The day the music died
La tragedia sucedida en Paris, una de las más terribles de la historia de Europa y sin duda tan impactante y triste como las sucedidas en Siria, Iraq, México y por supuesto Colombia entre muchos otros, es otro capítulo negro de la historia reciente que sigue manchando la humanidad.
Pero aparte de lo más grave y triste, que como siempre lo serán las vidas humanas, quisiera resaltar otro punto menos trágico pero sí muy preocupante de lo que simbólicamente se rompió ese viernes: el rock fue atacado por primera vez en su vida como objetivo militar.
Desde sus inicios el rock no ha sido esquivo al tema de tragedias en sus conciertos por distintos casos. Los más famosos pueden ser el de los infames “Hells Angels”, cuidando el concierto de Altamont, donde un joven negro murió de una puñalada de parte de los mismo “Angels” mientras los Rolling Stones (los responsables de contratar a los Angels para la seguridad) cantaban Under my Thumb.
También se recuerda aquel concierto de “Los Redonditos De Ricota” donde la policía bonaerense mató a golpes a un joven llamado Walter Bulacio. Otros tristes casos traen a la memoria la muerte a tiros de Dimebag Darrel de Pantera en pleno concierto, o el incendio de la discoteca Argentina Cromagnon en Buenos Aires. Todas tristes y terribles situaciones, generadas por distintas consecuencias que implicaron entre otros elementos, errores de planificación, problemas con la fuerza pública y gente con desequilibrios mentales.
Pero nunca en la historia el rock (entendiéndolo como un fenómeno cultural que involucra tanto a las bandas, los fans y el espíritu del evento) había sido como tal, la víctima y menos un objetivo militar.
Imagen del concierto de Eagles of Death Metal en el Bataclan antes de los ataques
La historia cuenta que fueron muy pocos los momentos en que los grupos radicales (ya fueran de cualquier tendencia religiosa , social o política) se metieron con el rock. Y no porque todos esos grupos estuvieran de acuerdo con todo lo que el rock significaba, pero al menos le respetaban el status de una expresión disconforme y un espacio para criticar la sociedad y sus instituciones. Yo siempre creí, tal vez ingenua e idealmente, que existía un pacto tácito entre los grupos radicales y el rock, no necesariamente de cercanía pero sí de respeto.
Pues si tal pacto existió, murió junto con los cientos de personas que fueron masacradas asistiendo al concierto de la banda Eagles of Death Metal, en el sitio parisino nocturno Bataclan.
El ataque a un concierto de rock no fue fruto de una coincidencia. No era un simple sitio con gente al que se decidió entrar a matar. Simbólicamente estos atentados tenían muy claro a quiénes estaban dirigidos. Por eso también un restaurante en una zona exclusiva, y el estadio de Francia fueron targets. El rock es desde esa perspectiva, una expresión más que el fanatismo condena junto con todo un estilo de vida.
¿Por qué el rock ahora se vuelve objetivo militar? Es obvio que los años han pasado y ya el rock no es visto por ningún sector de la sociedad de la manera que se veía hace 30 años. Tal vez el rock mismo se ha encargado de que ningún sector, ni los más ni menos menos radicales lo vean como una verdadera alternativa a lo hora de decir verdades sobre unas sociedades cada vez mas complicadas. Tal vez al rock se le note la comodidad en la que vive y eso le quite inmunidades.
Pero nada de eso justifica que ahora los extremismos lo consideren el enemigo, y de acuerdo a eso decidan simplemente acabarlo físicamente de la faz de la tierra, sumándole a la trágica matanza real de cientos de personas, la triste matanza simbólica de un símbolo de la libertad de expresión, la tolerancia y el arte como una alternativa al conflicto.
Hoy más que nunca el rock debe seguir siendo una expresión de todas esas cosas, y hoy más que nunca debe empoderarse de su papel de la voz de aquellos que no pueden hablar. El rock debe acabar los tiros, nunca al revés.
Alguna vez Don Mclean en su canción American Pie hizo famosa la frase “The day the music die” para referirse a la muerte en un avión de unos rockandrolleros famosos en un accidente aéreo. Creo que el mismo Mclean estaría de acuerdo si decimos que el día en que la música realmente murió fue el 13 de noviembre del 2015 en París. Nos toca a nosotros revivirla