Jojo Rabbit: una sátira con mucho corazón
La Segunda Guerra Mundial es uno de los episodios más narrados en el cine, amplia es la cinematográfia alrededor del tema y en muchas de estas piezas la figura de Adolf Hitler es protagonista, por ello encontramos en las obras inspiradas y basadas en ese momento histórico muchos lugares comunes que con el tiempo se han transformado en repeticiones.
Pero no es este el caso de la nueva película del neozelandés Taika Waititi, quien apeló a la versión más ridícula de Hitler para contarnos una historia extremadamente humana, la de Jojo Betzler (Roman Griffin Davis en su primera actuación), un miembro de las juventudes hitlerianas que tiene como amigo imaginario al dictador, interpretado por el mismo Waititi.
Quienes conocen a profundidad la filmografía de Waititi, desde la dirección y la escritura, saben que una de sus intenciones ha sido la de construir comedias absurdas y a ratos negras con historias que generan profunda conexión con las audiencias.
Mientras Eagle vs Shark (2007), Boy (2010) y Hunt for The Wilderpeople (2016) se catalogan como comedias dramáticas, What We Do In The Shadows (2014) y Thor Ragnarok (2017) evidencian la facilidad con la que Taika Waititi se mueve entre la comedia, el terror, la aventura y la ciencia ficción. En su obra no solo podemos hacer una lectura de la naturalidad con la que construye narrativas propias, sino que también sale a la luz su capacidad de construir actuaciones memorables.
Tanto Griffin Davis, como Thomasin McKenzie en el papel de Elsa y Archie Yates como Yorki muestran la importancia de excelentes decisiones a la hora de conformar un reparto.
Si bien la actuación de Waititi es del más alto nivel, sin que Sam Rockwell, Rebel Wilson y Scarlett Johansson se queden atrás (este papel le ha valido a Johansson una segunda nominación al Oscar este año), son los actores infantiles el corazón de Jojo Rabbit (2019), interpretaciones de niños completamente sometidos y alineados por el miedo, que pese a ser víctimas de una doctrina de fanatismo y guerrerismo, tienen sueños, pueden amar y sufrir.
Jojo Rabbit pudo haberse quedado en una simple sátira política, y pudo fácilmente haber caído en esos lugares comunes de las películas sobre la guerra, pero gracias al ingenio creativo de Waititi pasa a ser una de las mejores comedias de los últimos años, cargada de momentos emotivos y chistes insolentes.
La película basada en la novela de Christine Leunens, El cielo enjaulado (2004), termina con una cita de Reiner Maria Rilke, poeta alemán: “Deja que todo te pase, la belleza y el terror, solo sigue andando, ningún sentimiento es definitivo”. Esto encapsula tanto la historia como el poder de Waititi a la hora de contarla, moviéndose en esa línea entre lo terrible y lo hermoso, entre la comedia y la tragedia.