La historia del primer concierto de Metallica en Bogotá
Bogota. 2 de mayo de 1999. "Cerca de 100 mil personas se reunieron en el parque Simón Bolívar de Bogotá para presenciar el súper concierto de la banda de rock estadounidense Metallica. Todos salieron contentos con la presentación de uno de los grupos más exitosos de los últimos tiempos." señala el archivo del diario El Tiempo.
The Garage Remains the Same fue la gira; Darkness y La Pestilencia los shows de apertura; "Breadfan" (Never Turn Your Back On a Friend, 1973) abrió el show; "The Thing That Should Not Be" (Master of Puppets, 1986) fue la sorpresa, y "Battery" el cierre perfecto.
"El Simón Bolívar estaba totalmente lleno, definitivamente era el gran fenómeno del mundo." menciona Andrés Durán y agrega: "Era obvio que Metallica era diferente, no era el hard rock habitual, sino que estaban un escalafón más arriba."
No se hacían en aquella época muchos espectáculos musicales en el país, pero en el año 99 se reunieron diferentes promotores para traer a Metallica y finalmente lo lograron. "Metallica era y sigue siendo la razón social más importante del metal." sentencia Andrés Durán, quien además recuerda que la banda de James Hetfield y Lars Ulrich dejó claro que "por temor al país que éramos (y creo que seguimos siendo) les dio miedo quedarse, así que llegaban en un jet privado, se presentaban, regresaban al aeropuerto y se iban de una vez." No estuvieron mucho tiempo en Colombia, "seguro pensaron que los iban a secuestrar o que cualquier cosa podría llagar a pasarles".
Al respecto, Héctor Mora, quien por entonces llevaba cuatro años haciendo el programa 4 Canales de la Frecuencia Joven de la Radiodifusora Nacional de Colombia, recuerda que "los tipos no durmieron acá, llegaron, se bajaron del avión, tocaron -porque las pruebas incluso se las hizo un staff- y se fueron. No estoy seguro pero creo que estaban durmiendo en Bahamas o en unas islas, en Aruba, no recuerdo, pero no pasaron mayor rato en Colombia. Uno de los retos que tenía la producción era conseguir las camionetas que se necesitaban, cuatro, una para cada uno de los integrantes, acá no había mucho de eso, les tocó hacer todo tipo de piruetas."
Iván García, quien por aquella época era estudiante y asistió al concierto con una boleta de localidad general que le regalaron de cumpleaños, y acampó desde la noche anterior para entrar al Simón Bolívar, recuerda: "viendo las noticias los días siguientes me enteré que Metallica no había pasado la noche en Colombia, sino que fueron de una vez al aeropuerto o no sé qué rollos de dónde se estaban quedando..."
Domingo 2 de mayo de 1999: "El concierto del siglo"
El antecedente más importante -a nivel de evento y espectáculo- al show de Metallica había sido el concierto de Guns and Roses en el año 1992, un 29 de noviembre; show del que quedaron muy malas experiencias tanto para el orden público como para los empresarios o promotores de conciertos: desmanes, malos comportamientos y pérdidas económicas millonarias. Los balances posteriores en el sector solo arrojaban negativas frente a la tentativa de hacer más shows, mucho menos si de eventos de "rock pesado" se trataba.
Hubo posteriormente varios acercamientos a los eventos de rock en Colombia pero con propuestas mucho menos "fuertes": Bon Jovi (3 de noviembre de 1995) y Def Leppard (2 de abril de 1997), eventos de los que no quedaron hechos lamentables, y por ello mismo la expectativa que generaba el primer show de Metallica en Colombia era mucho mayor. Recuerda Andrés Durán que "...el rock llevaba unos 30 años y en Colombia apenas estaba comenzando".
"Nadie podía creer que viniera Metallica", cuenta Héctor Mora, quien además agrega que "todo el mundo tenía temor porque consideraban que por el hecho de ser Metallica se generaría despelote y desmadres, entonces a nivel de producción los coordinadores logísticos estaban haciendo un trabajo muy pilo, un combo de gente muy impresionante porque ese parque nunca había visto tanta gente en la vida y todo el mundo estaba preocupado por reunir a tanto metalero y la preocupación era que acabaran con la ciudad. Se tenían un montón de estereotipos con los metaleros y la gente que iba a ese tipo de conciertos..."
