Artes plásticas y cine: 'La casa lobo', el largometraje chileno en stop motion
Los artistas plásticos y cineastas a quienes conocimos por sus cortometrajes en stop motion Lucía (2007) y Luis (2008) se embarcaron en la realización de su primer largometraje, una pieza única y original que acaba de ser estrenada en el Forum de la Berlinale 2018 y en Colombia en el FICCI 58 con 4 proyecciones a lleno total en Cartagena.
El primer largometraje de los artistas visuales Cristóbal León y Joaquín Cociña narra la historia de una niña que se encuentra atrapada en una casa en la que inexplicablemente se altera todo, las formas de la vivienda y la realidad; se confunde también la percepción de los espectadores respecto a la obra en desarrollo, el cuadro a cuadro y la transformación de los materiales perturba y tensiona tanto que es imposible dejar pasar por alto la relación entre el cine y las artes visuales, sobre todo cuando los realizadores desean incluirnos tanto en los procesos que vemos el paso a paso de la creación artística.
La casa del lobo (2018) deslumbra no sólo por su técnica, sino por el arte y los procesos de creación detrás del 'rodaje'. Cristóbal y Joaquín básicamente socializaron y abrieron los espacios de producción al público exponiendo las piezas artísticas en los lugares donde rodaban, estudios, galerías, talleres; y el producto final es precisamente un registro de todo ese trabajo, y es a ese ritmo que se va construyendo la historia que relatan, la cual llega en ocasiones a presentar vacíos argumentales...
Este es el primer largometraje de los chilenos, y no es ni de terror ni de suspenso, es más bien una construcción experimental donde el arte y su creación, manual, recibe todo el foco de atención por parte de los realizadores y los espectadores. La historia, aunque tuvo un guión inicial, también se vio sometida a la variabilidad de su materialización, y fue concebida para ser contada así, por eso cambió hasta el último día de rodaje.
Según cuenta Cristóbal "Siempre tuvimos un guión, el día que comenzamos a fotografiar teníamos una historia completa pero es totalmente distinta a la que tuvimos el día que terminó el proceso, siempre tuvimos una historia pero siempre fue cambiando, cambió mucho".
La razón y el reto que asumieron los realizadores al hacer la película era -y fue- trasladar la técnica que sabían funcionaba en un corto de tres minutos a un largometraje de una hora. El resultado en salas ha sido más que satisfactorio, las personas que lo han visto en las escasas proyecciones que ha tenido la película quedan deslumbradas con la técnica y el arte, también con el diseño sonoro de la película, los personajes, y la historia, que comienza con el 'anuncio' y presentación de un mito de una película de animación realizada en un asentamiento alemán -centro de detención y tortura en tiempos de la dictadura de Augusto Pinochet- fundado en Chile en 1961 por un exmilitar nazi.
Pero mejor vean el tráiler y lean a uno de los directores, Cristóbal León, hablando del proyecto:
¿Qué retos les representó el primer largometraje con una técnica que habían usado en cortometrajes?
Tengo un amigo que siempre dice que “la animación es un género para cortometraje, no para largometraje”, y de alguna manera yo le encuentro razón a eso porque un cortometraje es un formato muy ideal para explorar al menos el tipo de animación que me interesa hacer a mí: más material, más visual, no es como la animación de Pixar, que si bien la admiro mucho, no es algo que a mí me interese hacer, creo que el guión es lo más importante y la materialización me parece más como una especie de burocracia, siento yo.
En el caso nuestro nos interesa mucho que el proceso de hacer las cosas no sea una burocracia sino que sea un proceso de experimentación y un descubrir en el hacer, que vayamos improvisando intuitivamente todos los días… Creo que esas formas funcionan mucho mejor en un formato corto, en un cortometraje, sin embargo, aunque nosotros teníamos la duda de si siquiera se iba a entender la historia de la película, fue bastante milagroso la primera vez que se la mostramos a nuestros amigos (estábamos asustadísimos preguntándonos si se entiende o no algo de la historia) y nunca nos hicieron críticas respecto al cómo se desarrollaba y entendía la historia, sino que las críticas iban por otro lado, nunca nadie puso en duda que la historia se hacía entender, y nosotros estábamos maravillados con eso, eso fue un éxito total para nosotros: “logramos contar una historia con esta técnica demente y se entiende”.
¿Cómo fue la producción y realización de 'La casa lobo'?
El proceso de hacer esta película fue muy loco, fue una gran escuela, puntualmente esta metodología y la idea de hacer la películas en galerías y museos, tuvo muchas repercusiones y también muchas razones detrás. La primera de ellas era muy simple, no queríamos interrumpir nuestra carrera de artistas visuales mientras hacíamos la película, nos estaban invitando a muchas exposiciones y teníamos la inquietud de juntar las dos cosas, de seguir haciendo la película y seguir exponiendo, así que decidimos hacer las dos cosas juntas, aceptar las invitaciones a exponer cuando nos aceptaran como residentes de los museos, estar ahí todos los días; la segunda razón era económica, debíamos tener una estrategia para obtener recursos de ambos mundos, del mundo de las artes visuales y del cine.
