¡El Barco está metaleado!
Por: @moraradionica
Con el paso del tiempo el formato de los festivales musicales tiende a reducirse a una serie de presentaciones seguida de bandas, en shows de gran formato, con cifras y escenarios de dimensiones gigantes, llenos de extravagancia, velocidad, tecnología e infraestructura.
Tal vez por comenzar a existir una experiencia estándar en muchos eventos al vivo, aparecen alternativas interesantes en locaciones para el goce y disfrute del amante de la música; tal es el caso de los conciertos que se llevan a cabo en lugares como parques para picnic, sitios de acampar, cuevas, desiertos, castillos, incluso Metallica realizó un concierto en una estación científica en el ártico hace poco; sin lugar a dudas, a ese panorama del rebusque de escenarios han llegado unos nuevos protagonistas, los cruceros.
Sí, tal como suena, la idea de un barco metalero no se queda solamente en odiseas de piratas con sus naves llenas de todo tipo de personajes de aventuras, tatuados, con vasos gigantes en mano, ropa negra y miles de misterios alrededor de sus viajes. Es tan fuerte el turismo temático de cruceros, que en la última década esta industria ha manejado una cifra de pasajeros cercana a los 22 millones de personas, alrededor de todo tipo de ofertas.
Justamente hace poco en ese nuevo mundo para el rock n roll, se realizó la sexta versión del Crucero 70.000 Toneladas de Metal, un recorrido protagonista de este tipo de experiencias en altamar, que originado en Fort Lauderdale, USA, se dirige hasta el puerto de Faitmouth en la Isla de Jamaica y regresa a su punto de partida.
El barco cómplice en culpas y conductas, es de origen Finlandés, se llama Independence of The Seas, es parte de la flota de una gran compañía de cruceros a nivel mundial, lo que permite que cuente con toda la tecnología marina y seguridad de una industria que nos tenía acostumbrados a pensar en los cruceros como lugares para abuelos retirados o parejas que no esconden su sonrisa recordando al ’Bote del Amor’.
Durante 4 días, 60 agrupaciones de música pesada y 3000 fanáticos del género, representantes de 71 países, se dieron cita en un viaje arrullado por olas metaleras y por la energía de bandas provenientes de varios rincones del mundo, programadas para presentarse desde las 10:40 am y hasta las 5:00 am.
La maldición sobre los navegantes fue acogida en 4 escenarios diferentes por grandes artistas como At The Gates, Cradle of Filth, Children of Bodom, Diamon Head, Katatonia, Epica, Lacuna Coil, Sodom, Iced Earth, Samael, Bloodbath, Gamma Ray, Hammerfall, Moonspell, Vader, Paradise Lost, My Dying Bride, Stratovarius o Dragon Force. También hubo propuestas de proyectos como Dead Cross, nueva banda del ex Slayer, Dave Lombardo, los Suizos Eluveitie con su new wave folk metal, o el sonido moscovita folk de los rusos Arkona.
También llama la atención que para esta edición 2016 de 70.000 Tons, participaron tres artistas colombianos de diferentes estilos y con ya reconocida trayectoria. Koyi K Utho presentó su metal industrial promocionando su nuevo álbum ‘Evilution’; por su lado, el death metal tuvo representación en los paisas No Raza y en los bogotano-mexicanos, Día de Los Muertos.
Realizado entre el 2 y 6 de Febrero pasado, cada uno de los representantes nacionales logró convencer a los asistentes de su propuesta, dejaron que la fuerza y lo exótico de las bandas Colombianas en tarima corriera voz a voz en el pequeño pueblo flotante, que convive cual barrio en fiesta todo el día. Cada grupo se presenta dos veces durante el recorrido, de manera que es viable y relativamente fácil verlos a todos.
Para Zetha y Zero de Koyi K Utho “Siempre es importante presentarse en este tipo de festivales por aquello de la proyección como grupo; también mostrar lo que es la escena Colombiana y la gestión de las empresas distritales que funcionan bien. Gracias al impulso de Rock al Parque, logramos una gestión que finalmente nos trajo aquí. ”
“Es un orgullo estar acá representando un país, lo estamos haciendo y estoy muy orgulloso de ello. Muchos amigos en el barco están apoyando al grupo y es una experiencia que marca en la vida ”. Afirma Juan Guillermo Cano, voz y guitarra en No Raza.
Al respecto Alfonso Pinzón de Día de los Muertos anota, “La persona que viene a 7000 toneladas es alguien que ha ahorrado todo el año porque quiere estar aquí; de Japón, Suecia, Latinoamérica, lo que sea, no por casualidad. Son personas de mucha influencia en las diferentes escenas de cada país”. Concluye el baterista que “Cuando una banda se presenta en esta vitrina, hay un posible ramillete de fans que van a volver a su países y evangelizar sobre lo que vieron aquí.”.
Para el productor y booker Gustavo Valderrama de Sabueso Inc., “el incremento de bandas colombianas en este tipo de escenarios, obedece a varios factores, entre ellos el estilo. La acogida radica mucho en la manera particular como tocan los bateristas colombianos. Lo que llamamos Tupa Tupa es un sonido muy particular y diferente al del resto el mundo”.
En general la curaduría del Festival es muy amplia dentro del género, existe un balance entre lo comercial, las leyendas del metal y algunos grupos destacados en circuitos de varias regiones del mundo; todas las propuestas son de gran nivel y trayectoria. Atractivos de primera línea para un público proveniente en su mayoría de países como USA, Alemania, Canadá, Suiza y los países nórdicos. Por el lado latinoamericano la mayor participación es de mexicanos, seguido justamente por los colombianos.
A nivel técnico hay un gran despliegue para que el contenido de 18 camiones y cerca de 190 toneladas de equipo, sean acomodadas cuidadosamente a bordo, y permitan al equipo de producción construir, entre otras cosas, el escenario al aire libre en mares abiertos, más grande del mundo. “Son muy capaces, muy rápidos, te enseñan todo el tiempo” comenta Zetha; añade, “Dicen: listo, esta es la hora en punto para montarse y esta la de desmontarse, finalmente montan a la banda en 5 o 10 min máximo… pero montada en serio, completa… trabajan como relojitos”.
Solamente entre músicos, logísticos, técnicos y equipos de producción suman 938 personas. Adicionalmente el barco cuenta con una tripulación base de 1316, entre personal de mantenimiento, administrativos, grupos de salud y seguridad, equipos de cocinas, restaurantes, bares, tiendas, casinos, etc…
A cada momento hay programadas una serie de actividades como karaoke metalero, el concurso de barrigazos en piscina, Jam de super estrellas, clínicas de instrumentos, sesiones de autógrafos, sesiones de escucha de material con las bandas, etc. Todo un mundo de seducción para los amantes de la música fuerte, que conviven con los artistas permanentemente en una especie de Backstage general por toda la nave.
Pensándolo bien, podría decir que es un barco que lleva una mezcla de Festival de metal con el espíritu de Las Vegas, en el ambiente amigable de Disney.
La experiencia no deja de combinar el agite y la maratón musical propia de un Festival de varios días, con el descubrir de un espacio diferente y la posibilidad de disfrutar la elegancia de un crucero. Es una nave que traslada a una comunidad o colonia en vía de extinción, en medio de la inmensidad del océano, tal como si fuera el espacio oscuro y frío propio de una buena canción de música pesada.
*Fotos por Héctor Mora.