Fue justo por las estrategias de comunicación de los coodinadores de logística, entre los cuales se encontraba la gente de Fuerza de Paz (el primer grupo logístico para conciertos en Colombia, fundamental para cambiar estereotipos negativos sobre el rock en Bogotá), que Héctor Mora tuvo contacto y entrada al concierto de Metallica: fue 4 Canales un aliado para transmitir un mensaje "ameno, tranquilo y fresco para la gente". Se realizaron unos volantes que pedían buen comportamiento, pero la radio también fue fundamental: "Nosotros teníamos en ese tiempo mucho contacto con la gente, pero por teléfono. Hablabas, y al hablar uno tiene una lectura que va más allá de los comentarios que se dejan en redes. Hay interacción y nos preguntaban muchas cosas alrededor del concierto. La cosa era que quedara claro el mensaje, que la gente se comportara bien."
El 3 de mayo de 1999 el diario El Tiempo reportó:
"Horas de tensión: El concierto terminó sin contratiempos, aún cuando la jornada de ayer empezó con ansiedad, vigilia, congestiones, heridos y desmayos. La policía reportó 52 retenidos y la Cruz Roja atendió a 160 fanáticos. Con todo, el concierto de Metallica en Bogotá convocó cerca de 100 mil personas en el Parque Simón Bolívar y el grupo estadounidense demostró ser uno de los mejores del globo".
Las localidades del concierto fueron tres: General (15.000), VIP (45.000) y Platino (80.000), Iván García estuvo en la general y además de la expectativa recuerda que "todo fue un desorden. Abrieron puertas, creo que hubo mucho desorden en las filas, la Policía llegó a organizar los anillos de seguridad para la entrada y para revisar boletas y demás, que es lo normal, y resulta que corrienron a todo el mundo por lo que la gente que había llegado días antes perdieron. Sentí que daba lo mismo haber llegado antes o después, fue una estupidez haberse transnochado y haber intentado dormir en el pasto, en el piso o donde fuera."
Pablo Pulido tenía 13 años y recuerda estar rodeado de mucho metalero: "cada vez que medio corrían las vallas la gente se empujaba o intentaba pasar por encima de otros. Recuerdo que en un punto tumbaron una reja y muchos salieron a correr, otros tantos se colaron. Estando adentro muchos de los asistentes a general trataron de colarse a la zona VIP que estaba en toda la mitad y la policía estalló de esas bombas que suelen usar en las marchas. Hubo mucho caos, mucho ruído... Pero cuando empezó Darkness hubo mucha más calma..."
Metallica para todo el mundo
"El show a la hora de la verdad era simple a nivel de luces, no fue muy complejo. El concierto fue muy chévere, era un telón simple, habían muchas luces amarillas, rojas y negras, parecía la bandera de Alemania, no fue un concierto muy estrepitoso pero sí hubo algo de proyecciones y todo, era un show medido de Metallica, no tenía toda la parafernalia que han ido usando y trayendo a lo largo del tiempo, igual estamos hablando de hace 20 años, entonces los equipos que había en Colombia no eran tantos." Recuerda Héctor Mora, quien además habla sobre los teloneros: "Tocó Darkness que se anunció a última hora, fue un anuncio como muy al final, ellos estaban felices, no sonaron muy bien pero era muy significativo para ellos estar ahí, Metallica era una gran influencia para ellos, creo que incluso tocaron un cover de Metallica (risas). A los grupos teloneros les tocó llevar los equipos, sus cosas, del montaje no podían tocar casi que nada. Darkness no sonó tan bien, La Pestilencia sonó bien pero les tocó llevar su propia consola, era muy costoso y por eso sonaron un poco mejor que Darkness". Según cuenta Héctor a las bandas teloneras no se les pagó nada por sus presentaciones, lo hicieron "por el orgullo de tocar ahí..."
Andrés Durán, quien fue invitado y no tuvo que hacer las famosas filas, recuerda que "cuando llegamos al Parque Simón Bolívar, éste ya estaba ocupado digamos que en un 80 %, entonces recuerdo a Darkness y a La Pestilencia como teloneros. Luego de su show comenzó Metallica y comencé a preocuparme porque si bien el sonido de La Pestilencia y Darkness obedecía al sonido de unos teloneros en 1999 (hoy en día un telonero puede sonar bien), no sabíamos cómo iba a sonar Metallica. La tristeza fue muy grande porque cuando pasa la primera, la segunda y la tercera canción, comienzo a escuchar gritos, tanto de felicidad como de enfado, y me desplacé por diferentes sitios del parque y la conclusión fue que las personas que estaban medianamente adelante eran los únicos que escuchaban, y en la quinta y sexta canción el sonido seguía igual..."
Pablo Pulido estaba en la zona VIP que era la zona central del parque, y en sus recuerdos hay pocos detalles sobre la calidad del sonido que menciona Durán, y con "Fango" de La Pestilencia se escribió la historia del primer pogo de su vida. Iván García por su parte, en localidad general, recuerda que "no se oía absolutamente nada, estando tan lejos se oía únicamente a los que estaban alrededor gritando o cantando, tampoco se veía absolutamente nada..."
