La Estrategia del Caracol y La Gente de La Universal: dos películas que marcaron la historia del cine colombiano
Hablamos con los directores de dos películas fundamentales en el cine colombiano.
“Su madre nunca fue propiedad privada”.
“Por qué no la mata a ella en vez de matarle tanto mozo”.
“La injusticia, la justicia. Y segundo, la falta de estrategia de la clase inquilinal”.
“Tranquilo tío, en últimas me vengo para acá y dormimos los tres”.
“Señor cerrajero, cumpla con su deber a cabalidad”.
“Por eso le digo, por eso le digo”.
"Ahí tiene su hijueputa casa pintada".
En los años noventa se crearon dos películas emblemáticas para la historia del cine colombiano: La Estrategia del Caracol (1993) y La Gente de la Universal (1995), las dos narraciones que reflejan la idiosincrasia colombiana, ambas retratando en las acciones cómo los colombianos encuentran en lugares inesperados modos de supervivencia por medio de historias completamente diferentes.
Ambas también significando el inicio de la expansión de las producciones colombianas a nivel internacional y una alta audiencia dentro del país.
Hablamos con sus realizadores, Sergio Cabrera y Felipe Aljure quienes recorrieron sus memorias de rodaje y además nos hablan de las dos películas reafirmando que las dos producciones abrieron una nueva puerta en la historia del cine colombiano y que probaron el nivel creativo de la industria en el país por entonces.
Por eso hicimos este producto titulado La Estrategia Universal a manera de homenaje a las dos películas, que como dice Felipe Aljure, director de La Gente de La Universal, “fueron dos banderas que sacó el cine, lenguajes distintos, intensiones narrativas distintas, pero fue un golpe de presencia del cine diciendo “aquí estamos”, existimos y es importante que nos narremos desde nuestras propias miradas y desde nuestras propias historias y realidades”.
Según Sergio la película de Aljure cuenta con elementos clave al momento de narrar una historia en cinta: “A mí me gustó mucho La Gente de la Universal, es una película muy bien realizada, bien dirigida con actores fantásticos, con buena historia. Esa película fue muy importante en la historia de la cinematografía colombiana”.
Aljure cuenta que la obra de Cabrera marca un hito en la construcción de la industria nacional en el séptimo arte: “La Estrategia es una película muy importante en el desarrollo del cine colombiano contemporáneo. Gustándome la película en su totalidad, la secuencia más memorable es ese final con la frase “Ahí tiene su hijueputa casa pintada”, es una frase que refleja la colombianidad, la misma de la que hablamos en La Universal. Es una voz que ironiza más en ese momento, que cuenta una patología de la que el cine no había hablado".
Vean a continuación la conversación con Sergio Cabrera en la que cuenta las dificultades por las que tuvo que pasar para cristalizar su estrategia y el recorrido que hicimos con Felipe Aljure en la locación original en donde se gestó La Gente de La Universal hace 23 años.
Encuentren más abajo las entrevistas completas.
La Estrategia del Caracol (1993)
Antes de realizar su ópera prima Técnicas de Duelo (1988) Sergio Cabrera ya tenía listo el guión de La Estrategia del Caracol coescrito junto a Ramón Jimeno, pero la complejidad y lo inverosímil que sería contar cómo se saca una casa completa con una grúa de madera, le hicieron esperar para tomar fuerza y contar la historia luego de que el guión ganara el premio de Focine que le financiaría la producción protagonizada por Frank Ramírez (‘Perro Romero’) y Fausto Cabrera ('Jacinto') y en la que también participan Carlos Vives, Victor Mallarino, entre otros personajes colombianos emblemáticos.
Hacer cine en Colombia no es tarea fácil, y mucho menos lo era hace 25 años. La estrategia del Caracol tuvo que idearse sus propias técnicas (y no precisamente de duelo) para salir a flote.
