El baúl del terror: The Strangers
El Horror, una palabra que llevada el séptimo arte trae a la mente los más acertados referentes, aquellos que nos asustaron hasta sentir paralizado el pulso, pero las buenas experiencias también nos llevan a recordar las peores, aquellos intentos en donde hubo más bostezos que sobresaltos. Este tipo de producciones cinematográficas han tenido que afrontar un reto extraordinario durante los últimos 20 años, un público que vio grandes obras de horror y que ahora no se asusta con el primer intento de un director, quizá vamos a cine dispuestos a dejarnos afectar por el miedo pero cada experiencia positiva nos hace cada vez más inmunes a los trucos y formas habituales del género.
Por esa razón, el cine horror con todos sus subgéneros y corrientes ha tenido que reinventarse de diferentes formas, los intentos fallidos han sido tantos que se hace difícil recordar al villano de una película reciente, diferente a lo que ocurre con los grandes iconos de los años 70 y 80, tales como Hewitt, Krueger, Myers y Vorhees, quienes aún en plena segunda década del siglo XXI siguen siendo recordados como personajes aterradores.
Anualmente se encuentra una gran variedad de películas en la oferta del cine de horror, pero descubrir producciones extraordinarias que cambien el paradigma es complicado frente a tanta cantidad. Sin embargo, siempre hay unas cuantas cintas que sobresalen en el medio por algún elemento.
Vamos a hablar de una cinta que brilla por su simpleza, pero que gracias a una estética que nos remonta de nuevo a los años 70, logró sorprender a muchos espectadores y sobrepasó las ganancias esperadas en taquilla, convirtiéndose en una las mejores películas del 2008. Nos referimos a The Strangers, una producción escrita y dirigida por Bryan Bertino, quien logró mezclar de forma creativa el drama de una situación de pareja, el suspenso de no saber contra qué se está lidiando y el horror de estar en el lugar equivocado.
Inspirada en eventos de la vida real, “Los Extraños” como se conoció en Hispanoamérica, nos relata la historia de una pareja de novios: Kristen y James (Liv Tyler y Jason Speedman), se encuentran en una situación incómoda y desmoralizante, ya que tras una petición de matrimonio rechazada que culmina en una desastrosa velada romántica en una casa de descanso en la que el silencio y la amargura son protagonistas. Los novios reciben la visita de tres extraños con máscaras, que desean simplemente molestarlos, perturbarlos y cortarles todas las formas posibles de comunicación y escape.
Nos enfrentamos a una hora y veinticinco minutos donde la tensión va creciendo de forma progresiva, evocando y utilizando los recursos tanto estéticos como argumentativos del lenguaje audiovisual explorados por el cine de estas corrientes durante los años 70. La principal inspiración fue brindada por una vivencia personal del propio Bryan Bertino, quien durante su niñez estando a solas con su hermana en casa, recibió una visita de unos desconocidos preguntando de manera muy segura por alguien que no vivía allí. El temor más grande de la anécdota radicaba en que la casa estaba ubicada en medio de la nada, pero que además habían alertas por saqueadores que andaban asaltado múltiples casas en la región.
Sin embargo, otro relato de la vida real también colaboró en la consolidación de esta historia, un caso sin resolver de 1981 en el poblado de Keedie, estado de California, donde dos asesinos entraron a una cabaña y masacraron a cuatro personas sin ninguna razón aparente. Vale la pena destacar además, que un elemento común del cine y la literatura de horror ha sido basarse en casos policiales no resueltos, investigaciones complejas y psicópatas que se convirtieron en noticia. Valdría la pena recordar algunos de estos ejemplos, como el de Ed Gein y su influencia en las cintas Psicosis, Masacre En Texas y El Silencio de los Inocentes, junto a otras películas sobresalientes como Monster, con la que Charlize Theron ganó un premio Oscar al dar vida a Aileen Wuornos.
Buscando nuevos horizontes con elementos y argumentos convincentes, The Strangers es una obra cinematográfica que pone al espectador en un campo completamente real, dejando de lado el horror sobrenatural producto de creaturas como vampiros, fantasmas u otro tipo de monstruos. Aquí nos cuentan una historia que le puede ocurrir a cualquier persona, simplemente por estar en lugar y a la hora equivocada. Es así como el silencio y la desesperación se conjugan de una manera única, donde no se necesitan demasiados impactos escalofriantes, sino más bien unos pocos correctamente ubicados en las escenas adecuadas.
Hay que destacar de igual manera la interpretación de Liv Tyler, quien a causa de un embarazo estuvo alejada de la actuación durante algún tiempo, en esta película se retó a sí misma haciendo horror, un evento que resultaría extraño ya que siempre ha sido vista en cintas de drama, comedia, acción y algunos thrillers.
En este largometraje encontramos ocho actores participantes, y personalmente destaco el trabajo de los tres extraños, quienes al estilo Slasher saben jugar muy bien desde las sombras, con el silencio y el suspenso.
The Strangers es un regreso a lo básico, arriesgándose a volver al miedo más primitivo y sencillo, ése que no se debe tomar a la liger porque puede llegar a sorprendernos en escalas gigantes. Se dice que hay planes congelados para una segunda parte que esperamos se llegue a consolidar, pues este trío Neo-Slasher puede continuar contando historias en un universo donde el terror está en los lugares más escondidos.