Por esas razones, para Andrés Durán "ese concierto fue algo muy importante pero al mismo tiempo algo muy negativo, porque si hubiera sido un primer concierto con todas las garantías técnicas y sonoras, hubiera sido todo diferente del año 99 en adelante, pero podemos decir (nunca lo sabremos a ciencia cierta) que solo el 60 % se la gozó como debía, los que estaban atrás escucharon solo un ruído, y al carecer de pantallas tampoco veían nada, aunque estoy seguro que muchos de ellos se la gozaron, y seguro tampoco les importaba estar en la última fila, podrán decir aún así que fue el mejor concierto de sus vidas..."
Y un poco a eso nos llevan los recuerdos de Iván García cuando dice que pese a todo: "¡Estábamos en un concierto de Metallica! y eso era de por sí un acontecimiento, así se oyera muy lejos, igual ¡Estabas en un concierto de Metallica! y hay que hacer énfasis en eso..."
La noche de "Metallico"
Es probable que pocos lo recuerden, pero el anuncio de Metallica en el escenario lo hizo Fanny Mikey. Y Héctor Mora lo recuerda con gracia como "lo mejor" de las memorias de la fecha. "El concierto costó un billetal y todo el mundo se preguntaba por los dineros que se habían invertido para traer a Metallica, pues parece ser que fue el Teatro Nacional quien terminó salvando el concierto, estaban mal de plata los empresarios y no habían podido terminar de hacer los pagos o alguna cosa no había funcionado -no recuerdo los detalles- pero fue gracias a Fanny Mikey que vino Metallica acá, el Teatro Nacional se metió la mano al bolsillo, pusieron el billete, estaban en la publicidad y entre esas negociaciones estaba que Fanny presentara al grupo, salió el tarima, le pasaron el micrófono, y dijo algo muy corto que terminó con la presentación de la banda como ¡Metallico!, dijo: 'Bogotá, esto es Metallico, porque esta es su realidad'..., todo el mundo aplaudió a la peli roja que puso el billete."
Pablo Pulido -quien también recuerda el episodio, cuenta que "obviamente todo el mundo le echó madrazos a Fanny Mikey, pero llegó Metallica y todo se olvidó [...] Cuando Metallica tocó, creo que el comportamiento de la gente cambió, fue muy distinto a cuando abrieron las puertas y demás, la gente realmente estaba escuchando la banda, era increíble verlos por primera vez. La gente estaba realmente disfrutando el show, dejaron de lado la pelea y el disgusto."
Por otro lado, a Héctor le dieron gusto con "The Thing That Should Not Be": "no me imaginé que la fueran a tocar, el concierto fue bueno, el final fue salvaje, el cierre con 'Battery' fue una cosa increíble. Cuando tocaron 'One' tenían algunas explosiones desde la parte de atrás, unos disparos tímidos pero se sentía que estuviera volando un helicóptero sobre el parque, se sentía como si un helicóptero de rescate lo recogiera a uno en pleno combate. Súper chévere, fue todo muy muy muy emocionante. Estuvo muy lleno. Hubo desmadres afuera, sí, nada qué hacer al final, pero de todas maneras hubo buen comportamiento, fue algo muy especial para el país."
Pese a la emoción, que no se omitan los análisis de la época que persisten en la actualidad, Andrés Durán lanza algunas hipótesis respecto a la calidad de los conciertos y lo que la experiencia de quienes estaban en general pudo haber incidido en la no asistencia a siguientes conciertos: "fue hasta el 2004 o 2005 que los conciertos no se llenaron a tope, creo que porque existía ese temor de que no se escuchara".
Finalmente las buenas experiencias alrededor del show resistieron el pasar de los años y muchos recuerdan el evento como único:
Iván García tiene en sus recuerdos algo que se relaciona directa o indirectamente con el motivo de la creación de este texto: "Unos diez años después de ese concierto me enteré que estaban vendiendo en Bogotá un DVD pirata con la presentación de esa noche. Creo que mi hermano lo tenía, lo vimos y yo no recordaba nada porque no había visto nada en el show, pero por ahí andaba ese material, no sé si todavía exista."
El caso es que el 29 de junio de 2020 en medio de una pandemia mundial, Metallica anunció la publicación de ese show para el mismo día, y ese concierto, según Andrés Durán, permitirá atar muchos cabos: "Ellos tienen una historia totalmente distinta, cuando estás en el escenario no te das cuenta de lo que los otros perciben, ellos lo que vieron fue a 100 mil personas enloquecidas viendo el concierto de su vida, entnces para ellos fue impactante. Hoy que van a emitir el concierto vamos a poder atar cabos, obviamente vamos a ver el sonido de consola, que es lo que nadie oyó".