Macondo: un recorrido sonoro por su historia
Hablar de Macondo es sumergirse en un mundo de fantasía, adentrarse en un territorio donde absolutamente todo es posible y lo inverosímil es lo natural. Este retrato narrado del Caribe colombiano fue creado por Gabriel García Márquez en 1928, en su lugar de nacimiento, Aracataca. El autor resumió virtuosamente la inverosimilitud que representa esta región, desde sus personajes hasta su diversidad, incluyendo su paso por distintos pueblos rivereños en el Caribe. Por ello, ese pueblo mágico inventado por el nobel de literatura colombiano es con el que comenzamos esta nueva temporada de narraciones de otras historias.
Distintas secciones van entrelazando un programa producido desde las regiones colombianas, y con ellas, sus acentos. Una canción sirve como excusa para conocer los orígenes de su creación, una ficción radial hace gala de la huella dejada por el creador literario colombiano, y algunos lugares mágicos del país se vuelven habituales en este universo sonoro que proponemos. Las letras, los datos y la conexión generada con los oyentes hacen parte de este nuevo espacio al que abrimos las puertas: Pueblos mágicos.
Nuestro recorrido sonoro por Macondo comienza con su musicalidad. Desde el ritmo mismo con que se pronuncia la palabra, hasta ahondar en sus orígenes, es un exquisito misterio. Esto explica por qué se han generado tantísimas canciones alrededor de él. Desde vallenatos hasta canciones rockeras han tomado como fuente de inspiración este universo fantástico. En esta ocasión, exploramos el origen de la canción “Macondo”. La cumbia, que ha sido una de las canciones más versionadas por artistas internacionales, en homenaje a Macondo, fue creada en el año 1969 por el peruano Daniel Camino Diez Canseco.
En sincronía con los elementos que rodearon la creación de Macondo y todo lo que lo rodea, hemos desarrollado una crónica sobre el origen y el proceso de publicación de Cien años de soledad. Porque para crear un pueblo mágico en la ficción, su consolidación en la realidad terrenal, puede resultar más macondiano que su invención.
Sin embargo, habitar la oralidad de las regiones y su narrativa escrita no sería una tarea completa completa sin crear nuestra propia historia. Una ficción radial en la que la imaginación vuela y los acentos nos cuentan a nosotros mismos, llega para recordarnos el legado del escritor de Aracataca.
Al igual que las abuelas nos contaban historias de sus pueblos, renovamos ese espíritu verbal con el que generaciones han guardado sus propias tradiciones. Dado que Colombia es uno de los países más diversos del planeta, no solo en términos ecológicos sino también culturales, encontramos diferentes lugares que nos recuerdan que habitar la magia puede ser un recurso salvador ante la realidad hostil. Por lo tanto, nos adentramos en el territorio nacional para conocer los rasgos de pueblos que respiran magia en su aire y en su gente. Ahora es el turno de conocer (o volver a conocer) Barichara.