"Maracanazo" antes del Mundial de Brasil
A menos de tres meses de la segunda Copa Mundial de Fútbol en Brasil, los uruguayos Sebastián Bednarik y Andrés Varela estrenaron un documental que recuerda uno de los episodios más tristes para el fútbol brasileño.
El 16 de julio de 1950, el Uruguay de Juan López Fontana logró lo que nadie creía que podía pasar, o lo que el patriotismo de Brasil y sus dirigentes hizo creer imposible. El favorito, el local, se dejó arrebatar la Copa Mundo en un partido conocido mundialmente como "el maracanazo", en referencia al estadio gigante que se construyó en Río de Janeiro exclusivamente para esa final y para ganar el torneo, obviamente.
"Brasileros, cumplí mi palabra construyendo este estadio, cumplan ahora su deber, ganando la copa del mundo." dijo Mendez de Morais, prefecto de Río de Janeiro, cuando inauguró el estadio más grande del mundo, el Maracaná, el mismo día del encuentro. Pero la historia que se escribió fue otra.
2 a 1 venció Uruguay a Brasil en esa mole de concreto frente a casi 200.000 personas, con goles de Juan Alberto Schiaffino y Alcides Ghiggia, este último faltando 11 minutos para el fin del juego, dejando helado a todo un país.
Los brasileños solo necesitaban empatar para quedarse con el trofeo y probar la gloria. Nadie apostaba por el capitán de Uruguay Obdulio Varela y los suyos, e incluso los locales celebraron en las calles antes del partido como si Brasil ya hubiera ganado todo. Los periódicos, un día antes, también jugaron a profetizar a favor de Brasil. Fue una lección histórica de humildad.
Noticia del Mundo Esportivo luego de "El Maracanazo". Tomada de trescuatrotres.es.
La presión sobre los 11 de Brasil en el campo fue demasiada, y terminó favoreciendo a un Uruguay que no tenía nada que perder, pero que tampoco salió a defenderse. Cayó sobre los dirigidos por Flávio Costaellos, un equipo brasileño que había ganado sus dos partidos de la ronda final contra España y Suecia, la responsabilidad no solo de salir victoriosos de un partido de fútbol, sino de hacer feliz a todo un pueblo, una alegría de la que ya se estaban aprovechando todos los que no sabían patear un balón.
Los mundiales de fútbol, como los eventos deportivos de gran envergadura, han sido siempre para los gobiernos una oportunidad nada despreciable de patriotismo y optimismo en tiempos difíciles.
"Maracaná es una metáfora sobre la manipulación de los pueblos a través del deporte y la voluntad de los individuos intentando dignificarse más allá de las fuerzas externas que los doblegan.", dice la sinópisis del nuevo documental de Sebastián Bednarik y Andrés Varela.
Lo estrenaron el pasado 17 de marzo en el Estadio Centenario de Montevideo, capital de Uruguay, frente a miles de asistentes que fueron a recordar la victoria histórica de su país, la última de la que se tenga noticia en una Copa Mundo.
Este año, de nuevo en el Mundial de Brasil, Uruguay tampoco la tiene fácil, como en esa final de ensueño que lleva el nombre de "Maracanazo", hace 64 años. Enfrentará en la primera ronda a Inglaterra, Italia y Costa Rica.
Vean el tráiler de Maracaná a continuación.