‘Mudos testigos’, una película contemporánea a partir de obras del cine silente colombiano
Para rendir tributo al cine silente colombiano y demostrar que estas historias realizadas hace un siglo dialogan perfectamente con la época actual, llega Mudos testigos a nuestro país.
Se trata de una película codirigida por Luis Ospina (1949-2019) y Jerónimo Atehortúa y que desde el próximo 2 de marzo estará en las salas de cine del país. Esta se estrena en el marco del ciclo Cine sin tiempo que reúne una selección de obras maestras del cine silente que influenciaron su proceso de creación.
Aquí se narra la historia de amor entre Efraín y Alicia, quien está comprometida con Uribe y la protagonizan Mara Meba (Alicia), Roberto Estrada Vergara (Efraín) y Rafael Burgos (Uribe), actores de cine de la primera mitad del siglo XX, quienes vuelven a estar en pantalla gracias al trabajo experimental y de collage de Ospina y que materializó Atehortúa tras la muerte del cineasta caleño en 2019.
Jerónimo Atehortúa es crítico, profesor y autor de Los cines por venir. También es productor de películas como Pirotecnia y Como el cielo después de llover. Aquí, en esta nueva producción aceptó el reto de Luis Ospina e inspirado con los directores de la Nueva Ola francesa, decidió debutar en la dirección de este largometraje.
Por eso, dice que en Mudos testigos hay “un movimiento doble” porque “es la última película de Luis Ospina y es mi primera película”, pero también porque está realizada con materiales que se filmaron hace más de 100 años y aún así es una cinta totalmente contemporánea.
“Es una película de 2023, preocupada por el futuro del cine, aunque paradójicamente está armada a partir del material de archivo que existe de las películas mudas que se realizaron en Colombia”, sostiene el director.
Aura o las violetas (1924), El amor, el deber y el crimen (1926), Como los muertos (1925), María (1926), Manizales city (1925), El trágico final de Gardel, su última despedida (1935) o Los primeros ensayos del cine parlante nacional (1937) fueron algunos de los filmes que Luis Ospina seleccionó para dar ese arco narrativo que abarca el paso del cine mudo a las películas sonoras, y que pasa de ser un melodrama clásico a una historia, con lenguaje cinematográfico mucho más moderno, en la que el protagonista empieza a hacerse consciente de la violencia estructural que lo rodea.
El reto de hacer Mudos testigos fue grande, no era fácil hacer una historia de ficción con un hilo narrativo creíble, a partir del archivo cinematográfico. Así que apostaron por la metodología de creación de las vanguardias del siglo XX, “el 'cine-détournement', propio del situacionismo, que consiste en hacer uso de imágenes provenientes de otras películas, variándoles el contexto para que adquieran nuevos significados”, dice un comunicado de la película.
Hay que tener en cuenta que la mayoría de las películas del periodo silente en Colombia están incompletas y con las secuencias que existen es difícil hilar una historia. Por eso, a partir de un trabajo de guion, entre Luis Ospina, Jerónimo Atehortúa y Juan Sebastián Mora, y gracias al montaje de Mora y Federico Atehortúa, se generó un relato cinematográfico que fusiona la imagen con textos, inspirados en obras literarias, que soportan y conectan la historia.
Se podría decir entonces que Mudos testigos es un trabajo de collage experimental, un melodrama de 78 minutos que no solo es el filme póstumo de Luis Ospina, o la ópera prima de Jerónimo Atehortúa, sino también un homenaje al cine silente. Es una película original e innovadora que explora el lenguaje cinematográfico, a partir del archivo, para narrar una historia que resuena en el presente.
“Se suele decir que no hay una historia del cine en Colombia. Pues bien, Mudos testigos, viene a demostrar que eso no es cierto, que sí hay una historia y que, aunque exigua, está llena de matices y promesas aún por explorar. Por eso, es una película utópica, pues al trabajar sobre la memoria cinematográfica se insufla nueva vida a la historia”, afirma el realizador.
“Me gusta llamarla melodrama de archivo. Las primeras películas colombianas y gran parte del audiovisual que se ha producido en la historia del país es melodrama y nosotros tratamos con respeto y cariño ese género que fusionamos con la experimentación para juntar pedazos de muchas películas, como lo hace la literatura o el cine moderno, para contar una historia de amor a la que se le añade el tema político”, concluye Jerónimo Atehortúa.
Mudos testigos es una película colombo francesa, producida por Invasión Cine y Pomme Hurlante Films, en asociación con Lina González y Guateque Cine. Se realizó con el apoyo de Hubert Bals Fund (Países Bajos), El CNC y el CNAP (Francia), Patrimonio Fílmico Colombiano, la Cinemateca de Bogotá, la Orquesta Filarmónica de Bogotá, Caracol Televisión y Dago García Producciones. Su distribución en Colombia está a cargo de Danta Cine.
Aquí pueden ver el adelanto de la película: