¿Qué es la “renuncia silenciosa”?
Si nuestros padres o abuelos tenían la tendencia de sacrificar su vida en nombre del trabajo, las nuevas generaciones, en general, ponen su vida personal por encima de la misma. Y un término que justamente demuestra esta visión de la vida es el de la práctica del quiet quitting o la renuncia silenciosa, en español, que se refiere a realizar únicamente los trabajos asignados por un empleador y no ir más allá de los requerimientos del mismo.
Al parecer, en el transcurso de la pandemia muchas personas, sobre todo jóvenes, comenzaron a cuestionarse su compromiso con respecto a su trabajo, tolerando menos las horas extra y el sacrificio de su vida privada. Así, esta práctica apunta a tener un rendimiento laboral suficiente como para no meterse en problemas, pero tampoco para sobresalir o dar de más a nivel profesional.
De acuerdo a medios como NPR, desde baristas hasta personal de almacén y enfermeras de primera línea en Estados Unidos, cada vez más presentan cargos por prácticas laborales injustas contra sus empleadores y organizan más paros y huelgas. No solo exigen salarios más altos, sino también mejoras en la seguridad y el bienestar: descansos más prolongados, más licencias pagadas, más control sobre sus horarios. Todo esto porque la forma de concebir el trabajo sigue cambiando.
Esta visión de lo laboral va acompañada en muchos casos de una búsqueda de reorientación profesional. Muchos “quietquitters” empiezan a solicitar nuevos trabajos, mientras acumulan ingresos secundarios, solo para renunciar realmente en un momento determinado. De esta forma, la renuncia silenciosa ocurre en períodos de transición entre el trabajo actual y el nuevo.
Al no dedicar tanto tiempo al trabajo actual, en esta práctica también se contempla que ese tiempo liberado pueda utilizarse para nuevos proyectos o simplemente para tener más espacios vacíos en las agendas.
Y si bien esta no es una idea nueva, hay varias personas que explican que este movimiento está ganando popularidad, sobre todo después de la pandemia en donde fue evidente que muchos empleados eran prescindibles para las empresas, a pesar de haberlo dado todo durante largo tiempo. Esto, dicen, es lo que hace a algunos empleados preguntarse si vale la pena sacrificarse tanto.
Parte de la importancia del fenómeno de la renuncia silenciosa, dicen otros, es que los jóvenes ayuden a retomar las causas sindicales desde nuevas ópticas y además reivindiquen que el autoestima no depende de cuánto producimos o rendimos cuando trabajamos.