[Reseña sin spoilers] Star Wars: Los Últimos Jedi
Después de 40 años de historia, Ryan Johnson logra con The Last Jedi rendir un tributo y romper el cascarón de una de las franquicias más exitosas en la historia del cine.
Aparte del gran boom que generó hace ya unos años el anuncio del regreso de Star Wars en manos de Disney, la franquicia de George Lucas ha crecido durante décadas en los universos e imaginarios de incontables artistas que en cómics, series, animaciones, videojuegos y novelas, han llevado a la saga tan lejos como la imaginación humana pueda llevarle. Es esta la esencia que ha hecho trascender a la franquicia como uno de los iconos más grandes de la cultura popular y le ha permitido mantenerse vigente durante tantos años, y es esta misma esencia la que muchos esperaban ver en el cine y que encontrarán en cada fotograma de la obra maestra de Ryan Johnson en Los Ultimos Jedi.
El episodio VIII es todo lo que durante años se esperaba que fuera Star Wars, algo más grande que sus mismos episodios IV, V y VI, a los que se rinde un maravilloso homenaje. La película hace honor a su legado. Es un adiós, un hola, un hasta siempre, un gracias, es una declaración de amor sin miedos a un universo que será vigente dentro de 100 años más.
A lo largo de la película, que con un metraje de 150 minutos es la más larga de la saga, se cuentan varios arcos de historia entrelazados por algo más que la fuerza. Es una montaña rusa imparable enmarcada en un universo que se ve tan grande, que hace ver pequeño y a la vez único cada momento que narra este episodio en pantalla.
En esta película se pueden ver pinceladas de Knights Of The Old Republic, Shadows of The Empire, The Force Unleashed e incontables obras e influencias de los variados autores que durante años han hecho tan rico al universo Star Wars.
En esa medida, no se le puede dar todo el crédito a su director, quien fue apoyado en el guión por la misma Carrie Fisher.
Según el director Rian Johnson, sus inspiraciones para esta película han sido los filmes Almas en la hoguera (1949) de Henry King, El puente sobre el río Kwai (1957) de David Lean, Neotpravlennoe pismo (1960) de Mikhail Kalatozov, y Sanbiki no samurai (1964) de Hideo Gosha. También se puede ver una fuerte influencia del anime en varias escenas memorables.
La crítica está rendida, los fanáticos también. George Lucas la amó porque básicamente representa todo lo que Star Wars podía ser después de él, algo más grande que la imaginación de cualquiera de nosotros.
Si bien Star Wars en su trilogía original es una obra intocable para la cultura popular, la época y los recursos técnicos limitados nos mostraron solo un pequeño niño, ingenuo, inmaduro y con un potencial que solo las décadas, los años y los fans podrían explorar a profundidad mucho después.
Es de aplaudir la valentía de Johnson para abordar sin guantes una historia tan querida. Ésta es una película sin miedos, con cabeza, corazón y la mirada única de verdaderos fanáticos del universo.
Al estilo de las Star Wars Story como Rogue One, Los Últimos Jedi es madura, potente y prometedora, y es la promesa cumplida de que hay Star Wars para rato.