Cine de Iberoamérica: diez (10) nuevos realizadores -y sus películas- en el FICCI 58
El FICCI 58 nos deja en el radar un puñado de cineastas que hasta ahora estrenan su ópera prima, y de los que queremos seguir viendo historias.
Drama, ficción, documental, experimental. España, Venezuela, Brasil, Chile, Ecuador, México y Colombia.
En la más reciente edición del Festival Internacional de Cine de Cartagena de Indias, FICCI 58, tuvimos la oportunidad de revisar una a una las películas que les presentamos en este listado. Claramente es imposible ver todas las producciones incluidas en la programación del festival, el más grande de Colombia y uno de los de mayor convocatoria en Latinoamérica, pero buscamos presentarles reseñas de las que sí alcanzamos a ver, nuestro foco: Iberoamérica.
'Estiu 1993' de Carla Simón
(España)
Rodada en catalán, fue seleccionada para representar a España en los Oscar 2018, donde compitió en la categoría de Mejor Película Extrajera con otros 91 largometrajes sin quedar dentro de los cinco finalistas.
Carla Simón presentó ésta, su ópera prima, tras experiementar en el campo del video arte después de realizar el Master of Arts en la London Film School y dirigir el documental Born Positive (2012) y un cortometraje de ficción llamado Lipstick.
En Estiu 1993 (2017) -que ya le valió, entre otros muchos premios, el de mejor Ópera Prima en Berlín- se inspiró en sus vivencias luego de la muerte de sus padres a causa de sida cuando ella tenía seis años, viéndose obligada a irse a vivir con sus tíos y su prima, un poco menor que ella.
El éxito del filme radica en la sensibilidad y naturalidad con que se abordan temas como la pérdida, el dolor, los miedos y los silencios. Carla quería hablar de cómo los niños se enfrentan la muerte, y lo hizo bien.
'Amanecer' de Carmen Torres
(Colombia)
Hizo parte de la Competencia Oficial de Cine Colombiano en el FICCI 58 y fue la película ganadora. Su directora, Carmen Torres, colombiana radicada en España, ya tiene un amplio recorrido en la dirección de fotografía en títulos como Oleg y las bellas artes (Andrés Duque, 2016), Luján (Andrés Denegri, 2004), y Los Rubios (Albertina Carri, 2003); también ha dirigido y codirgido series para televisión y plataformas digitales, su ópera prima ha sido un largometraje sobre ella, una hija adoptada que tras la muerte de la mujer a quien llamó -y sigue llamando- 'madre', decidió buscar a su progenitora.
Amanecer (2017) tiene a Carmen como directora, narradora omnisciente y entrevistadora, una película que hace uso de recursos del género documental y que navega entre el presente y el pasado, entre madre biológica y madre adoptiva, con la libertad de confudir a quienes comienzan a cargar en la sala el peso de una historia tan intimista como intrascendente. Una película hecha a punta de fragmentos con preguntas que no tienen respuestas.
'Virus Tropical' de Santiago Caicedo
(Colombia)
Un estreno nacional a lleno total, quienes siguen los trazos de Powerpaola querían estar ahí, quienes aman el cine animado querían estar ahí, quienes persiguen películas colombianas buscando nuevos realizadores, querían estar ahí. Esa es una de las virtudes de Virus Tropical (2017), ser una adapatación de una obra gráfica homónima, dibujada en su totalidad por quien la llevó al papel, primero de un blog lleno de retazos y luego a una novela (2009).
Santiago Caicedo dirigió el proyecto con la producción de Carolina Barrera y un guión de Enrique Lozano. La historia, sigue siendo la misma, una autobiografía con millones de particularidades, tan personal que llevada al cine incomoda. ¿Qué aspectos hacen única y a la vez magnifica e interesante la vida de Powerpaola? En realidad, ninguno, es la historia de muchos y no hay nada en ella que pueda despertar mayor interés.
A nivel de animación vemos los trazos de la ecuatoriana, destacable el hecho de medírsele a dibujar una película a 2 manos en su totalidad, pero incluso a veces llega a percibirse algo de inmediatez en los movimientos de los personajes. Lo mejor de Virus Tropical (2017) versión película es la música de Adriana García Galán y las actuaciones de María Cecilia Sánchez y Alejandra Borrero.
'La Familia' de Gustavo Rondón Córdoba
(Venezuela)
La primera película del caraqueño es un retrato de una relación disfuncional entre padre e hijo, un concepto de familia raro donde hay ausencias, pero sobre todo, miedo; miedo de un padre a no saber desempeñar el rol que le corresponde, miedo de perder a su hijo, al que poco a poco y debido a las dinámicas sociales y laborales de la Venezuela actual -de la que poco sabemos- fue dejando a su suerte en un barrio y una sociedad que ha obligado a sus habitates a optar por el individualismo extremo en busca de la supervivencia.
