La escalofriante belleza de la saga de terror de “El Ojo”
¿Alguna vez, cuando están solos en la noche, se han preguntado si realmente lo están? ¿Alguna vez han sentido una presencia extraña? como unos ojos que los miran desde las sombras. Como una silueta oscura y fría, que se confunde con la noche, pero que emite una especie de energía atemorizante e inexplicable ¿Alguna vez ha tenido que cerrar los ojos para no ver algo que no pueden explicar pero que los llena de pánico?
Seguramente, más de una vez hemos escuchado una buena historia de fantasmas que nos hace considerar dormir esa noche con la luz prendida. Y al igual que Latinoamérica, donde pululan las historias de espantos y apariciones, Asia oriental está llena de cuentos espeluznantes, que han sobrevivido al tiempo a través de la tradición oral y que han llegado al séptimo arte. En los últimos años, el crecimiento de la industria del entretenimiento de ese rincón del planeta ha producido grandes obras de terror como la saga de Ju-On (2001) o Ringu (1998), que inspiró El Aro (2002).
Pero este tipo de películas han fascinado a los cinéfilos de los 50 con clásicos japoneses como Ugetsu (1953) o El Fantasma de Yotsuya (1959), de donde salió la imagen del fantasma de mujer, alto delgado, de cara blanca, ojos negros y quijada dislocada.
Y si bien el horror oriental también echa mano del jumping scare para asustar al público, no abusa de este como sus contrapartes occidentales y en vez de meterse mucho con temas religiosos se inspira en las leyendas de cada región. Este cine es más dramático, pero más elegante y tenso al momento de crear la atmósfera de miedo. No es un susto sorpresivo, sino que más bien te sumerge en situaciones de las que no puedes escapar. No es que hay algo oculto esperando para brincar, en este caso, el espectro está al frente tuyo y no tienes más remedio que enfrentarlo.
Y sin duda una saga que conjuga de forma atrapante estos elementos es Gin gwai, mejor conocida como El Ojo. Esta trilogía dirigida por los hermanos gemelos hongkoneses Danny Pang Phat y Oxide Pang Chun, se centra en la unión entre los mundos de los vivos y los muertos, y la imposibilidad de escapar al destino.
En esta saga los fantasmas son unas sombras que atormentan a los protagonistas, los siguen, los acechan. Con recursos muy simples y precisos estas películas nos llevan al borde la locura y nos ponen en un constante espiral de miedo y suspenso.
En la primera entrega estrenada en 2002, conocemos la historia de Wong Kar Mun, una violinista ciega que recibe un trasplante de córneas y puede ver por primera vez. Al principio la felicidad se apodera de la vida de esta joven artista, pero lo que no sabe, es que esos ojos vinieron del cuerpo de una adivina que no pudo prevenir una tragedia. Poco a poco, empieza a notar sombras que la persiguen, almas en pena de personas que murieron trágicamente y que buscan darle un mensaje. El presagio de una nueva tragedia.
El Ojo 2 (2004), empieza cuando Joey Cheng, una bella y elegante mujer decide quitarse la vida tras una ruptura amorosa. Después de sobrevivir de puro milagro, ella descubre dos cosas que cambian su vida. Uno, está embarazada de su pareja Sam, y dos, su experiencia cercana con la muerte le ha permitido ver unas sombras que rondan a las mujeres embarazadas. Una de estas sombras es una mujer que sigue a Joey y la atormenta hasta el punto en el que no sabe qué es lo real. Ella se da cuenta que ese espectro es la ex esposa de Sam, que se suicidó y ahora quiere reclamar la carne, sangre y huesos del bebe de Joey para volver a nacer.
La tercera entrega lleva por nombre El Ojo 10 (2005) y es la parte más juguetona y graciosa de la saga, pero eso no la hace menos escalofriante. En esta historia cuatro amigos que durante la visita a un colega en Tailandia, consiguen un libro en una oscura tienda que muestra diez formas de entrar en contacto con el mundo de los espíritus. Este es una especie de juego que debe completarse de principio a fin y que los amigos emprenden sin tener conciencia del peligro. Al principio los fantasmas espantan al grupo, pero la cosa se complica cuando un juego sale mal y uno de ellos queda atrapado en el mundo de los muertos. El resto debe intentar rescatarlo, pero con los muertos no se juega y el destino que les aguarda es una pesadilla que nunca termina.
Sin duda El Ojo ya es todo un clásico del cine de terror y un reto que los hará sudar frío. ¿Se atreven a ver que hay más allá de este mundo?.