El cine se hace con amigos cuando todos somos nadie
"Una película se puede hacer con un grupo de amigos, no es algo tan distante." Hablamos con Juan Sebastián Mesa, director de Los Nadie
El joven director de Los Nadie antes de ser cinéfilo es melónamo, tuvo una banda llamada AtraKo en alguna época en la que parchaba con sus amigos y la música ocupaba gran parte de sus días. Hoy por hoy se considera un pésimo músico pero de encontrar un buen grupo de amigos intentaría formar una banda otra vez. Para fortuna de todos, Juan Sebastián encontró otras formas de expresión que disfruta explorar: primero fue la fotografía, luego el cine.
Hizo dos (2) cortometrajes en sus primeros acercamientos al cine estudiando Comunicación Audiovisual en la Universidad de Antioquia, luego decidió irse de viaje y en esos días de aquí pa' allá, se le ocurrió el argumento de la que sería tiempo después su ópera prima, para la que también formó una bandola, un parche de amigos de esos que no sólo se unen para ver películas e ir de fiesta, sino para escribir, crear, imaginar y realizar, sí, hacer películas.
El resultado fue Los Nadie, una película que inmortaliza ese momento algo trágico por el que todos pasamos en alguna etapa de la vida, cuando no nos sentimos de ningún lugar, y buscando ser algo olvidamos quiénes somos y de dónde venimos. Para eso sirven los viajes, para mirarnos a los ojos en otros rincones del mundo. Y no lo digo yo, lo dice un Nadie...
Deskiciado es una de las canciones que quedaron alojadas en el My Space de AtraKo. Allí, en seis (6) canciones, se encuentra la memoria de lo que fue la banda de Julián Castrillón, Julián Betancourt, David y Juan Sebastián. Una banda de punk que parchaba los domingos haciendo música con La Familia Gato negro, un ensayadero que también publicó en su momento algunas recopilaciones de la música hecha en Medellín; escena que le permitió a Sebastián conocer otros aspectos de la ciudad que habitaba y que tiempo después le sirvió de inspiración para recrear las historias de los nadie que portagonizarían su película, amigos suyos también, actores naturales, del mismo combo, de la familia que se elige.
Yo vi Los Nadie, y me gustó. Habitó mis pensamientos. Me identifiqué. Sentí que escribía una parte de nuestra historia, la historia de todos. Me sentí parte de los nadie y por eso busqué a Juan Sebastián en una visita a Medellín, para que me contara todo lo que ya escribí y diera respuesta a las siguientes preguntas...
¿Quién es Juan Sebastián Mesa? ¿Cómo llegó al cine? ¿Cómo llegó a ‘Los Nadie’?
Ni yo sé. Un man al que le gusta el cine, a quien le gusta hacer cine con amigos, con los parceros y que llega al cine de una forma un poco circunstancial, no es que desde que estaba pequeño dije ‘quiero ser director de cine’, no, siempre me gustó el cine y me gustó ver películas pero lo veía como algo muy lejano, algo como costoso, como muy complejo.
Entré a la universidad queriendo ser fotógrafo, soy fotógrafo, pero entré a la universidad en busca de la fotografía que era lo que más me llamaba la atención, era lo que quería hacer. La escritura también me llamaba mucho la atención, pero encontré la forma de combinarlas de manera real. Una película se puede hacer con un grupo de amigos, no es algo tan distante. Así es cómo entré a ese mundo del cine y terminé haciendo una película.
¿Es ‘Los Nadie’ tu primer acercamiento a una película o hay bocetos de otras obras, de otras historias?
‘Los Nadie’ es como un hijo no planeado, yo nunca dije ‘voy a hacer mi primer largo y se va a llamar ‘Los Nadie’. Yo ya había hecho varios cortometrajes antes, llegué a Los Nadie como un ejercicio de cortometraje, empiezo a descubrir a estos personajes y a darme cuenta de que quería contar muchas cosas que no cabían en un corto. Le dimos el paso del corto al largo, con mi grupo de amigos le metimos la mano y nace esta película.
‘Los Nadie’ más allá de contar a Medellín como ciudad, recrea un momento por el que me atrevo a decir, pasamos todos... ¿Cómo fue el proceso de creación de todas esas historias?
Los Nadie surge de un viaje que yo realicé hace unos 6 años por Sudamérica en el que empiezo como un primer boceto de un guión que narra la historia de dos amigos que se querían ir a viajar, que fue como ése el primer sentimiento que tuve yo para emprender el viaje durante el cual me di cuenta que no era algo circunstancial, que Medellín había sido simplemente una excusa para irme a viajar. En el viaje me di cuenta que el sentimiento de querer irse es algo inherente al ser joven independientemente de cualquier contexto. Me encontraba con gente que venía de Sur pero iba pa’ el Norte y hubo esa retroalimentación y esa charla de
-¿Vos pa’ dónde vas?
- Pa el Sur
- Pero si allá no hay ni mierda. ¿Usted qué va a hacer allá?
Eso fue muy particular, y la historia trata de esa edad coyuntural en la que estás en esa transición entre la adolescencia y la adultez en la que todos nos sentimos muy perdidos y todos buscamos como una respuesta. Para mis personajes el viaje es eso, la respuesta.
