Una exposición para sentir y visualizar el sonido
El Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) rompe la hegemonía de lo visual con una "banda sonora contemporánea", su primera exposición dedicada al sonido.
Desde el 10 de agosto al 3 de noviembre, el MoMa presenta las obras de 16 artistas que exploran el espectro que se desglosa entre el silencio, la música y el ruido.
En esta exhibición, los artistas y visitantes revisan el concepto de exposición para entrar en el pentagrama de "Soundings: A Contemporary Score", una muestra que da voz a una nueva generación que toma el relevo de investigaciones puntuales sobre el sonido.
Su objetivo es exigirle al público que cambie por un momento sus prioridades sensoriales, relajando la mirada y agudizando el oído. En palabras del director del MoMA, Glenn Lowry: "aprender a visualizar el sonido, una parte importantísima de la experiencia artística contemporánea desde hace ya varios años”.
Barbara London, responsable de la muestra, describe su propósito como “un viaje linguístico, conceptual y musical por las ondas sonoras, con el fin de seducir, impresionar o emocionar al tímpano y crear una experiencia auditiva colectiva en tiempos en los que el hombre viaja con auriculares que le aislan del mundo".
La noruega Jana Winderen, una de las artistas que integran la muestra, ha utilizado hidrófonos (micrófonos que captan los sonidos bajo el agua) en su obra "Ultrafield", para amplificar los sonidos de animales acuáticos que no son captados por el hombre, creando un diálogo o una sinfonía entre peces y criaturas submarinas.
"Lo que más me fascinó de este proyecto es que estos artistas exploran de manera sensible nuestra posición en el mundo. La transición de nuestras especies desde los protozoo hasta lo que somos ahora", aseguró Lowry.
Por otro lado, el australiano Marco Fusinato pinta el ruido en "Mass Black Implossion", a través de líneas de tinta que "chirrían" en medio de una partitura convencional. El danés Jacob Kirkegaard se detiene a escuchar el sonido del apocalipsis nuclear de Chernobyl en "AION", y la escocesa Susan Philipsz reinventa la sinfonía "Estudio para cuerda" que el checo Pavel Haas escribió antes de morir en un campo de concentración alemán en 1944.
"Incluso si estamos en espacios que aseguran ofrecer silencio absoluto, una presencia humana lo niega. Nuestro cuerpo introduce sonido. Nuestro cuerpo es sonido", escribió el alemán Carsten Nicolai, quien demuestra esta afirmación en su obra "Wellenwanne Ifo", al jugar con los círculos concéntricos que una mínima vibración sonora generan sobre el agua.
Por su parte, el estadounidense Richard Garet ubica una canica sobre un tocadiscos antiguo en "Before Me", y su compatriota Tristan Perich une 1.500 altavoces para hacer "Microtonal Wall", un tapiz sonoro, que cuando el visitante pasa a su lado, desvela su falsa apariencia monotonal a través de fluctuaciones de sonido.
Esta exposición se complementará con la proyección de películas y programación de conciertos igualmente atípicos. En el apartado cinematográfico, destacan los mediometrajes "Muxima", del chileno Alfredo Jaar, que explora las raíces de la música africana, y "The Way Out/Xentos", de Luke Fowler.
También habrá recitales protagonizados por Pauline Oliveros, con la improvisación titulada "What's the Score?", así como el concierto con instrumentos de cristal de Camille Norment y Stephen Vitiello, y la cascada de sonidos electrónicos de Tistan Perich y el Meehan/Perkins Duo.
“Con esta muestra hemos hecho un esfuerzo casi científico”, recalcó el director del MoMa, y agregó: "Soundings: A contemporary score demuestra el impulso continuo del MoMA por seguir a los artistas allá donde se dirijan”.
Jana Winderen
Marco Fusinato
Camille Norment Richard Garet
Carsten Nicolai Tristan Perich
Con información de El País de España