Jóvenes boxeadores analizan la pelea final entre Rocky y Apollo
En 1976, Michel Sylvester Gardenzio Stallone saltó a la fama después de interpretar a un boxeador llamado Rocky Balboa; un púgil con domicilio en Filadelfia, Estados Unidos, que repartía su tiempo entre los inconsistentes entrenamientos, y los cobros que hacía para un prestamista de la más subterránea de las calañas.
45 años cumple la primera muenda que le dieron al "semental italiano’, mote que de ninguna manera hacía alusión al tiempo que Stallone le dedicó al cine para adultos. No, este alias, despojado de toda modestia, fue el que llamó la atención de Apollo Creed (Carl Weathers), campeón reinante de los pesos pesados, que cuando se enteró que su contrincante se rompió la mano, decidió junto a su equipo darle la oportunidad al mismísimo Rocky para que peleara por el título.
Micky, el entrenador neurótico de Rocky, es el único que sabe del potencial que tiene Balboa. Varias son las escenas en las que se pone como un energúmeno, al ver que su pupilo no abre los ojos (para que Apollo se los vuelva a cerrar en el ring). “El semental italiano” finalmente encontrará la motivación que necesita, y no se la pondrá fácil a Apollo, que lo único que le faltó por decirle a su equipo fue: “esto es papita pal’ loro”.
Rocky 1 es considerada una de las películas deportivas más importantes de la historia; ganó tres premios Óscar, incluyendo Mejor Película, y puso en el mapa a Stallone, que por más “descaches” que la crítica especializada le atribuya, se dio el lujo de escribir esta epopeya boxística que parece gozar de una atemporalidad envidiable. Además, ¿a cuántos y cuántas de ustedes no se les acelera el corazón al escuchar los acordes de “Gonna Fly Now”, y les entran ganas así sea de trotar, por más que la intención se diluya lentamente?.
IMDB calificó esta película histórica con ocho puntos sobre diez, y en Rotten Tomatoes tiene una aprobación del 94%. Para su producción se destinó poco más de un millón de dólares, recaudando en taquilla 225 millones de dólares. Definitivamente, un nocaut.
Con motivo de su aniversario, invitamos a tres jóvenes boxeadores y boxeadoras de la liga de Bogotá, para que analizaran la pelea final entre Rocky y Apollo.
Esto fue lo que dijeron: