Desde Pereira, 'Guillermino' se estrena en las salas de cine del país
A menos de 10 años para cumplir el siglo, en Pereira tuvo lugar una producción cinematográfica llamada Nido de Cóndores. Hoy una segunda producción se mete a las salas de cine a nivel nacional. Los asombrosos días de Guillermino lo cautivarán por su sencillez y por llevar la madurez como eco de persistencia.
“A Gillo, por ponerse a jugar bolas en el solar de la cuadra, se le perdió el billete del mandado que le encargó su mamá. Para ser más precisos, en un descuido de éste, se lo echó a otro niño que estaba con ellos”
Del fragmento anterior se desprende toda la trama de la película pereirana que verá la luz en las salas de cine nacional a partir de este 1 de diciembre, luego de 13 años de rodaje y 8 de haber obtenido importantes reconocimientos cinematográficos como en los India Catalina de oro, el X Festival Internacional de Cine de Caratagena para niños y jóvenes “Festicinekids 2008”, en el Círculo Precolombino de Oro, en el XXV Festival Internacional de Cine de Bogotá, y el de mejor actor en el VII Festival Internacional de cine de Cuenca.
Los asombrosos días de Guillermino es el título de la cinta de producción pereirana rodada en diferentes partes del Eje Cafetero como Pereira, Dosquebradas, Santa Rosa de Cabal y Salento; con un guión y dirección de Gloria Nancy Monsalve, nacida en Dosquebradas y graduada como comunicadora social de la Universidad Pontificia Bolivariana de Medellín.
Según lo cuenta, su primer acercamiento con el cine lo tuvo de la mano del director Víctor Gaviria con la película La Vendedora de Rosas haciendo parte de la producción. Más tarde comenzaría a realizar documentales y con un despertar a las 3 de la mañana a mediados del año 2002 comenzó a escribir la historia de Guillermino, luego se encontraría en Pereira con su equipo productor.
Hace 90 años en Pereira se rodó una primera película llamada Nido de Cóndores estrenada el 23 de noviembre de 1926. Tendría que pasar casi un siglo para que de nuevo otra producción cinematográfica pereirana fuera reconocida. Guillermino y su equipo de producción, fue más que paciente en este recorrer, pues los gastos económicos, la inexperiencia en el campo de muchos y las condiciones del contexto en los años anteriores fueron algunos obstáculos que sólo hoy se pudieron superar para que las salas de cine le abrieran las puertas a la película.
“Finalmente el dinero no es importante, pero los sueños sí son esenciales para el ser humano, y fue este sueño el que nos movió a todos… Yo me pregunto ¿por qué la vida nos obligó esperar hasta este momento? Y lo respondo desde mi perspectiva muy espiritual de la vida: No estábamos listos. Seguramente la gente no estaba lista para verla… yo creo en la magia y quizás es este el momento preciso y mágico para que la gente vea la película y la sienta propia”.
Diego Restrepo, productor de la película, coincide en Nancy, en que el momento perfecto para la proyección al público es este, precisamente porque hace 13 años apenas todo era un aprendizaje del oficio en el que había que esperar para aprenderlo bien, pero también resalta que es resultado del contexto en el que surgió la película: “para una ciudad sin muchos antecedentes cinematográficos desarrollar un producto de esta calidad, genera muchas condiciones especiales. La primera etapa de la película tuvo una inversión de más de 300 millones de pesos, luego había que transferirla a 35 milímetros que nos demandó una cantidad de dinero similar que se logró y con la que se lograron los reconocimientos de la industria, pero luego vendría la parte final que es la distribución en las salas comerciales de cine, que solo fue posible hasta hoy”.
“Hace 13 años en el país se hacía y se hablaba de narcotráfico, violencia y prostitución, hoy se sigue hablando de narcotráfico, violencia y prostitución, esto quiere decir que Guillermino era tan vigente hace trece años como hoy, es un respiro a esas otras historias. Una película colombiana familiar, donde el niño y el abuelo puede ir a la sala de cine y se va a sentir identificado por igual”.
Hoy Cristian, el protagonista, tiene 22 años, es un adulto que ustedes verán en pantalla siendo un niño de 8 años sobrellevando una gran peripecia que pudimos haber sufrido usted, yo, su hermana o su primo a esa misma edad cuando el juego se interponía entre la salida de casa y la tienda, con el objetivo de traer el elemento necesario para mamá o papá en casa.
Cristian hoy se siente orgulloso de haber participado en esta película hace 13 años, y de todavía sentirse identificado con su actuación, la que le salió tan natural en ese 2003, y la que le permitió tener una familia cinematográfica que ha crecido con él: “Para mí la película es genial, cualquier persona se puede enamorar de los paisajes, de los personajes y de esas cotidianidad. Yo era un niño en ese entonces, hoy estoy entre los 20 años y la sigo viendo con el mismo sentimiento”.