Caminatas y senderismo en Bogotá: más de diez (10) lugares para visitar
A continuación, les tenemos una lista de lugares que pueden visitar en Bogotá para conectarse con la naturaleza, recorrer humedales, quebradas, avistar aves, aprender y en general contemplar los paisajes que se encuentran en territorio capitalino.
Es importante recalcar el compromiso de todos para el cuidado de estos sitios: no hacer fogatas, no tomar caminos diferentes a los señalizados, no botar basura o no intervenir la flora y fauna del lugar, son recomendaciones que deben hacer parte de nuestro sentido común para que todos podamos seguir disfrutando de estos espacios.
Recuerden que a varios de estos lugares se necesita inscripción para poder ingresar y es bueno siempre revisar condiciones de seguridad. Los horarios y días de apertura pueden variar según la temporada o si se está buscando recuperarlo de afectaciones. Sin más preámbulo le damos paso a esta jugosa lista.
Humedal Juan Amarillo
Está ubicado entre las localidades de Suba y Engativá, siendo el más extenso de la sabana de Bogotá. Se conecta al final con la cuenca Salitre y desemboca en el río Bogotá. Se divide en tres: el tercio alto, conocido como la laguna del Tibabuyes, hábitat de aves endémicas como la garza bueyera, la garza real, la tingüa de pico amarillo o el patico zambullidor y garza nocturna medio y bajo; el tercio medio en él se encuentran animales como la chucua de los curies, y el tercio bajo con avifauna acuática como la focha, tingüa de pico y tingüa bogotana, las monjitas o el cucarachero.
A estos ejemplos se suma una amplia variedad de plantas acuáticas, mamíferos, anfibios, reptiles, peces, invertebrados y 42 especies de aves tanto nativas como migratorias. Desde hace un tiempo, en el humedal Juan Amarillo, se vienen adelantando estrategias para la conservación de la biodiversidad, al ser parte de las Áreas Protegidas del Distrito. Como visitante de este lugar de culto para el pueblo muisca durante la época precolombina, podrán ir en bicicleta y recorrer el sendero adoquinado que bordea el margen de la laguna. También hay accesos peatonales por varios sectores de Suba y Engativá que permiten contemplar el paisaje.
Sendero Horizontes - Las Moyas
En los cerros Orientales de Chapinero, a la derecha después de una señal hacia el Metropolitan Club, empieza una caminata de unas dos horas que termina en un parque de rocas gigantes pasando la antena en la cumbre. Un sendero que tiene una extensión aproximada de 3 km, iniciando desde la portada de Reserva Umbral Cultural Horizontes hasta el Páramo las Moyas. En total, ida y vuelta, se puede demorar poco menos de cuatro horas en el recorrido.
En el camino se pueden observar ecosistemas de bosque alto andino y páramo, vegetación introducida, como los eucaliptos y acacias, y vegetación nativa como resultado de los programas de restauración que se han llevado a cabo. En la cumbre de la montaña se obtiene una vista completa de la ciudad. Desde hace un tiempo existen iniciativas civiles que buscan volverlo un escenario seguro para el deporte, el turismo, la conservación y la convivencia.
Humedal Santa María del Lago
El humedal Santa María del Lago es uno de los diecisiete humedales de la ciudad de Bogotá. Se ubica en la localidad de Engativá, cerca de la Autopista Medellín entre las avenidas Cali y Boyacá. Tiene una extensión de 10.86 hectáreas, dentro de las cuales el espejo de agua ocupa 5.64, convirtiéndose en una muestra representativa de estos ecosistemas. Está destinado a la conservación de la biodiversidad y restauración de la flora y fauna nativa.
En el lugar se pueden realizar actividades de recreación pasiva, es decir asociadas a la observación, y de educación ambiental. Aquí encontrará uno de los humedales con mejor calidad de agua y más visitados de la ciudad, y que cuenta además con un observatorio de aves, auditorio, baños y señalización. En este han registrado alrededor de 86 especies de aves. A pesar del as viviendas construidas y la artificialización, el ecosistema conserva varias funciones ecológicas.
Sendero Quebrada Las Delicias
La quebrada Las Delicias está ubicada entre el páramo de Chingaza y el páramo de Sumapaz, pasa por los barrios El Castillo, Bosque Calderón, Granada y Olivos y desemboca en el río Salitre. Desde la ciudad se puede llegar por la diagonal 60 con circunvalar. Este sendero se ha convertido en un referente de conservación y restauración ecológica para los demás caminos y cuerpos de agua de los cerros orientales.
En los últimos años se ha llevado a cabo en Las Delicias una limpieza cuidadosa, junto con un programas de restauración, en el que se sembró más de 8000 árboles nativos, con el objetivo de reestablecer el paisaje original y las relaciones entre la fuente hídrica y los ecosistemas que atraviesa. Recomiendan visitarlo en compañía de guías locales y comunitarios para disfrutar y reconocer la fauna y la flora endémica, foránea e invasora, aprender de las situaciones ambientales y disfrutar de escenarios espectaculares. Hay tres quioscos que funcionan como miradores para los visitantes que hagan la caminata.