¿Te sientes de un lugar? ¿Sientes el compromiso de narrar una Medellín como la mayoría lo espera?
No, de hecho para mí Medellín no es un protagonista dentro de la película, obviamente las dinámicas de la ciudad están implícitas, pero creo que esas podrían aplicarse a muchas ciudades de Latinoamérica también. En Los Nadie es más bien como esa relación que hay entre los personajes y la ciudad, la ciudad te exprime pero te brinda unos espacios en los que puedes convivir y encontrar remansos para ser quien eres en realidad. Mi intención no fue algo como ‘Voy a hacer un retrato de Medellín a través de estos personajes, sí hay como una pequeña especie de road movie pero el viaje está más en función de los personajes, es una excusa para hablar de los personajes, es en ésa medida en que la ciudad está ahí presente.
¿Qué pasó después del viaje que hiciste? ¿Cómo terminaron desembocando todas esas vivencias en el cine?
El viaje partió mi vida en dos (2) literalmente, mi forma de ver el mundo y mi forma de asumir el cine cambiaron. Antes de viajar hice un cortometraje que se llama ‘Maquillando el silencio’ con un acercamiento muy estético al cine, ése fue mi acercamiento inicial. En el viaje me di cuenta que quería empezar a hablar de quién era yo, de dónde venía, porque cuando iba en el camino me daba cuenta no de cuán distintos eran los personajes, sino de cuán distinto era yo. Fue un análisis introspectivo de ‘Hey, marica. Es que yo doy por hecho un montón de cosas, pero no debe ser así’.
Cuando llegué a Medellín tuve un impacto fuerte, me di cuenta de un montón de cosas que sólo ocurren cuando sales de la burbuja; a través de eso quise hacer un ejercicio de volver a mí, de saber quién soy, de dónde vengo. Así hice un corto llamado Kalashnikov, un corto rodado en el pueblo de donde son mis padres, fue ese un querer acercarme a ese contexto.
¿Qué tan importante es la música para alguien que le guste hacer cine y escribir para cine?
Yo creería que yo antes de ser cinéfilo soy melómano, la música es el arte supremo. Es importantísima, cuenta miles de historias y está siempre ahí. En Los Nadie el punk es una narración dentro de la narración.
La música ha servido para contar Medellín a través del punk y el hip hop durante muchas décadas, y a través de las letras de las canciones se podría hacer una radiografía de la ciudad para entender cómo los jóvenes asumen la ciudad, cómo la sufren en muchos casos. Creo que la música es fundamental, para contar historias en una películas es una cosa importantísima.
¿Qué paso hay del miedo de estar a punto de grabar tu primer largometraje, a tener éxito en taquilla, una buena recepción de tu ópera prima?
La película en realidad nunca se hizo con esa intensión, fue un proceso que se fue dando, y obviamente hay muchas incertidumbres a la hora de asumir un proyecto, pero eso era lo que nos motivaba en realidad, ese miedito interno era como el ‘qué chimba. No sé cómo hacer esto, tengo que hacerlo, pero sobre la marcha me iré dando cuenta’. Hacer Los Nadie fue como entrar en una cueva con una linterna que sólo te ilumina los pies, y vas diciendo, ‘Hasta aquí todo va bien’ y de repente miramos hacia atrás y decimos ‘ Marica, andamos un montón, y atravesamos un montón de procesos y aprendimos’. Eso fue en realidad sin tener miedo, fue disfrutando el proceso. Había duda e incertidumbre pero se iba resolviendo. ‘Hasta aquí todo va bien’, eso dijimos cuando salimos en salas y hasta aquí todo va bien, vamos a ver qué pasa…
¿Cuál es la preocupación que debe tener un realizador después de su primera película?
La preocupación debe ser ¿Qué es lo que se quiere contar? ¿Por qué lo quiere contar?... Cuando te metés en un proyecto son muchos años trabajándole a algo y tenés que tener una motivación muy grande para poder dedicarle tanto tiempo porque si no es así el proyecto se va a morir. Tenés que mirar hacia dentro, y descubrir qué es lo que querés contar o qué pregunta tenés, también. En ese sentido esa debe ser la única preocupación que debe tener cualquier realizador.
Cinco (5) bandas indispensables en el día a día de Juan Sebastián Mesa...
The Cure / Nina Simone / Dead Kennedys / Joy Division / The Smiths
Un concierto que no olvides…
No es un concierto de una banda importante, es uno donde yo iba a tocar con una banda que fue en Zamora, un barrio de Medellín de donde nos sacaron unos paracos porque habían unas peleas e iban a tirar dizque una granada en el pogo, entonces nunca se me olvida porque salió todo el mundo cuando nos dijeron “Se van ya” y arrancó todo el mundo con la batería al hombro, era como una procesión de gente por todo el barrio con la batería armada todavía porque nos iban a matar.
De las bandas que suenan en ‘Los Nadie’... ¿Cuál recomiendas?
Los Suziox me encanta. Es una banda brutal. Me gustan las letras, cómo componen. Es una de mis bandas favoritas de Medellín.
Tres (3) Películas musicales…
Across the Universe (2007)
Searching for Sugar Man (2012)
'Anvil: El sueño de una banda de rock' (2008)