25 años de Mars Attacks
La fascinación del ser humano por develar los grandes misterios del amplio universo en el que flotamos dentro de un grano de polvo al que llamamos Planeta Tierra, nos ha llevado a lo largo de la historia a preguntarnos muchísimas cosas inquietantes. Las cuales, tal vez por incomprensión o ignorancia, pueden generar fácilmente ataques de pánico a almas existencialistas o en mentes paranoicas. Una de esas tantas preguntas que nos hemos tomado la tarea de investigar e imaginar como especie, está relacionada con la existencia de la vida extraterrestre y cómo sería nuestro posible encuentro con esta.
La industria cinematográfica de ciencia ficción nos ha traído grandes clásicos y blockbusters que han abordado de diferentes formas esta pregunta existencial. Estas narrativas van desde las más amigables como E.T. (1982), Encuentros en la tercera fase (1977) o Star Wars Episodio 4 (1977); hasta películas de terror como Alien (1979), Depredador (1987), The Thing (1982), entre otras. Pero lo que estas producciones tienen en común es que nos han mostrado las diferentes formas de interacción que el humano podría establecer con especies inteligentes de otros mundos.
Sin embargo, en medio de estos grandes éxitos, en 1996, de la mano del excéntrico director Tim Burton, salió a la luz una película llamada ¡Mars Attack! o Marcianos al Ataque, la cual se basó en una colección de cromos intercambiables del mismo nombre que fue publicada en 1962 por la compañía The Topps Company Inc; que a su vez fue adaptada al cómic por Keith Giffen e ilustrada por Charles Adlard en 1984; y cuyos derechos fueron comprados por Burton en el 93.
Esta película es una patada al género de ciencia ficción ya que recoge todos los elementos del cine sobre extraterrestres, para caricaturizarlos de forma satírica en un largometraje con un look de serie B.
La cinta en su historia muestra que el mayor conflicto que ha tenido el género es desarrollar la pregunta de ¿cómo se puede establecer una comunicación entre las dos razas? Pero a medida que avanza la película, poco a poco el conflicto de comunicación y el choque cultural pasa a un segundo plano porque lo importante es ver a los desalmados marcianos atacar.
Su look de bajo presupuesto también le da un toque fascinante al largometraje, ya que hace uso de las ilustraciones más clichés del género, como por ejemplo: las naves espaciales con forma de platillos voladores plateados; los extraterrestres con sus grandes cabezas, ojos saltones y cuerpos extremadamente delgados; o la creativa ambientación sonora que recrea los sonidos de las naves con un típico ¡Woooh! metálico. Pero sin duda lo más novedoso de la película fue la propuesta del idioma de los extraterrestres, que se logró al poner en reversa el graznido de un pato, sonido que pasó a la historia como una de las marcas originales más importantes en la industria.
Otra de las razones por las que este se podría considerar un film icónico e inolvidable, es el casting que reunió la película, pues las figuras más representativas del cine Hollywoodense de la década de los 90 hicieron parte de esta caótica producción.
Figuras como: Jack Nicholson, Sara Jessica Parker, Natalie Portman, Jack Black, Michael J. Fox, Glenn Close, Pierce Brosnan, Danny DeVito, Tom Jones, entre otros, que a pesar de ser actores y actrices muy cracks, la mayoría de sus papeles brillaron por la inutilidad de los personajes ya que no aportan a la historia y mueren rápidamente de formas absurdas.
La intención del director era crear un film que hiciera un tributo a las películas de ciencia ficción de bajo presupuesto de la década de los 50 y 60. Esto en parte se inspiró en el hecho de que Tim Burton para esos días estrenó una biopic sobre Ed Wood, director que desarrolló clásicos del cine de ciencia ficción como Plan 9 del espacio exterior (1959). Por esta razón se tomó la decisión de elaborar un diseño de producción tan inverosímil, recursivo e infantil, porque se quería evocar precisamente esa calidad de efectos especiales antiguos y ver el impacto en las audiencias de la época que ya estaban acostumbrada a otro tipo de efectos especiales mucho más impactantes.
El film en sí es un desastre muy bien planeado. La película está hecha para no tomarse en serio y simplemente invita al espectador a disfrutar de una serie de eventos absurdos y cómicos que incluso películas más serias del mismo género comparten, pero que los disimulan con drama, efectos y música épica. Es como si esta película desnudara y pusiera en evidencia muchas de las falencias o fantasías extrañas que aún posee el género.
Sin embargo, la película se puede considerar actualmente un clásico que desafortunadamente está completamente subvalorado. No es un largometraje para todas las audiencias, hay que ser honestos, el guión a pesar de estar hecho para ser absurdo, su humor no termina de concretarse muy bien y esto se puede deber a que el director es más de otro estilo de historias. Sin embargo, lo destacado anteriormente la hace posicionarse como una película significativa en la filmografía de Burton, ya que es capaz de mover muchas emociones y recuerdos, y también permite hacer un estudio muy interesante de cómo el género de extraterrestres se trataba en esa época.
¡Larga vida a Marcianos al Ataque!