Mirador de Los Nevados
Ubicado en la localidad de Suba, el Parque Mirador de los Nevados tiene una extensión de 6,2 hectáreas. Su nombre se explica porque, desde esta ubicación, en días despejados, se pueden observar el Nevado del Ruiz, del Tolima y Santa Isabel. Sus senderos y plazoletas guardan una larga historia y tradición y quienes lo visiten podrán ir a nueve puntos clave: la Plazoleta del Reloj, la Plazoleta Sua, la Quebrada La Toma, los Obeliscos, la Plazoleta Moxa, la Plazoleta del Mirador, la Plazoleta del Equinoccio, la Plazoleta Bochica y la Plazoleta Astral o Bachué.
El parque ofrece a los ciudadanos un recorrido guiado que dura dos horas que podrán hacer grupos de mínimo diez personas y de máximo cuarenta. Hay que recordar que se trata de un espacio de recreación pasiva. En la caminata puede encontrar especies de aves como búhos, colibríes de cola larga y orejivioletas, pechirrojos, copetones, clarineros y mirlas. También especies de flora como arbolocos, siete cueros, palmas de cera, chilcos, arrayanes, sangregados, robles, alisos y hayuelos.
Aula Ambiental Soratama
El Aula Ambiental Soratama, ubicado en la localidad de Usaquén, con acceso por la vía que atraviesa el barrio Soratama, hace parte de la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá. Tiene una extensión de 5.8 hectáreas, destinadas principalmente a la rehabilitación, restauración ecológica y recuperación de la flora y fauna asociada a los Cerros Orientales.
Este territorio, que permite la conectividad de diferentes espacios naturales de la ciudad, es vital para la protección y conservación de la flora y fauna silvestre asociada a Bogotá. Aquí se puede hacer dos recorridos presenciales: el primero entre verde de luz y piedra, que tiene como objetivo el reconocimiento de los aspectos históricos, sociales y ambientales característicos del barrio Soratama y sus habitantes. Y el segundo, la ruta del sol, que busca el reconocimiento de la flora y fauna característica del bosque Altoandino y subpáramo.
Parque ecológico Entrenubes
En el oriente de la ciudad se encuentra un parque ecológico escondido entre las nubes. Con una extensión de 626 hectáreas que abarcan las localidades de San Cristóbal, Rafael Uribe Uribe y Usme, este lugar se caracteriza por tener dos ecosistemas: el bosque alto andino y el subpáramo. Forma parte del grupo de cerros y montes que, como estribaciones de la cordillera oriental, le dan una característica propia al paisaje de la ciudad.
Está conformado por los cerros de Guacamayas, Juan Rey y Cuchilla del Gavilán. Su uso principal es la preservación y restauración de flora y fauna nativos, y la educación ambiental. Como en los anteriores casos, además de su alta oferta de bienes y servicios ambientales, constituye un espacio para la recreación pasiva. En sus recorridos se busca visibilizar los procesos de ecoeficiencia, sostenibilidad, mitigación y adaptación al cambio climático; conocer prácticas y dinámicas ambientales presentes en el Parque; conocer la fauna y flora; reconocer las relaciones ecosistémicas y sociales de las localidades Usme y San Cristóbal, e identificar las diferentes actividades antrópicas que afectan el ecosistema.
Sendero Santa Ana - La Aguadora
Santa Ana-La Aguadora es un camino que se extiende en un espacio de 187 hectáreas que hacen parte de la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental de Bogotá. Está ubicado en la zona rural del barrio Santa Bárbara de Usaquén, y cuenta con un acceso en la calle 119 número 0. Inicia el trayecto desde la casa guardabosque en Santa Ana y finaliza en el mirador de Usaquén, también identificado como mirador Santa Ana.
A lo largo del camino, los visitantes pueden disfrutar de diversos sistemas ecológicos, de diferentes coberturas vegetales compuestas tanto por especies nativas características de bosque alto andino como por especies introducidas. Allí podrán encontrar aves endémicas como la Candelita Frentidorada o el Tororoi Comprapan. Desde el mirador se puede disfrutar de una panorámica de buena parte de la ciudad, a la vez que en los cerros se pueden observar algunas de las quebradas que corren por esta montaña: Río Molinos, La Floresta, La Cita, San Cristóbal, Delicias del Carmen, Contador y La Chorrera. También se puede ver el embalse San Rafael, reservorio que abastece de agua potable a más del 80% de los habitantes de Bogotá.
Quebrada La Vieja
La Quebrada La Vieja está ubicada en la localidad de Chapinero, específicamente en la calle 71 con la avenida Circunvalar. Hace parte de los recorridos de los Cerros Orientales de Bogotá y ofrece caminos de aproximadamente 5,7 kilómetros de naturaleza y riqueza ambiental. Es un punto estratégico que conecta la ciudad y el bosque.
