‘El día de la cabra’: Providencia mística y musical
El pasado 9 de noviembre se estrenó en salas una película grabada en la isla de Providencia y hablada 100 % en creole, la ópera prima de Samir Oliveros, el director.
Hay que decirlo de entrada, esta película conquista desde su primera secuencia gracias al trabajo de Elkin Robinson y Diego Gómez de Llorona Records, quienes se unieron bajo el nombre Robinson & the Lazy Hill Band para componer, producir y dar forma a la banda sonora de la primera película de Samir Oliveros, quien nos ubica en el paradisíaco Caribe para presentarnos una historia de ficción que comienza con un éxito de la radio local: Lazy Driving.
Honlenny Huffington como Corn Denton y Kiara Howard como Rita Denton, hermanos en la ficción y actores naturales como todo el elenco de la película, como Elkin Robinson, quien también tiene su propio personaje, uno directamente relacionado con su papel detrás de la radio local, músico, y amigo de Corn.
Corn también es músico, o eso quisiera, la apertura de su personaje se nos hace con una pequeña muestra de la obsesión que tiene con un amigo de pararse en una tarima, tocar la armónica, conectar con el púrblico y ser visto por un cazatalentos. Pero esta historia, contada de manera breve, termina para nosotros cuando comienza la verdadera historia de El día de la cabra (2017): Corn discute con su hermana Rita, quien se burla con una amiga de la ilusión que tiene su hermano por hacer música y éste reacciona de forma violenta destrozando el casete que ella escucha en su radio, estropea la cinta y como castigo los envían juntos a hacer un mandado que no ejecutan nunca; camino al destino inmediato que sus padres marcaron para ellos, Corn y Rita vuelven a discutir, Corn toca su armónica y Rita hace una maniobra en el carro que maneja para que su hermano pierda bruscamente el instrumento que atesora entre sus manos, justo en su boca.
Luego, a metros de haber perdido la armónica, Corn y Rita atropellan y asesinan a una cabra y la historia de esta ópera prima del cine colombiano comienza. Samir Oliveros encontró el primer punto de giro y argumento de su película, en la historia que una jamaiquina amiga suya le contó en una visita de él al país de Bob Marley, ella había atropellado sin querer a una vaca mientras llevaba a sus hijos al colegio, pero Samir llevó la historia a Providencia donde aesinar una cabra es visto culturalmente como un mal augurio y unió esa a muchas otras historias que recreaban la aventura de dos hermanos buscando saldar el hecho.
El día de la cabra (2017) tiene varios aciertos, la música, el casting, la fotográfia, las locaciones y el idimoma logran mostrar a los espectadores una Providencia lejos de turistas y hoteles, con historias cotidianas de la vida en la isla; el desacierto de Samir Oliveros está quizá en tejer micro historias sin finales aparentes. Sin embargo la travesía de Corn y Rita, cargada de música y misticismo, intriga y divierte.
Encuentro yo en esta película un equilibro entre los dos extremos de nuestra producción cinematográfica, El día de la cabra (2017) no es una obra de autor, no es de ese cine contemplativo que desde el otro extremo intenta inclinar la balanza haciendo contrapeso a las historias con que la comedia ligera popular arraza en salas cada fin de año.
El día de la cabra (2017) tiene una trama sencilla, sí, quizá bastante fácil de digerir pero no por ello insignificante, tiene un mensaje claro y positivo, tiene una buena producción e historias que sacan sonrisas y entretienen. La ópera prima de Samir Oliveros sin duda merecer estar en una sala de cine mostrando retratos de una Colombia que tiene muchas historias alejadas de la violencia y nuestras problemáticas, bien lejos de esos retraros vergonzosos que ridiculizan nuestra idiosincrasia.