno, a que trate de conocer las historias y las dificultades que está teniendo; y es a través de esa psicoterapia que suelen ser tratamientos a mediano largo plazo, que empezamos a ver la recuperación.
También puede ser necesario, dependiendo de los síntomas que tenga la persona, la necesidad de tratamiento farmacológico, si la persona tiene problemas de sueño, pues hay que tratarlo, si tiene síntomas de depresión hay que tratarlos también con medicamentos, ansiedad, etc., solamente en los casos en los que sea necesario, pero la base del tratamiento es la psicoterapia.
¿Es recomendable que las personas que rodean a estos pacientes asistan a una terapia o tratamiento?
Sí, sin duda, porque la aparición de las identidades alternas suele afectar mucho la convivencia y las relaciones interpersonales del paciente, y por supuesto esto afecta a cuidadores, a pareja, familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.
Yéndonos al núcleo más cercano a la persona, sí es importante. Cuando estos síntomas empiezan a aparecer hay que buscar profesionales de salud mental, se puede acudir inicialmente a psicología o directamente a psiquiatría, que es una especialidad médica. Pero, lo importante es no dejar que estas cosas avancen y dentro del proceso de tratamiento, dentro del proceso psicoterapéutico suele incluirse, por supuesto, a los familiares, a las personas más cercanas del paciente para que también aprendan un poco el trastorno, qué se debe hacer, cómo identificarlo, cuál es la mejor manera de proceder y sobre todo de acompañar a esta persona en su proceso.