En medio de la producción, tras la quiebra del Fondo Nacional del Cine Colombiano, la producción se las tuvo que ingeniar para terminar de sacar a los inquilinos de la Casa Uribe, el esfuerzo trajo éxitos nunca antes vistos en el cine colombiano; ganó premios en los festivales de cine España, Cuba, Francia, Berlín, Portugal y Estados Unidos, fue nominada como mejor película extranjera en los premios Goya (1995) e hizo parte de la selección oficial del Festival de Venecia en 1994.
Esto nos contó Sergio Cabrera (Perder Es Cuestión De Método, 2004; Águilas No Cazan Moscas,1994) sobre las dificultades de la producción, las escenas más difíciles de rodar y sobre la importancia de la película que se mantiene vigente.
¿De dónde salió la idea original del guion de La Estrategia del Caracol?
El guion nació de un artículo que salió en el periódico El Tiempo en dónde contaban cómo una casa del cartucho había desaparecido, era diferente, pero eso mezclado con mis recuerdos de una vieja fábula china llamada El viejo tonto que removió las montañas (Lie Yukou) sobre un hombre que removió las montañas para que el sol llegara a sus parcelas, generó la idea de escribir el guion.
Recorte periódico El Tiempo de dónde nació la idea de La Estrategia del Caracol
Al principio el guion no tenía nombre pero un día me encontré con Bernardo Bertolucci (El último emperador, 1987), quien tiene en su filmografía una película muy importante: La estrategia de la araña (1970), él me preguntó qué proyectos tenía, le conté y me dijo “mira ahí tienes una estrategia: La Estrategia del Caracol”.
Tuve muchas opiniones adversas a La Estrategia del Caracol porque la gente me decía “esta es una historia increíble, esto nadie se lo va a creer, cómo va a ser posible que un grupo de 50 personas se lleve una casa en una grúa de madera…”, yo era el primero en creerlo así.
Finalmente llegamos a la conclusión de que la historia la debía contar un mentiroso y escogimos al culebrero ('Gustavo Calle', Luis Fernándo Múnera). Si tú logras crear verdad la gente lo cree, y lo mismo pasa con esta historia. Se logró porque el equipo de trabajo hizo que así se viera.
¿Recuerda cuál fue la primera escena que grabaron y cuáles fueron las dinámicas de rodaje?
Cuando empezamos a grabar teníamos noticias de que Focine, que era el productor principal de la película, iba a dejar de existir y que el presupuesto no iba a alcanzar para terminar la película (…) el rodaje que estaba pensado para ocho semanas no iba a poder ser terminado y me reuní con mis productores (Salvo Basile y Ramón Jimeno) y decidimos que había que modificar el plan de rodaje para hacer primero las escenas que no podrían ser aplazadas eventualmente si el rodaje se cortaba y eso fue lo que hicimos.
El plan de rodaje era de ocho semanas, y cuando supimos que el dinero que teníamos, que era parte de un adelanto de Focine, otra parte de Crear Televisión y otra de dinero que yo mismo puse, sólo alcanzaba para la cuarta semana de rodaje.
A mí me advirtieron - entre otros Fanny Mikey quien era delegada de los cineastas ante Focine- que no empezara a grabar porque no se iba a poder terminar y yo decidí que era mejor tener media película a no tener nada. Ahí reestructuramos el plan y la quinta semana se empezó a rodar con la solidaridad de todos: técnicos, electricistas, fotógrafos, etc., pero tuvimos que suspender el rodaje, a pesar de que yo podía conseguir el dinero Focine no dejaba entrar a otro socio por cosas de las leyes colombianas.
Finalmente luego de una huelga que organizamos internamente logramos que ingresara más dinero. Pero no recuerdo exactamente cuál fue la primera escena.
¿Cuál fue la escena la que más se le dificultó por requerimientos técnicos, producción, etc., y cuál la que más disfrutó rodando con la que pensó que iba a lograr una gran película?
Nunca tuve la sensación de que La Estrategia fuera a ser una “gran película”, la rodé con entusiasmo pero sin ninguna pretensión, no pensé que fuera a salir de Colombia.