Los caminos cuentan con miradores y estaciones, que recorren los cerros mediante corredores ambientales que conectan con los barrios aledaños al sector. Son en total cuatro recorridos donde se pueden desarrollar actividades como observación de aves y plantas, senderismo, investigación y educación ambiental.
Sendero Pico del Águila
El Parque Nacional Pico del Águila se encuentra ubicado entre los cerros del Cable y del Águila, en El Boquerón, lugar que acoge el río Arzobispo y el Parque Nacional. Es un lugar idóneo para conectarse con la naturaleza y disfrutar de cascadas ocultas tras los eucaliptos de los Cerros Orientales hasta llegar a un mirador natural ubicado a casi 2.300 metros de altura.
Aquí encontrarán una formación creada por medio de una serie de desprendimientos rocosos de la Peña, que hoy en día nos brinda una increíble panorámica de la región del Tequendama, de la cuchilla de Peñas Blancas, Santandercito, Mesitas, Anapoima, La Mesa, Tena y en días despejadas nos permite ver los nevados del Tolima, Santa Isabel y Ruiz, en la Cordillera Central. Las rocas son de color negro debido a las altas concentraciones de carbono y no es extraño ver gallinazos o águilas sobrevolando esta zona. Al Pico del Águila puede llegar mediante tres recorridos: bajando desde la portería, pasando por el Roquedal o por el sendero de las mariposas.
Sendero San francisco - Vicachá
Esta maravilla natural se ubica contigua al cerro de Monserrate, exactamente en la falda del sector del cerro de Guadalupe, a unos 200 metros al sur oriente de las estaciones del funicular y teleférico a la altura de la calle 26 de Bogotá. Se trata de un recorrido de alrededor 2 kilómetros de longitud, adecuado para ser transitado con escalones hechos de troncos y piedra y disfrutar de ecosistemas de bosque alto andino comprendidos entre el Río Vicachá o San Francisco y la quebrada Roosevelt.
Cuenta la historia que los conquistadores nombraron al río que nació del páramo de Cruz Verde, río San Francisco, en honor a la comunidad franciscana que se instaló en el lugar. Hoy se puede hacer senderismo por su corredor ecológico en proceso de recuperación y disfrutar de hermosos paisajes, flora y especies propias de los cerros orientales. Tiene varios sitios de relevancia turística e histórica como la Casa del Molino, el puente Holguín, el primer acueducto de la ciudad y el chorro de Padilla. Además, los amantes del avistamiento de aves podrán encontrar alrededor de 50 especies típicas del bosque altoandino como el Clarinero, el Pico conorufo o la Pava andina.
Senderos la Regadera, el Delirio y Chisacá
Al sendero a la reserva El Delirio se puede ingresar por la calle 11 sur, por el barrio Aguas Claras. Este hace parte de una reserva ecológica de 1.500 hectáreas en donde nace el río Fucha. Es un recorrido de 6.5 km a lo largo de ecosistemas de bosque alto andino y subpáramo con inmenso valor ecológico y paisajístico. Al sendero de La Regadera se accede generalmente desde el Parque de Usme Pueblo, para iniciar un recorrido que culmina llegando al embalse en el que confluyen las aguas de los ríos Chisacá, Lechoso y el Curubital. Tiene una extensión de 3 km aproximadamente. Por último, en la sabana sur oriental, en zona rural de Bogotá que precede al páramo de Sumapaz, se encuentra el sendero al lago Chisacá el cual tiene una extensión de 2.3 km.
Quebrada La Chiguaza
Está ubicada en la zona sur oriental de la ciudad y recorre tres localidades: San Cristóbal, Rafael Uribe y Tunjuelo. Es una de las cuencas hídricas más grandes e importante que desemboca en el río Tunjuelo. Desafortunadamente sufrió un deterioro muy fuerte debido al asentamiento de un gran número que al construir sus viviendas destruyeron los árboles y afectaron el hábitat natural. Luego terminó recogiendo las aguas negras de los barrios que se formaron a su alrededor, además de todo tipo de residuos.Este deterioro ha derivado en tragedias.
Hay iniciativas que llaman a su recuperación por su valor ecosistémico y la capacidad de atraer turismo. Alrededor de la quebrada Chiguaza existe un mito, una historia de amor, que se remonta a la época de los dioses indígenas. En esta se cuenta que Chiguaza quedó embarazada de Zuque y tuvo un lindo bebé, el cual nació justo en medio de las dos quebradas, convirtiéndose en un cristalino chorrito de agua. Pero los Dioses del Olimpo Indígena montaron en cólera y castigaron al Arco Iris separándolo de su amada Agua Azul, quien fue condenada al destierro. Desde ese entonces, al Arco Iris se le ve vagando por el mundo buscando entre cuerpos de agua su amada Agua Azul.