Sin buscar hacer un retrato de Venezuela, Gustavo Rodón Córdoba nos deja ver en sus personajes y en la profunda relación humana que logra construir a partir de pequeños actos, diálogos, miradas y silencios, esa sensacion de encierro e impotencia que producen los miedos, esos que se tornan también en temor y pánico, que generan desconfianza y desasosiego, y que pueden ser leídos desde afuera como cobardía.
La Familia (2017) es una película fundamental para el cine venezolano e iberomaericano, la historia de Andrés (padre) y Pedro (hijo), partiendo desde la particularidad de la relación humana que construyen, logra ser universal. También hay en esta película un fragmento de la historia que se escribe de la Venezuela actual desde adentro, desde la mirada de alguien que ha decidido quedarse, quizá también por el miedo que genera dejar atrás el lugar al que perteneces.
'Matar a Jesús' de Laura Mora
(Colombia)
Esta es una de las imprescindibles del cine colombiano en 2018. Una película de autor en la que la directora a partir de una vivencia personal ficciona la relación de una víctima y su victimario en una historia que recrea a la Colombia violenta e injusta, específicamente a la Medellín desigual que acorrala a quienes carecen de oportunidades empújandolos a una vida de ilegalidad y criminalidad; un cúmulo de situaciones que desde distintos sectores de la sociedad han contribuido a la construcción de ese país violento que poco a poco buscamos dejar atrás.
El rencor, la venganza, el no perdón. Matar a Jesús (2018) explora la discusión moral y ética que se plantea alguien que ha decidido hacer justicia con sus propias manos, y que tras poner en marcha su plan de asesinar a alguien se ve envuelto en realidades de las que siempre ha estado distante, que hacen que su deseo de venganza se mezcle con algo de simpatía y ternura.
Laura Mora logra, desde las particularidades de un episodio de su vida, construir una historia universal en la que plantea ciertos dilemas al espectador a través de las relaciones humanas que construye entre sus personajes, interpretados con la misma naturalidad con la que los elegió tras encontrarlos por casualidad y proponerles actuar por primera vez en su -también- primera película como directora.
'O Sussurro Do Jaguar' de Simon(é) Jaikiriuma Paetau y Thais Guisasola
(Brasil)
O Sussurro Do Jaguar (2018) es una película con una carga de intimidad que se universaliza con la búsqueda de la libertad y la resignificación del concepto llevado a la práctica. Hagan lo que hagan, dentro del género cinematográfico que sea, la mirada de Simon(é) y Thais siempre será la mirada de un queer, y su ópera prima -que llega tras la construcción y representación de lo erótico, lo político y lo espiritual a través de sus cuerpos- es un documental que navega entre el queer-punk road movie, la ficción y la realidad.
Estos dos artistas visuales, queer, defensores de sus ideales con el arte como herramienta, nos relatan diversas situaciones de sus vidas que les permiten explorar su espiritualidad a través de las relaciones con su entorno social, político y natural. Una película que más allá de lo artístico, busca compartir y dejar en evidencia, la mirada que sus realizadores tienen del mundo, del colonialismo y la modernización.
A veces lenta, a veces fluida; inquietante siempre, entretenida en ocasiones. O Sussurro Do Jaguar (2018) propone desde lo narrativo aunque el peso de su propuesta esté en lo performático y su relación con el audiovisual.
'Muchos hijos, un mono y un castillo' de Gustavo Salmerón
(España)
Desde pequeño este español se interesó por el cine, vio dos o tres películas que lo impactaron y se dio cuenta del poder del audiovisual en su propósito de contar historias; y aunque comenzó estudios en bellas artes enseguida le resultó trabajo como actor, así que también empezó a estudiar interpretación sin perder el deseo de ser cineasta, de ser más que actor, de contar sus propias historias.
Este documental es su ópera prima como director de un largo, ya había publicado antes un corto (Desaliñada) con el que además ganó un Goya en 2002, pero éste, la pieza documental que lo trajo al FICCI 58, es un proyecto de largo aliento que entre lo cómico y lo trágico relata de forma bastante original la vida de Doña Julia, su madre, quien seguro se convirtió en el personaje del año en España, una mujer auténtica, carismática, que desborda honestidad a veces brutal…
No es nada habitual encontrar en el cine documental una comedia, Muchos hijos, un mono y un castillo (2017) es una rareza, un drama cómico y a la vez trágico rodado durante 14 años, la historia de un personaje único y arrollador que imprimió los puntos de giro de su vida a una película que fue cambiando con el tiempo y sus realidades. Un trabajo de montaje y escritura de admirar y celebrar. Si pueden, véanlo.
