Por qué pasa el tiempo más rápido conforme envejecemos
El paso del tiempo es una experiencia subjetiva que puede variar de persona a persona. A medida que envejecemos, es común escuchar expresiones como "el tiempo vuela" o "parece que fue ayer".
Muchos de nosotros hemos experimentado la sensación de que los días, los meses e incluso los años parecen pasar cada vez más rápido. ¿Pero por qué ocurre esto? ¿Hay alguna explicación científica detrás de esta percepción?
La percepción del tiempo es un fenómeno complejo que está influenciado por diversos factores, como la atención, la memoria y las experiencias emocionales. A medida que envejecemos, nuestra percepción del tiempo puede cambiar debido a una combinación de factores psicológicos y fisiológicos. En la actualidad, se desconoce cuál es la causa exacta y son múltiples las hipótesis que tratan de darle una explicación.
La rutina y la falta de novedad
A medida que avanzamos en la vida, tendemos a establecer rutinas y adquirir responsabilidades que ocupan gran parte de nuestro tiempo. La repetición de actividades y la falta de novedad pueden hacer que nuestra atención se desvíe y percibamos que el tiempo pasa más rápido.
Cuando somos jóvenes, cada año representa una porción significativa de nuestra vida. Por ejemplo, el paso de un año cuando tiene 5 años representa una quinta parte de su vida hasta ese momento.
Sin embargo, a medida que envejecemos, cada año representa una porción cada vez más pequeña de nuestra vida total. Esto puede hacer que los años parezcan pasar más rápido en relación con la percepción de nuestra vida acumulada.
La velocidad de procesamiento mental
Algunos estudios sugieren que a medida que envejecemos, nuestros procesos cognitivos pueden volverse más rápidos. Esto significa que percibimos y procesamos la información más rápidamente, lo que puede contribuir a la sensación de que el tiempo pasa más rápido. Nuestro cerebro se vuelve más eficiente en el procesamiento de la información, lo que puede acelerar nuestra percepción temporal.
Sin embargo, el profesor de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Duke, Adrian Bejan, teoriza justo lo contario: los días parecen ser más cortos conforme envejecemos porque el procesamiento de la información visual a lo largo del tiempo se enlentece.
Si percibimos menos imágenes por segundo, esto puede generar la sensación de que el tiempo ha pasado más rápido y viceversa: cuando captamos más imágenes por segundo, podemos tener la sensación de que el tiempo avanza más lento, como cuando vemos un vídeo a cámara lenta.
La falta de eventos memorables
Cuando somos jóvenes, vivimos muchas primeras veces y experiencias nuevas que son más memorables. Estos eventos tienden a crear una sensación de que el tiempo se está alargando. Sin embargo, a medida que envejecemos, es posible que experimentemos menos eventos novedosos y memorables, lo que puede hacer que el tiempo parezca pasar más rápido al no tener tantos hitos que se marquen en la memoria.
En conclusión, la sensación de que el tiempo pasa más rápido conforme envejecemos es una experiencia común compartida por muchas personas. Esta percepción puede ser influenciada por una combinación de factores psicológicos, como la rutina y la falta de novedad, así como por factores fisiológicos, como la relación entre la edad y la proporción de tiempo vivido.
Si bien la percepción del tiempo puede variar de persona a persona, comprender estos factores puede ayudarnos a apreciar y aprovechar al máximo cada momento en nuestra vida.