Resulta paradójico decir la escena más difícil y la que más me gustó no quedó en la película. Es la escena del entierro de Lázaro en la que usamos un movimiento de steadycam muy complejo, estuvimos rodándola todo un día y duró al final 30 segundos, fue la más difícil que logramos y mi preferida, pero decidimos no dejarla porque quedaría un doble final, y eso puede ser peligroso, por eso dejamos el final con la llegada del ciclista.
¿No sintió en algún momento que siendo La Estrategia del Caracol una película tan bogotana, corriera el riesgo de sentirse muy lejana en otros lugares de país?
Hice una proyección con gente de otras regiones de Colombia, para ver si se podía entender fuera de Bogotá, es una historia tan bogotana. Luego resultó que se entendió en otros países; tuvo éxito en países como España, Francia, Alemania, Italia, México, Argentina y siempre la entienden muy bien.
Una de las cosas por las que la película se mantiene todavía vigente, en el sentido que la gente todavía va a buscarla, es porque todas mis películas son muy personales, y me gusta transmitir eso, finalmente el cine puramente comercial no me atrae tanto, en ese sentido prefiero hacer televisión.
¿Qué le diría a La Estrategia hoy en su cumpleaños número 25?
Me halaga que La Estrategia siga siendo una película de referencia para mucha gente, de la importancia de la solidaridad y de ser creativos. En Colombia en esa época, y todavía hoy todo el mundo está tratando de copiar a alguien.
El espíritu creativo a nivel político e ideológico no ha vuelto a crecer en Colombia, ¿por qué no podemos ser creativos en esos niveles?, eso es lo que me gusta de los personajes de La Estrategia; ellos frente a un problema muy propio encuentran una solución que no tiene antecedentes.
Película favorita del mundo: Ciudadano Kane (Orson Welles, 1941).
Película colombiana favorita: Cóndores no entierran todos los días (Francisco Norden, 1984).
Director favorito: Federico Fellini.
La Gente de La Universal (1995)
Justo después del éxito de Cabrera que alcanzó el millón de espectadores a nivel nacional, llegó el primer largometraje de Felipe Aljure (El colombian dream, 2006; Tres Escapularios, 2016). La película se logró realizar con el premio que obtuvo su guion en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana en 1991, más tarde fue exhibida en el Festival de Cine de Cartagena en 1994 y se estrenó oficialmente en las salas de cine colombianas el 14 de marzo de 1995.
Felipe supo armar una historia desde el instinto básico del hombre: la supervivencia, instinto que se hace más pintoresco si lo coloreamos con amarillo, azul y rojo.
De allí trazó una comedia dramática que cuenta los líos amorosos al interior de una agencia de detectives llamada La Universal, una jaula en pleno centro de la ciudad que se hace más pequeña cuando un cliente con el poder en el acento español pretende matar a otro amante de su tormentosa concubina desde otra jaula: la cárcel.
Hay varios factores que inciden en que La Gente de la Universal sea una película emblemática: su exploración en la idiosincrasia colombiana plasmadas en un cuidadoso guion, el casting, la dirección de arte y de cámaras y la selección de locaciones.
¿Cómo nace la idea de retratar una Bogotá como la que usted muestra en La Gente de la Universal?
Con algunos amigos que trabajaron también en la película como Carlos Sánchez (cámara y fotografía) teníamos la sensación de que el cine colombiano había tomado un giro más rural en sus representaciones, sin embargo nosotros éramos como urbanos, y teníamos la sensación que salvo Pasado el Meridiano (1965) de José María Arzuaga el cine colombiano no tenía una representación de lo que sentíamos que éramos nosotros, y buscando la urbanidad de colombiano llegamos a esta idea.
Uno de los logros más grandes de la película es el casting, entre los que está Róbinson Díaz, Jennifer Steffens,
Álvaro Rodríguez, entre otros, ¿cuándo se concibe el guion usted tenía en la cabeza a las personas que iban a interpretar a los personajes o fue un proceso de casting?
