[Bucaramanga] Los vecinos, los parques y el Cine Bajo el Cielo
Del 12 al 22 de abril Bucaramanga disfruta del Cine Bajo El Cielo, una iniciativa que busca acercar el séptimo arte a espacios que no hacen parte de circuitos tradicionales del cine.
Bucaramanga
8:00 PM - 8:00 PMTomarse los parques y difundir cultura siempre será un acierto. Hacerlo significa romper la monotonía, agregar color, apoderarse de un espacio para construir en él un recuerdo inolvidable.
Esa es la apuesta que desde el 12 de abril ha sorprendido a los bumangueses. El motivo en especial se llama Cine Bajo el Cielo, una franja organizada por el Instituto Municipal de Cultura y Turismo que durante estos días ha llevado el cine europeo a escenarios poco convencionales, como parques públicos y salones comunales.
Motivada por la promesa de esta experiencia, decidí asistir a la segunda de sus funciones, que se realizaría en la Plazoleta Neomundo. Aunque en días anteriores la lluvia había sido la compañera constante de Bucaramanga, el clima esta vez era cómplice, con una brisa tenue que daba un tono de tranquilidad a la noche.
Y entonces, ese lugar que en un día cualquiera es adornado principalmente por el sonido de los carros y las luces encendidas de la ciudad, esta vez se levantó como una elegante sala de cine. Decenas de asientos blancos se acomodaron en dirección a una gran pantalla y allí, más de 120 personas cumplieron la cita a la función especial, que proyectaba en esta oportunidad la película francesa Good luck Algeria (2015).
Del film no se sabía mucho, o al menos eso coincidimos con las personas que se encontraban a mi lado; un grupo de señoras de sesenta y tantos que descubrieron el evento mientras paseaban por la zona y que decidieron acercarse porque el cine siempre es una buena forma de salir del tedio. Por eso la introducción brindada por la organización del evento fue tan acertada. Gracias a ella tuvimos la oportunidad de conocer la sinopsis de la película, un poco sobre su director Farid Bentoumi, y también por qué esta noche era una noche de cine europeo.
Una vez dichas las palabras iniciales, se dio inicio a la película. Y aunque el ruido y la luz parecían razones suficientes para que la experiencia no fuese agradable, en cuestión de minutos esos miedos quedaron atrás. Durante la hora y 45 minutos que se proyectó la película no importaron los pitos, las conversaciones de los curiosos o el delicioso olor a chuzos y mazorca que cada tanto se asomaba a distraer nuestro olfato.
Fueron casi dos horas de un ambiente de cine y parche donde todos logramos unirnos como lo que somos, vecinos de una gran ciudad. Y como cierre perfecto para una noche entre amigos, una explosión de aplausos se hizo presente mientras corrían los créditos finales de la película.
Poco importó si quienes asistieron lo hicieron porque se encontraban cerca desprevenidos o si tenían el evento marcado en sus calendarios con semanas de anticipación. En esta noche estrellada no importaron las etiquetas para disfrutar del cine bajo el cielo.