Así es la banda sonora de 'The Irishman': un viaje al Siglo XX
Así lo expresó el compilador musical quien trabajó de la mano con Robbie Robbertson y Martin Scorsese para generar en esta cinta lo que se puede considerar como un viaje musical en el tiempo a la América del Siglo XX, que en algún momento se consideró como “el siglo de la gente”.
Y es que para ese entonces la migración y movimientos tanto de personas como culturales empezaba a generar su impacto en la nuevas generaciones. El filme atraviesa por diferentes épocas, además de contener momentos que condensan un sin fin de emociones y sensaciones a las que Scorsese acostumbra llevar a sus espectadores, pero en esta ocasión hacer un recorrido por diferentes años requería un trabajo detallado en todo aspecto y la sonorización no fue la excepción.
Artistas como Glenn Miller y Fats Domino hacen parte la lista sonora que da vida a cada momento de la película. Sin duda el momento de la posguerra marcó un resurgimiento en diferentes aspectos sociales de aquel entonces, políticos, culturales y con sigo también en la música. Nuevos sonidos y raíces encontraron un espacio para dar la vuelta a la división social de ese entonces -al menos en cuanto a lo musical respecta-. La música de clases bajas empezaba a ser de interés para jóvenes de clases medias y altas, tal fue el caso del Rythm and Blues que inicialmente era dirigido para los afrodescendientes norteamericanos y resultó convirtiéndose en un influencia musical.
Con ello llegaron géneros como el Doo Wop, R&B, Jazz y el Swing; Robbie Robbertson, el fundador de la mítica banda The Band, trabajó de la mano con el director para llegar a una conceptualización de la banda sonora que identificaría la película, allí surgió un sonido con referencias hacia el spaghetti western en donde la armónica sobresale y se intercala con el sonido del violonchelo al ritmo de tambores que dan la base, un sonido que logra generar atemporalidad con Theme for The Irishman.
Algo a lo que según Robbertson fue difícil llegar pues Scorsese quería algo totalmente diferente: “No debía sonar como la música de una película. ¿Estaba haciendo música para una película, pero no podía sonar como música de película? Eso eliminó muchas posibilidades, así que tuve que ir a un espacio musical en el que nunca había estado antes”.
Una de las canciones que marcó el género Doo-wop se conviritó en una especie de himno en The Irishman al acompañar los momentos de drama, nostalgia y melancolía que envuelve ciertas escenas en las que el paso del tiempo reviviendo uno de los clásicos de The Five Saints con In the still of the night (1956).
La canción proveniente de New Haven y que logra sumergir al espectador en un ámbito de reflexión, fue grabada en el sótano de la iglesia de San Bernadette y escrita por Fred Parris (el líder de la banda), mientras viajaba hacia Filadelfia en un tren camino servir al ejército.
En ese entonces Fred Parris no imaginaba la repercusión que este tema tendría durante el Siglo XX y que Scorsese retomaría para ser parte de uno de sus filmes más esperados. Este tema fue utilizado anteriormente como banda sonora en Dirty Dancing (1987); hoy en día Fred Parris cuenta con 83 años.
Entre los cortes que logra hacer la música para jugar con la tensión dramática de la pieza cinematográfica también se destaca Tuxedo Junction de Glenn Miller, uno de los éxitos del swing jazz, donde Miller se abrió paso en el momento de las grandes bandas hacia la música popular de la posguerra, momento del que también hicieron parte canciones como Qué rico el mambo de Dámaso Pérez Prado y Melancholy Serenade de Jackie Gleason.
Al pasar los años, como todo en la vida se buscaban nuevos rumbos, nuevos sonidos y ritmos, búsqueda que dio como resultado un sonido proveniente del sur denominado Boogie-woogie, una derivación del blues y el R&B pero con un ritmo más acelerado del que hizo parte Fats Domino quien hace presencia en la película con su auténtico sonido de piano en The fat man (1951).
Toda esta ola de sonidos y géneros fue el punto de partida para artistas como Robbie Robertson, quien ahora fue el encargado del tema principal y de bandas como los Rolling Stones quienes incluso tomaron su nombre de una canción de Muddy Water, artista del que solían tocar temas en sus inicios y un exponente del blues en Estados Unidos.
Esta es por muchas razones una de las mejores producciones que ha dejado el 2019 y que reafirma por qué Martin Scorsese es considerado uno de lo más grandes exponentes del cine. Sin embargo, esta no es la única cinta que nos ha mostrado la preferencia musical del cineasta pues en producciones pasadas hemos podido escuchar algunos temas de estos géneros: Malas calles con Be My Baby de The Ronettes; Uno de los nuestros con el tema Jump Into the Fire de Harry Nilsson y House of the Rising Sun de The Animals en su película Casino.
Aquí les dejamos la tracklist completa de The Irishman.