‘Puentes en el mar’, una película de Tumaco para el mundo
Una playa con aire surrealista es acariciada sutilmente por un mar gris, mientras una embarcación atraviesa este paisaje iluminado con un atardecer poético que solo se puede apreciar en el Pacífico colombiano. Con estas imágenes inicia la tercera película de la directora colombiana Patricia Ayala Ruiz, Puentes en el mar, cuyos personajes, trama y contextos socioculturales son tan azarosos, impetuosos e impredecibles, como la marea en Tumaco, Nariño, donde se rodó en su totalidad esta historia.
La película relata cómo todos los días, Alicia lleva a su hijo Michael al colegio, un adolescente agobiado por la protección materna. Ella está empecinada en evitar que él termine reclutado por las bandas que siembran el terror en barrios de fronteras invisibles donde cada paso que se da, tiene que estar calculado. Esta es la historia de Alicia y del día en que su hijo no regresa del colegio y en que sus pasos mal calculados, los llevan a ambos al abismo.
De acuerdo a la curaduría de la Cinemateca, esta obra cinematográfica retrata “la imposibilidad de ser joven en ciertos contextos, unos contextos de los que es difícil salir indemne, unas calles en las que cumplir años pareciera una proeza y morir joven es el pan de cada día”.
Puentes en el mar llega a salas de cine de Bogotá, Medellín, Cali, Manizales, Pereira y Tumaco el próximo jueves 3 de agosto. Cabe resaltar que la génesis de este proyecto se remonta a más de una década atrás cuando la directora visitó por primera vez Tumaco. En el marco de un taller documental organizado por la Universidad de Antioquia, Ayala conoció el municipio y a través de dos sacerdotes pudo ingresar y conocer uno de los lugares más complejos del país: el barrio Nuevo Milenio en la comuna 5.
Allí se enamoró de la resiliencia y amabilidad de su gente y lo que en un principio sería un proyecto documental se convirtió por diversas circunstancias y reflexiones de la autora en una película de ficción, razón por la cual volvió al municipio a vivir por un año.
“Uno no escoge las historias para hacer películas, sucede que las historias te llegan, te enganchan por diferentes motivos y luego transitan un tiempo desde lo sensitivo, lo inconsciente, persisten en tus pensamientos hasta que se transforman en un proyecto del que no te puedes desentender”, afirma la realizadora.
La directora que también fungió como guionista de la película que cuenta con un elenco de actores y actrices naturales. también explicó que a pesar del contexto complejo, lo que la engancho a esa historia fue la resiliencia de la gente. "Allá también me encontré con mucha gente vital que no se resigna solo a sobrevivir, sino que quieren vivir, estudiar y celebrar que están vivos”, dijo.
Cabe resaltar que este es el primer largometraje rodado de manera profesional en La Perla del Pacífico, conocida por sus barrios y zonas palafíticas y donde los puentes de madera también son característicos, permitiendo el paso y la comunicación entre sus habitantes. “Cómo se vive en una de las mayores zonas lluviosas del mundo, esos puentes son porosos y frágiles y sus habitantes deben aprender a calcular muy bien sus pasos para no caerse, al igual que sucede con sus vidas”, explica.
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