En cuanto al casting, es un tema en el que tiene mucha virtud Adelaida Nieto, una actriz que tenía mucha pasión por la película. Nosotros vimos entre 4 mil o 5 mil personas a lo largo de todo el proceso. En un momento Hernández era César Mora, pero ocho días antes tenía muchas ocupaciones y yo me paré y dije que necesitábamos otro actor que resultó siendo Álvaro Rodríguez. Nosotros somos de la idea de concebir los castings como sistemas solares, es decir los actores no funcionan individualmente, es más bien un proceso en donde el conjunto de actores y actrices hacen un mejor o un peor casting.
¿Cómo eligieron la locación para La Gente de la Universal?
Habían 49 secuencias en la agencia La Universal, casi la mitad de la película y sentíamos que si hacíamos eso en muros sólidos de ladrillo pues la película podría quedar un poco claustrofóbica.
Se nos ocurrió rodar en el antiguo edificio de El Espectador (Avenida Jiménez con 4ta) y una esquina icónica del centro de Bogotá, pues tener las ventanas de piso a techo ofrecía la posibilidad de que todos los planos interiores fueran al tiempo exteriores. Lo logró la producción a través de unas gestiones sumamente difíciles porque era una administración complicada, la llegada a este edificio fue una búsqueda de mucho tiempo, dificultad y de mucho esfuerzo económico.
En la película hay un elemento muy diciente y es que muestra que los poderosos aún estando en la cárcel siguen teniendo ese estatus...
La Gente de la Universal es una película sobre el rebusque y eso no es una acto gratuito, es cuando el individuo entiende que para pertenecer a un colectivo desarmonizado entiende que le toca desarrollar sus propias lógicas y sus propias estrategias para sobrevivir y a eso le hemos llamado la supervivencia. Claramente si usted está en un colectivo más solidario, coherente, más respetuoso con las normas, pues el colectivo ofrece unas condiciones donde no hay lugar al rebusque, en este caso sí, entonces sería una carencia de la película si no se ilustrara el poder y como este maneja las estructuras del Estado para mostrar que el rebusque es una consecuencia natural de ese entorno donde les tocó vivir. En ese sentido es importante ver cómo la plata desde El Español (Ramón Aguirre), es importante en la cárcel; cuando pierde la plata pierde el poder.
La escena de la golpiza es una escena de cacería, es una presa huyendo de la jauría, la animalidad vuelve a estar acá así como el edificio de La Universal es una jaula en una selva de cemento, allá es una cacería de los enjaulados en una cárcel. Al final entran los guardias, y claramente en vez de ejercer un nivel de autoridad o protección la frase es: “otra vez peleando este hijueputa”.
Esa es una escena muy importante que liga en muchos niveles con la animalidad y con las estructuras de poder que llevan al colombiano anónimo a buscar cómo sobrevivir en rutas informales.
¿Cuál es su escena favorita de la película?
Es muy complicado elegir, de alguna forma uno trata de no enamorarse de una secuencia por encima de enamorarse de la película, uno tiene que tener un conector más profundo y mucho más hondo con la cinta porque muchas veces uno se enamora de las secuencias y pueden herir la película.
Yo todavía lamento haber sacado una escena pero también pienso que debió irse porque le quitaba el ritmo final de la película. Habíamos hecho un dolly muy interesante frente al Terraza Pasteur, en donde se acercaba a la cara del Sargento Hernández cargando con la culpa del atentado contra su sobrino, y cuando está arrepentido de tener esa plata que se ha ganado por poner a Clemente como el amante de Margarita y en un momento de grandeza más que moral, ética, bota la plata al piso y pasan los transeúntes y se paran a mirar quien botó los billetes listos en ese mundo de rapiña de La Universal. En ese momento detiene, modifica su instante de redención ética, recoge su plata, se arrepiente y sigue su camino.
Era una gran secuencia, una gran acotación dramatúrgica que quitándola no sufría la película, era una bonita tilde pero narrativamente era una interrupción en un momento que la historia ya estaba de salida.
Película favorita: Muchas y muy distintas.
Película colombiana favorita: Hay varias: Apocalipsur (2005), La defensa del dragón (2017), Virus Tropical (2017), entre otras.
Director favorito: Difícil quedarse con uno.
Actores con los que sueña trabajar: Sueño con no equivocarme en el casting.