De cómo la historia de Tarzán saltó de la ficción a la realidad
La figura de Tarzán ha hecho parte de la infancia de muchos, por décadas este personaje se ha reinventado adaptándose a las generaciones que crecen con la leyenda del “hombre mono”, desde las novelas escritas hasta la más reciente versión del director David Yates con ‘La leyenda de Tarzán’ (2016), y es que muchos discrepan entre las versiones de Disney y las adaptaciones de películas que han surgido desde 1918.
Tarzan, un niño que crece en medio de la selva y es criado por gorilas, un hombre fuerte, audaz y rápido con una figura musculosa, esa es la idea que ha perpetuado en la ficción; sin embargo, la realidad es otra. La historia fue creada por Edgar Rice Burroughs (1875-1950), con el nombre ‘Tarzán de los monos’. Burroughs un hombre que antes de consagrarse escritor fue cowboy, buscador de oro, vendedor ambulante y profesor por correspondencia, creó este personaje en 1912 pero no fue sino después de dos años de persistir, que su novela fue publicada, convirtiéndose así en autor y editor de la historia.
La novela de Burroughs, que ha sido la base de las versiones en cómics, cine y televisión, fue inspirada en el decimocuarto conde de Streatham, un municipio ubicado en Inglaterra, de ahí que el personaje John Clayton III sea londinense en las adaptaciones hechas. William Mildin Russell, este era el nombre del aristócrata que viajó junto a su familia en un crucero por a la costa occidental de África, luego de que el barco en el que iban naufragara el pequeño de tan solo once años logró llegar a la orilla de la costa para vivir en la selva durante quince años.
Durante este tiempo Russell convivió con una manada de simios hasta ser descubierto casualmente en 1883, en este tiempo es llevado de regreso a Inglaterra para retomar su vida pero luego de haber crecido tantos años en la selva prefirió volver a donde sentía que pertenecía lo cual causó bastantes críticas entre la gente tras abandonar su posición de conde para volver a África al no lograr adaptarse a la ciudad británica. Años más tarde el escritor estadounidense Edgar Rice Burroughs se basa en su historia para escribir la famosa serie de novelas Tarzán.
En la versión ficticia estos simios que lo refugiaron eran muy similares a los gorilas y se denominaban mangani, ellos le dan el nombre de Tarzán que significa “piel blanca” en el idioma mangani, esto tiene que ver mucho con la forma en que Edgar Burroughs escribió la novela pues tuvo grandes polémicas por temas de racismo. Si bien la historia de un niño que crece en la selva tuvo más de 23 versiones en sus novelas, una de ellas causó gran curiosidad al hablar de una aventura al centro de la tierra en donde encontraría un lugar misterioso y lleno de criaturas extrañas para vivir su próxima aventura, esta novela fue escrita en 1930 y se llamó ‘Tarzán en el centro de la Tierra’.
En cuanto al icónico grito de Tarzán mientras se balancea entre lianas, se le atribuye a Johnny Weismuller, el sexto actor en interpretar a este personaje para ‘Tarzán el hombre-mono’ (1932), película dirigida por Van Dyke, y ‘Tarzán y su compañera’ (1934), dirigida por Gibbons; este creó el famoso “aullido” para la creación de su personaje y desde ese entonces es utilizado.
Los casos de niños salvajes van más allá de la ficción y a lo largo de la historia se han registrado varios casos alrededor del mundo. Aquí les contamos algunos:
Víctor de Aveyron
Este es quizás uno de los casos más famosos, un niño de diez años encontrado cerca a los Pirineos en los bosques franceses en 1799, sucio, desnudo y con una cicatriz que le atravesaba el cuello, también presentaba llagas en varias partes de su cuerpo. Luego de ser encontrado e internado en el Hospital Saint–Afrique y más tarde al de Rodez, fue el tema de periódicos y sucesos más relevantes en la Francia de aquella época, incluso un ministro de gobierno a finales de 1800 pediría su traslado a la ciudad de París poder estudiarlo con fines científicos.
Psicólogos, educadores e investigadores entre estos Jean Marc Itard, quien también fue su tutor, duraron tres años tratando de adaptarlo a la sociedad pero su reincorporación fue difícil pues apenas logró aprender unas cuantas frases o palabras mas no adquirió la capacidad del habla, motivo por el cual fue encargado a la ama de llaves de los investigadores quien recibía un monto mensual por cuidar de Víctor, el murió a la edad de 41 años sin haber podido reintegrarse a la sociedad.
Sin embargo, Jean Marc realizó varios escritos sobre su investigación que fueron considerados de interés general y el Ministerio de Interior los publicó sacando a la luz en 1801 el primero, mientras que en 1806 el segundo. Este caso fue uno de los más destacados por el estudio que se generó a partir del mismo sobre la capacidad cognitiva y la importancia de desarrollar el lenguaje a cierta edad, además de ser tratado en films como la película de François Truffaut, 'L’ Enfant Sauvage' (1970), y 'Survivre avec les loups' (2007) dirigida por Véra Belmont, la cual reabriría la polémica y debate sobre este tipo de casos entre medios de comunicación y científicos en el 2018.
Lyokha
Este niño fue encontrado con una manada de lobos en medio del bosque mientras dormía, su aspecto era de gran impacto pues tenía dientes puntiagudos y uñas bastante largas y encorvadas, su comportamiento era agresivo y no caminaba es sus dos pies, al ser encontrado se trasladó a un hospital pero este escapó al día siguiente sin saber más de él. El nombre fue puesto por quienes lo hallaron pues nunca se pudo saber más información ya que no sabía hablar.
Marcos Rodríguez
Este caso se dió en España, su familia lo vendió a un pastor con el que se iría a vivir en medio de Sierra Morena, una cordillera al sur de España en donde al poco tiempo quedó solo pues el pastor de rebaños murió, razón por la cual terminó viviendo en una cueva con una manada de lobos que compartían sus presas con él, Marcos adoptó las formas de vida de estos animales, sus movimientos, sus aullidos y su alimentación.
Después de doce años viviendo en total aislamiento de los humanos, fue encontrado tras la posguerra e internado en el Hospital de Convalecientes de la Fundación Vallejo en Madrid, allí aprendió a hablar a caminar solo en sus dos pies y con el tiempo se integró a la sociedad como adulto, pese a la situación no se presentaron cargos contra su padre. Actualmente es invitado a charlas por diferentes organizaciones en donde narra su experiencia y ha sido la inspiración para la película de Gerardo Olivares ‘Entrelobos’ (2010).