Así vivimos el Festival Altavoz 2024
La cita anual del Festival Altavoz volvió a sus días de gloria tras tres días en los que 49 proyectos musicales ofrecieron su talento.
Artistas de Grecia, Estados Unidos, España, Chile, Alemania y Colombia fueron los encargados de un festejo que se prolongó durante 24 horas de rap, metal clásico, new wave, nu metal, punk, ska, reggae, electrónica, indie y otros sonidos alternativos.
El primer día estuvo matizado por el metal, el rock alternativo y el core. Grupos como Tenside y Suicidal Angels se conectaron con nuevas audiencias para ellos que, también, cabecearon con Snowblind, Antártica y Masacre; a la par del pogo en Control y Bombas x Minuto. El cierre de la jornada estuvo a cargo de un contundente y ajustado sonido de P.O.D de Estados Unidos.
El festival en estos 20 años, y veintiún ediciones, quiso apostarle a reconectar con el público, con sus gustos musicales y con figuras emblemáticas de la escena del rock, del metal, del reggae y otros géneros, para seguir cumpliendo sueños. Además, con algunos homenajes merecidos a agrupaciones como Fértil Miseria, La Tifa, De Bruces a Mí o Danger.
Uno de los encuentros más esperados por el público de Altavoz fue con Christina Rosenvinge y su agrupación Christina y los subterráneos. Gracias a la invitación que le hicieron a la artista española se pudo celebrar, en el festival, los 30 años de un disco primordial para el sonido rock en habla hispana: Que me parta un rayo.
A través de un viaje musical, Christina presentó canciones que fueron éxitos también en Colombia como "Tú por mí", "Voy en un coche" o "Mil pedazos". Un show inolvidable y nostálgico que conectó con dos generaciones de fanáticos al rock.
Otro de los shows memorables de esta edición del festival fue el de Margarita Siempre viva, con sus canciones y con su fanaticada en éxtasis demostraron el buen momento por el que pasan y el porqué de su nombre y su sonido replicándose por todo lado. Ellos, con el tiempo y el trabajo, se han establecido como la nueva sangre del rock de Medellín para el mundo.
En ese mismo día, la segunda jornada del festival, también fue el espacio para que músicas frenéticas y llenas de energía como el punk y el ska pudiesen vibrar en los dos escenarios del festival. Estas mismas sonoridades propiciaron, además, un encuentro de generaciones que permitió que los más jóvenes reconocieran el valor de un exponente del sonido punk en Colombia como lo es Fértil Miseria; asimismo, que los más adultos se abrieran a propuestas sonoras más arriesgadas, como Ferales y Voodoo, y que pudiesen evidenciar cómo las nuevas generaciones están tomando la bandera punkera con propiedad, en los sonidos de proyectos como Bombas X Minuto y Pato el pez. Todo esto cerraría con la fiesta de crestas y pogos que propició The Casualities, como una leyenda viva de este género.
Altavoz es el espacio en el que la diversidad y el arte se unen. Un sentir que se presenció con fuerza en el tercer y último día de festival, donde géneros como el hiphop, electrónica, reggae, e incluso fusión de músicas andinas con ritmos contemporáneos, brillaron de principio a fin.
Agrupaciones como Mc Kno, The Virginia Valley, De Bruces a Mí, J NOA, Kei Linch, La Tifa, entre otras, resaltaron la riqueza musical de Latinoamérica, al hacer vibrar al público que, a pesar de la lluvia, permaneció hasta el cierre final, cantando y bailando grandes éxitos como “Carta al cielo”, “Escúchame”, “En otra vida” y más.
Para finalizar, en su edición número 21, Altavoz no dejó ningún detalle al azar. Las nueve agrupaciones internacionales que se presentaron lo hicieron por primera vez en los 21 años de historia del festival, marcando un hito en su trayectoria y en este evento de ciudad.
Además, el compromiso con el medio ambiente y la promoción de la no violencia se reflejaron en cada rincón de la cancha Cincuentenario y el Parque Norte, donde más de 60.000 asistentes vibraron al unísono, haciendo de esta edición un evento para no olvidar.