‘The best thing you can do whit your life’ de Zita Erffa
(México)
Lázló es el hermano de Zita, y ésta, la primera película de ella -un documental-, está inspirada en él, pero más allá de él, en el conflicto que le generó a ella que su hermano y amigo se hubiera entregado al noviciado de Los Legionarios de Cristo, una congregación religiosa clerical católica fundada el 3 de enero de 1941 por el sacerdote mexicano Marcial Maciel, quien fue acusado en 1997 de abusar sexualmente de varios niños y seminaristas e incluso de sus propios hijos, sí, había procreado y hecho familia.
Zita, guionista y ahora directora y documentalista, siempre estuvo un tanto en desacuerdo con hacer películas sobre hechos y momentos personales, ella no contemplaba la idea de hacer una película que hablara sobre ella y/o la mostrara a ella, pero la decisión de su hermano representó un punto de giro en su historia familiar, así que decidió indagar en las razones que lo habían llevado a él a tomar esa decisión, e indagar también en el proceso que ella como hermana debía hacer para similar, aceptar y respetar la decisión de su hermano.
Pero The best thing you can do whit your life (2018) es más que el registro de un proceso personal e íntimo, Zita logra en su primera película recrear la historia de su hermano y cuestionarnos también por la relatividad con que pueden ser asumidos conceptos como la libertad, la felicidad, el respeto, el amor, la familia, la incondicionalidad; y además captura el desde adentro de una congregación religiosa que se vio obligada gracias a sus escándalos a abrir las puertas y dejar que se conocieran las formas que tenían de adoctrinar a quienes por voluntad propia (como el caso de Lázló) o de sus familias (algunos amigos de Lázló) decidieron entregar su vida a la institución.
(Click en la imagen para ver el tráiler)
‘La Casa Lobo’ de Cristóbal León y Joaquín Cociña
(Chile)
Los artistas plásticos y cineastas a quienes conocimos por sus cortometrajes en stop motion Lucía (2007) y Luis (2008) se embarcaron en la realización de su primer largometraje, una pieza única y original que acaba de ser estrenada en el Forum de la Berlinale 2018 y entró directo a la competencia Oficial Ficción del FICCI 58 con 4 proyecciones a lleno total en Cartagena.
La razón y el reto que asumieron Cristóbal y Joaquín al hacer la película era -y fue- trasladar la técnica que sabían funcionaba en un corto de tres minutos a un largometraje que en 60 minutos exige mayor atención por parte del espectador. El resultado en salas ha sido más que satisfactorio, las personas que lo han visto en las escasas proyecciones que ha tenido la película quedan deslumbrados con la técnica y el arte, también con el diseño sonoro de la película, los personajes, y la historia, que comienza con el anuncio y presentación de un mito de una película de animación realizada en un asentamiento alemán -centro de detención y tortura en tiempos de la dictadura de Augusto Pinochet- fundado en Chile en 1961 por un exmilitar nazi.
Esta película deslumbra no sólo por su técnica, también por el arte y los procesos de creación detrás del 'rodaje', Cristóbal y Joaquín básicamente socializaron y abrieron los espacios de producción al público exponiendo las piezas artísticas en los lugares donde rodaban, estudios, galerías, talleres; y el producto final es precisamente un registro de la transformación de los materiales y los espacios, y es al ritmo de esto que se va construyendo la historia que relatan, la cual llega en ocasiones a presentar vacíos argumentales.
'El hombre que siempre hizo su parte' de Orisel Castro y York Neudel
(Ecuador)
La riqueza de este documental radica en las infinitas posibilidades que da su protagonista: Carlos Rota, un científico y académico ecuatoriano que entre cerros de papeles, libros y archivos, conserva escritos, periódicos y copias de un pasado de intelectualismo exacerbado que lucha por conservar, quizá en busca de reconocimiento en el ocaso de la vida.
York, alemán, y Orisel, cubana, esposos y padres de una pequeña hija -que también aparece y hace parte de la historia que nos narran-, se adentran en la vida de este hombre solitario e irascible, terco pero encantador. Ellos nos recrean y nos cuestionan a la vez por esa fase de la vida donde el olvido y la muerte acechan, cuando llega la vejez y nuestra condición humana nos acorrala con recuerdos de la vida que vivimos y las cosas que olvidamos.
El hombre que siempre hizo su parte (2018) es un docu cargado se sendibilidad y humanismo, un retrato sensible y honesto, un ejercicio audiovisual que revitaliza en temáticas y formas, el género documental.