Pasa algo en el mundo de las artes visuales en Chile y es que son un terreno que te retribuye muy poco, nadie hace crítica, nadie compra tus obras -o al menos las mías- y eso es decepcionante, así que un poco el hecho de estar viviendo en la galería fue una solución para eso, la escala del acto de exponer se vuelve mucho más real a lo que son las artes escénicas, o como la música en vivo... los artistas tienen el contacto con la gente, con el público, entiendo muy bien así el por qué a los músicos les gustan los shows, y en las artes visuales nunca tienes eso, es una especie de vacío, y eso se nota mucho en lo pretencioso de la forma en que se comunican y expresan…
Todo este proceso de la película nos llevó a reconectarnos con el espacio geográfico del territorio más específico de donde estábamos exponiendo, con la gente, hablando, sabíamos a quiénes le hablábamos, eso fue lo más bonito de todo este proceso, convertimos la exposición de artes visuales en una especie de espectáculo, en una obra en vivo, e hicimos la película.
¿Has tenido que explicar el contexto de tu película en los lugares donde la has presentado?
Parece que no es necesario, yo ni si quiera lo había pensado y ahora me doy cuenta que la gente llega a la ronda de preguntas en cada presentación sin saber de qué va el contexto, sin embargo los aplausos son igual de calurosos. Sí me ha sorprendido que la gente de verdad no tiene ni idea y también esa fue la razón por la cual metimos ese prologo donde se contextualiza no exactamente como un episodio histórico real, sino como un contexto que da pie para entender algo de la historia, pero ni siquiera lo había pensado hasta la presentación de la película en Colombia; sólo la habíamos mostrado en Alemania donde la gente también conoce esta secta de alemanes al sur de Chile y este contexto histórico que cruza la historia de los dos países.
En Alemania sobre todo yo creo que en círculos intelectuales o culturales, hay mucha gente que sí conoce el tema y tiene muchas pistas sobre todo después de una película que salió hace un par de años con Emma Watson y Daniel Brühl (Colonia de 2015) que se trataba de esta colonia, entonces mucha gente, o ha escuchado, o tiene ciertas pistas o conocimientos sobre el tema, pero aquí en Colombia nadie sabe nada y por primera vez creo que nos enfrentamos a ese contexto, pero parece funcionar a pensar de todo.
¿Crees que para el público seguidor de la animación prevalecen las formas sobre las historias?
Puede ser… Pero yo creo que la trampa de eso es si hay algo que yo quiero decir que está separado de la forma, es decir, creo que precisamente algo que nos interesa a nosotros es hacer, o al menos lo que nos interesaba con esta película y en algunos de los cortometrajes que hicimos antes, es que la película surja a partir de una exploración material y que la historia se entrelace orgánicamente con eso, no que la técnica sea simplemente una herramienta entre una idea que yo quiero comunicar y el espectador, sino que la técnica, la estética y el material mismo de la obra, esté como en la médula, en el centro mismo de la obra, no que sea algo superficial. No creo que en el arte, al menos como me interesa a mí, debiera existir algo que yo quiera decir que esté separado de la forma, creo que el arte es forma de alguna manera, es apariencia, es artificio.
La estética que usan exige bastante del espectador para los 60 minutos de historia…
De hecho yo estoy sorprendido de que no toda la gente se vaya del cine, se quedan hasta el final, eso me maravilla, pensé que la mitad de la gente se iría y en una de las funciones solo salieron como 3 personas, eso habla muy bien de la paciencia de los colombianos o la película funciona de alguna manera.
¿Siempre está presente esa sensación de susto o nervios por parte de los realizadores al momento de soltar un trabajo de largo aliento?
Como directores no tenemos la idea de que esta sea una película para el gran público, o que deseemos que se estrene y llene todas las salas nacionales o internacionales, siempre supimos que era una película bastante particular y que era para gente particular, la verdad nosotros a las únicas personas que tenemos en mente al momento de hacer películas son a nosotros mismos, y no estamos pensando mucho en lo que pasará o no con el público, el pensamiento sobre eso comienza luego de hacerla pública, pero a mí me tranquiliza que la película la filmamos en museos y en galerías, instalábamos nuestro taller en museos y exposiciones e íbamos mostrando la película al hacerla, así que la película ya ha tenido una especie de vida pública previa al estreno, la mostramos por fragmentos por el deseo de mostrar el proceso de hacerla, entonces si la película no se hubiera mostrado -que ya se ha mostrado bastante, creo- yo de alguna manera ya estaba tranquilo, sentía que ya había sido pública, no estuvimos encerrados en una cueva durante 5 años sin mostrarle nuestro trabajo a nadie, de hecho lo hemos compartido bastante, y en ese sentido me siento bastante tranquilo. Y por otro lado también creo que como somos artistas visuales y nos movemos dentro de estos dos mundos, hemos tenido la posibilidad de mostrar otras versiones de la película, fragmentada, en muchas pantallas… Es decir, si en un contexto determinado la película no funciona como un todo también puede funcionar con otras formas de ser mostrada.
¿Crees que debe el arte hacerse entender por el público?
Creo que justamente el arte es un terreno de subjetividades, me parece a mí, y me molesta cuando alguien me pide que dé interpretaciones sobre el trabajo, me complica, me complico cuando me cuestionan sobre mis decisiones, yo sólo quiero que mi obra complete los espacios, nosotros mismo no tenemos claro todos los aspectos de lo que hacemos, dentro del mismo equipo de creación la película tiene un significado muy distinto, siempre fue así y siempre hemos pensado así desde nuestro primer cortometraje; nuestras primeras historias las escribimos sin ponernos de acuerdo en lo que significaban, simplemente hicimos un texto compuesto por las voces de los directores, cada uno con su interpretación. Creo que es muy pretencioso por parte de los artistas creer que son dueños del significado de sus trabajos.